sábado, 23 de febrero de 2013

POEMA AL POETA DE KOLIMÁ

La carretera de los huesos de Kolimá


Entre la blancura de la nieve
en Kolimá vivió
y encontró muy a su disgusto
su sitio
y fue llevado allí por los suyos
para ser bajo cero
como el fuego que abrasa
y se come los maderos
uno a uno
y en su huida
por aquellos paraísos
tan vacíos
encontró
cual embrujo
algo con que combatir el frío
del espíritu
y ello le sirvió
para darse a conocer así mismo.

Archipiélago siniestro
y de destierro
en el los hubo
seres humanos sedientos
de otras historias
aunque solo hubieran sido contadas por los mismos
pero con diferente final
y como no distinto principio.

Kolimá fue su vida
y en Kolimá busco
tesoros ocultos
y allí entre libros se sintió
protagonista
y a la vez prologo, y capítulo
y aunque solo quiso ser 
un hombre libre
la libertad que añoraba
le relamía los labios sin escrúpulos
y libre bago
y en su locura
la de aquellos tipos
se fue por otros caminos.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

RELATOS DE KOLIMÁ: Varlam Shalámov



 relatos de kolima (vol. 2): la orilla izquierda-varlam shalamov-9788495587473


 Relatos de Kolima, Vol..3: El artista de la pala

 relatos de kolima (vol. 4): la resurreccion del alerce-varlam shalamov-9788495587800





Varlam Shalámov lleva a cabo un nuevo intento de transmitir a los futuros lectores la experiencia del gulag y lo hace como lo ha hecho siempre, con sus inmensas dotes de narrador. El guante o RK-2 (RK son las iniciales de Relatos de Kolimá) reúne los últimos veintiún cuentos ―la forma literaria escogida por el autor en el sexto volumen será la del ensayo― que Shalámov dedicó a la vida en los campos de trabajo siberianos. Escritos en su gran mayoría entre 1970 y 1973, estos relatos ponen de manifiesto que, a pesar del deterioro de su salud, resultado de largos años de terribles privaciones, el autor no renunció nunca a la ingente tarea de encontrar las palabras justas que traduzcan la herida de Kolimá, su paso por un mundo deshumanizado en el que ha sobrevivido milagrosamente. Este volumen es el quinto de los seis que forman el ciclo general, que ahora se publica íntegro por primera vez en castellano y de acuerdo con la estructura que Shalámov dio a su obra.

 

Poeta, novelista y revolucionario ruso nacido en Vologda. Hijo de un cura ortodoxo, trabajó como periodista en un diario de Moscú, pero su vocación contestataria le hacen que pase dieciséis años de reclusión en Kolyma (1937-1953), una de las islas de Siberia. Sus Relatos de Kolyma (1978), son el testimonio de estos años de GULAG, una colección de 103 pequeñas historias que constituyen una crónica de la degradación y la deshumanización de la vida en los campos de prisioneros de Stalin y que no fueron publicados en Rusia hasta finales de la década de los 80. La obra posee un alto valor literario y se trata de uno de esos raros casos en los que la poesía asoma en medio del horror. Sus escritos están considerados, junto a la obra de Aleksandr Solzhenitsyn, Evgenia Guinzbourg, Primo Levi y Ehrenbourg, como el testimonio más descarnado de los campos de concentración. Es autor de cinco libros de poemas, entre ellos, Encendedor (1961) y Camino y destino (1967). En 1982 morirá en un hospital psiquiátrico donde fue internado contra su voluntad.  © epdlp

Poema de Varlam Shalámov

Soy un pequeño hito de la vida,

un palo hundido en la nieve,

una voz que el eco ha extraviado

en los hielos de este siglo.

Entre los gritos y las disputas

nunca se me pasó por la cabeza

estudiar la naturaleza haciendo trampa.

Esa es toda mi desgracia.

Me entran escalofríos.

Es por eso que en mi destino

soy más crítico

y severo

conmigo mismo que con mi prójimo.



POESÍA: PROCURO, SOLO PROCURO


 Sacar la lengua


              Besos



Procuro que los inviernos sean más cálidos
en lo fraternal y en lo ambiguo,
que las hojas al caerse
y vagar por los suelos desnudos
no me provoquen estornudos.

Procuro al igual que aquel lazarillo
verme en las aguas de un río
y ser corriente
y ser rumor sin más sentido
que descender por un cauce
para ver como se me abre el mundo
por pequeño que sea
y por poco que se vea en ese círculo tan preciso.

