Tan barata está España
en el mercado internacional
que otra vez se puede volver por estas tierras
a especular.
Solo nos faltaba congelar
ese salario mínimo que ya no da
ni para comprar
lo necesario para pasar el día a día
con un poco de dignidad.
El gobierno tiene previsto aprobar
la congelación del salario mínimo
con tal, dicen, de revitalizar
el tejido industrial
sin atender a otros criterios
que no sean los que la Merkel le impone para cerrar
este año tan nefasto
para los nacidos más allá
de esa cadena montañosa que nos separa
de la Europa Occidental.
El tren en el que viajamos
se asemeja cada vez más
a aquel que usaban los hermanos Marx
en su viaja al Oeste para conquistar
el corazón de alguna dama que se dejaba amar.
Traigan leña para calentar
en estas navidades apunto de finalizar
el corazón de los políticos y el alma de la Alemania Federal.
En el vagón de cola de un tren
viajamos ya
y si antes eramos una locomotora apunto de rebasar
los límites de la velocidad
ahora somos el caparazón de una tortuga
que no da para más.
Acuerdos como este
que se quieren aprobar
pasarán a la historia y se recordarán
más por el daño que hicieron a la clase obrera
que por los beneficios
que en un futuro podrán acarrear.
Bienvenidos todos
a este año
que se vislumbra ya
como el más cercano a la España que jugará
en la segunda división
de una Europa con sabor a recuerdos difíciles de olvidar.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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