lunes, 26 de agosto de 2013

POESÍA: CANTAR ALIVIA

     I
Si la tarde,
si el calor,
si la noche,
si los ruidos,
si todo, si nada, si pudiera yo,
al tiempo que escribo recitar una canción,
cantaría a los pobres del mundo,
a los que duermen dentro de cajas de cartón,
a los explotados por gentes sin corazón,
a los que lloran por no poder comer hoy o el día en que usted lea este poema con sabor a limón.

No depende de la extensión
sino más bien
como digo yo
del corazón que se le ponga a este verso que se escribió
en un día 8 de agosto, tal día, en Cullera, en el Año del del 2013, del Señor.

               II
He subido hasta el castillo de Cullera
como quien vuela sin más ayuda que unas zapatillas deportivas
y he caminado entre torreones y murallas antiguas,
rocas afiladas como guillotinas,
estrechas sendas en las que anidan sombras carcomidas
y ramas de árboles y hojas que silban al sentirse poseídas 
por al aire de tramontana que por la ladera de esa montaña se desliza.

Cae la montaña sobre la playa
que en su día
se vio por los piratas invadida
en forma de correrías
y por sus caudillos que los guiaban
de ciudad en ciudad y de villa en villa
navegando cauce hacia arriba
por el río Júcar  hasta más allá de Alzira. 

Perro y amo
se deslizan
ladera hacia abajo
hasta que por fin divisan
lo que fue una antigua senda por la que tuvieron que transitar jumentos y caballerías
trasportando alimentos a los soldados del fortín, que junto al letrero de CULLERA se divisa,
.
En la senda encuentro una herradura
con tres agujeros
del tamaño de una guija
lo cual me indica
que mi predicción no es fortuita.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

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