Procuro al igual que Cómodo
o un procurador
de aquellos de barrigas lanzadas al Olimpo
no ser lo que se espera de uno
y en ello estamos
y en ello nos hacemos
como las frutas maduros
y en ello si nos descuidamos
seremos en un frutero objeto casi de culto.

Procuro por ello
en lo que todavía me acompaña el ímpetu
marcar mis acciones
como si fuera un perro
levantando la pata y señalando un circulo
y es por ello
y nada más
que con tiento y asperezas
el que me lanze
como un hijo del siglo XXI
a lamerme lo que me duele
que es mucho

Autor: José Vte. Navarro Rubio



POESÍA, CAPERUCITA ROJA Y OTROS CUENTOS




Si de verdad regresó
ella era Caperucita Roja
la de Charles Perrault
al desnudo
antes de enfrentarse
con tirabuzones en el pelo
y zapatillas de tacón fino
a los enigmas de Erich Fromm
que para si la quiso
en el bosque de la gran ciudad
llena de colorido
y con cazadores de todo tipo
bregando por las terrazas de los bares
como quien busca
en tan estrafalarios sitios
una pila bautismal
con la cual quitarse de encima algún olvido.

De ella y en ella creí
cuando era chico
y sentía por las noches
andar en la negrura de mi paraíso
a un lobo sediento
que la esperaba en la revuelta de cualquier camino
antes de llegar a aquella casa
con una cama y un pozo
junto a un abeto puntiagudo.

La caperucita del 68 se las vio con gendarmes
en un París con Versalles como castillos
y entre adoquines y ruedas de coches encendidas en algún callejón perdido
esa chica
que de pequeña formÓ parte de un cuento
se convirtió en heroína de otros niños
aunque ahora ya caído el velo de las guerras santas
y de los prostíbulos amazónicos con olores a bencina y a ron viejo en roble envejecido
uno cree verse libre
de escribir su cuento
sin capuchas ni más atributos
que lo que en la calle se cuenta
y es opinión general de los que nunca nos dimos por vencido.

Si Anne Wiazemsky
habla en su libro "un año ajetreado",
del París del 68
yo les aconsejo el libro,
aunque mucho ojo a Dany el Rojo
no se marchen con él
sin pedir en casa permiso.

Autor: José Vte. Navarro Rubio






POESÍA: EL SEÑOR DE LAS MOSCAS Y SU FRESCOR APOLILLADO

Volvió de un debate
como si fuera el señor de las moscas
y tuviera
pegada en la frente
una tira de pegamento
de las de antes,
de aquellas
que nuestra abuelas colocaban con arte
detrás de unas cortinas
fabricadas con chapitas de refrescos con sabor a queso de oveja y fiambre.

Llego el señor de las moscas
para contarnos con arte
que el está para salvar a España
y llevarles a sus amigos un poco de ese botín
que siempre se reparte
aunque algunos se mueran de hambre.

Él debate de la nación
pasó sin penas
y sin algo que sea contarles
que pareció más
un guión escrito
para un drama sin nombre;
todo un dislate,
al cual se acogieron sus señorías
para que nadie les cuente
que en ese Palacio de Congresos,
donde convive una fauna
con muchos dientes,
se habla de vez en cuando de España
a pesar de los pesares.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: ALLÍ EN LA CALLE GENOVA

Viaje a la comedia
en un país de pandereta
con luciérnagas políticas
que se ven asimismo como herencia
de otra historia más antigua,
de otra historia más bellas
en que la fiebre manuscrita
y los diarios perdidos
entre silencios de aldeas
alborotan mis entrañas y navegan
bajo la luz eléctrica
en un dormitorio
de paredes de arena.

Un drama tórrido
de un ladrón con ojeras
que disimula su letra
como quien va de copas
y bebe agua en una artesa.

El amor y el destino
les duró un par de décadas
mientras los sobres llegaban
y el se labraba como buen hombre de letras
su estimada herencia
y entre ensoñaciones de ternura y violencia
llegó la decadencia
y con ellas
las inculpaciones y comparecencias
entre viajes al Canadá
a esquiar y convertir en monigotes de nieve de nevera
todo aquello que viaja de banco en banco
y de fortaleza en fortaleza
entre abalorios musicales
y sobres sorpresa
que un maestro de lo único
repartir desvergüenzas
consolido en la calle de Génova.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESIA, ACUARELAS, PINTURAS Y OLEOS DE LAS CASAS COLGADAS DE CUENCA


 Allí están
las Casas Colgadas de Cuenca
en mil posturas
y colores con tal viveza
y destreza en su cintura
que ellas resaltan
sobre blancos, verdes y amarillos
como si todo el mundo viniera a ser
parte de su vida.

