lunes, 7 de octubre de 2013

POESÍA: SOLO HABÍA SILENCIOS TRAS LA PUERTA


 
Solo había silencios
tras la puerta de aquella casa abandonada a su destino.
Tanto tiempo la puerta llevaba cerrada
que ya nadie miraba hacia la casa
ni se acordaba de sus moradores.
Roto el paisaje por la eterna melodía que trasmite la rutina
era la casa como el cristal roto de un espejo
que dejó de cumplir su cometido
para pasar a ser un objeto abandonado en el que nadie reparaba.
Los gatos trasmitían la ultima sonrisa
de los moribundos
en forma de maullidos misericordiosos
que el viento trasladaba a velocidad de vértigo
por todas las calles del pueblo sin aviso alguno.
Con la llegada del día
la puerta volvía a presentarse sola con sus silencios
de vuelta de una noche
que había dormido dentro de la casa
en una estancia vacía de enseres
y de calores humanos que la hicieran habitable.
Quiso estar allí la noche y hacer acto de presencia
pues sus silencios no eran propiedad de nadie
que no fuera el propio firmamento.
Quiso llevarse la noche el silencio reinante de la casa
y la noche se encontró sin saberlo
con los maullidos de los gatos.
La noche volvió a sus orígenes
y la casa a sus silencios
y los gatos a sus maullidos,
y la puerta a estar cerrada,
y los vecinos a pasar por la calle sin mirar a la casa.   
y nosotros a sentir vergüenza como dice el Papa por las muertes acontecidas en Lampedusa.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

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