Hiere el viento.
levemente hiere
con sus nudillos de acero.
En esta mañana
de hojas por el suelo
entre fríos eternos
de los que no pueden ni saben
y de los que piensan que todo el mundo es bueno
a mi me hiere el viento
sin saberlo
y quizás
sin quererlo
y lo hace con templanza
y sabores a heno,
holgazas de pan duro,
manteca de cerdo,
estiércol de las cuadras,
escabeche,
pisto
y carne de cordero
asada con ajos tiernos
en un aprisco
lejos
de todo aquello
que no sea
hojas secas por el suelo,
y aguas frías brotando del subsuelo.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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