Y es espacio de piedra viva
sobre el que un rey un día
las vino a concebir
en su gracia infinita.

Es algo más que materia muerta,
yo diría mejilla
de una doncella,
que la viene a engalanar,
y a destetar
con teta dura
en esas mañanas de los inviernos
en que la nieve cae
y se precipita
o en esas noches
de sarmientos en la lumbre
en que las moscas zumban
y las avispas buscan cobijo
bajo alguna losa oculta
donde pasar sus desvelos
antes de que el frío se las lleve camino de las alturas.

Una roca,
o una abrasa
o una piedra,
o un marco de ventana de madera podrida,
o solo hierro forjado,
o agua de un caño,
o de una losa
con una pisada en ella oculta.

O lo que sea,
vino negro,
cerveza con espuma,
resoli dulce como las uvas,
jamón  a tacos,
queso en aceite
y camposantos donde ir a recogerse
cuando Dios venga a decir se acabó tu vida.

De todo un poco
ya sea en cuadro pintado con pinceles,
teja dura,
botijo de cerámica relamida,
tabla de madera,
cortina de seda sin costuras,
pared, techo,
sala de lecturas
o museo abstracto
en el cual reposar en una pared
para ser vista.

En la tardanza estás,
en la noche te ocultas,
en la mañana te vienes
y en las tardes duermes
mientras otros te fotografían.

Fuisteis y eres y serás
no te quepa duda,
y si por alguna de aquellas
te retiras
y en ello se te va la vida
vuelves a tu rutina
y a ser sonido de campana
o canto de borracho
aullando bajo la luna.

Vuelvo a la ciudad a ciegas
y  a escondidas
por cielo y tierra
y a falta de mar
por aguas embalsadas
que en su remontada
se muestran caritativas
y me arrastran entre murmullos
y hoces
de alturas
en forma de cuchillas
hasta ese lugar cercano
a tiro de piedra,
o canto de grulla,
desde el cual la veo
despeinada y rendida,
con ojos negros
y peineta de mora oculta
que demuestra miedos eternos
a las águilas
y a las palabras
que junto a unas portadas pronuncia una bruja.

¡Oh como temí
subir hasta las alturas
y descubrirte colgando no colgantes
y amada no queridas
y cogida no llevadas
y sentida
como un clavo al rojo vivo,
como un suspiro
o como una lágrima viva,
 como piedra dura
o como alma de faquir
o como cadena de fantasma
o grillete de preso
encarcelado en cueva sin ruido 
ni presencia de luz alguna!

¡Oh como la catedral
os anima
a que continuéis allí
siendo sobre el abismo
quietud y prontitud
de las cámaras fotográficas
que os deslumbran!

¡Oh, oh, oh, turistas
de gaseosas, coca-colas,
jamón fino como una cuchilla,
de poco andar
y de entender lo justo
para una vez ya de partida
escribir en algún diario
en Cuenca vi unas casas sobre unas cornisas!

¡Oh de los poetas muertos,
club de alta estima
desde Federico Muelas
a cualquier otro
aunque solo diga
Cuenca, colgadas o queridas
y aunque sea a ladrido de perro
a vómito de alcohol fermentado en una cuba
o graznido de ave negra
cruzando por las peñas desnudas!

¡Oh, lo que me lleva!
o lo que me trae
o lo que a ti te gusta,
o lo que sentimos,
o lo que odiamos,
o lo que prometemos,
o lo que no cumplimos,
o lo que pretendimos ser,
o lo que somos:
parte de un grial,
parte de una sábana,
parte de una manta,
parte de una ternura,
parte de tanto ser,
parte de tanta estima,
parte de tanto pretender,
parte de llegar,
parte de abrir
y parte de soñar una locura!

Autor de la poesía: José Vte.. Navarro Rubio





 


































 Casas Colgadas de Cuenca 2011. Acuarela 41x32 cm. Óleo Lienzo Paisaje

 


 

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 CUENCA, CASAS COLGADAS,    P65449 (Postales - España - Castilla La Mancha Antigua (hasta 1939))



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Casas Colgadas. Cuenca


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zStampa antica VEDUTA del PONTE DI CUENCA Spagna 1850 Grabado Antiguo Old Print
Stampa antica veduta di CUENCA Spagna 1889 Old Print Grabado Antiguo

 




 



 


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