Una plaza y una calle y un pueblo
que lo fue en su día
dentro de la ciudad que lo acorrala
e intenta matar con sus altos edificios.
Una plaza y un destino
delante de un toro miura
y cuatro ojos que se miran con recelo y envidia
uno sin saber que le tienta la muerte y el otro que sabe que necesita matar para seguir ejerciendo su oficio.
Una plaza y una fiesta
con sus puestos de almendras, turrones y peladillas
y un niño que de reojo mira mientras piensa serás mía.
Una plaza y un puñado de jornaleros
a la espera de que amanezca para saber si trabajaran ese día.
Una plaza y un tiro
que suena en la sien de quien se mantiene de rodillas
con una venda en los ojos y una lagrima resbalándole por las mejillas.
Una plaza y unos niños jugando al tejo
en esas horas que van desde la salida del colegio hasta la comida.
Una plaza con sus bancos y fuente
y unos ancianos contándose historias de otros días
bajo la luz tenue de una farola
que desde lo alto los mira con respeto pue sabe mucho de sus vidas.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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