domingo, 7 de abril de 2013

POESÍA: EN SUEÑOS ESTUVE CON ARMANDO BUSCARINI

corrala de madrid


Esta tarde soñé que era  Armando Buscarini.

Bajé por una calleja
y en su final vi una fuente que destilaba poesías.

Aquello era Madrid -me pregunté-
y la sirena de una ambulancia replicó
su alarmante tonadilla que indicaba
que un ser humano necesitaba de ayuda.

Subí,
      bajé,
           entré,
                 pregunté,
                             tragué saliva

Todos conocían a Buscarini
y usaban de diferentes melodías
para expresar lo que por el sentían.

Miedo,
         compasión,
                        envidia,
                                 ira.
¿Y amor?

Cambié de pregunta. Cerré la puerta. Musité: ¡madre mía!

Las cloacas del Madrid,
de esa tarde de tormentas radiactivas
en mi mente comida por la calentura,
estaban en ruinas
y por ellas bajaban ríos de porquería
cuyos análisis demostraban
que la ciudad se moría
por excesos de potasios y de vinos de cosechas malditas
que los vinateros de la Mancha repartían
en viejas barricas
envejecidas al fuego y curadas con cal viva.

El sueño en mi crecía
pues continuaba en ese Madrid que en mi se repetía como una mala comida
y más concretamente en una escuela regentada por unas monjas caricativas
cuando vi  al fondo de un aula sentado en un pupitre comiéndose las uñas
a un niño con pinta de saber más de la vida
que la maestra que entonaba los X Mandamientos de la Ley sin tragar saliva.

El niño me miraba
al tiempo que me decía que quería ser poeta y que por ello moriría.

¿Y tú que me preguntó el niño de mis sueños?
 yo estoy aquí -le respondí- para hacerte una radiografía.

En aquel Madrid de 1912 los Reyes salían para el Ferrol para botar un buque de nombre España
y yo me vi marinero navegando por los mares de Cuba.

El niño de los sueños me llegaba en una corrala del Madrid de los austrias encima de una silla
y entre voces de la chusma gritando ¡Armando otra poesía!
y el niño que de todo esto sabía más de lo que está escrito en ningún libro de antropología
saludaba a los oyentes
y con voz de ángel de la anunciación en los Misterios Sacramentales
se rompía en quejidos
como si fuera un sainetero regalando su alma al Dios muerto por salvar nuestras vidas.

Me despertó de mi sueño, con coletillas, un ruido seco en la tarde está, casi ya perdida,
y de esta forma ya dispuesto me he quedado ante una silla programando este escrito
del que ni quito ni pongo una maldita sílaba
por mucho que a usted señor, señora, señorito o señorita le guste más o menos
lo que arriba se escribe con dolor de muelas y ojos puestos en unas luces de bohemia
a las que mató el aparato represivo de un país que día a día se hacia sin ton ni son.

Así nos va ahora a todos la vida.

Autor: José Vte. Navarro Rubio
 

                    

POESÍA: BUSCARINI EL ÚLTIMO GUARDIAN DE UN GRIAL MUY ESPECIAL

 Dogal de vagabundo


Alguien dijo
y así escrito está
que Buscarini
erra un efebo
por eso a el no le pesaba demostrar
que su juventud era eterna
como la de ese Dios
que se suele colocar en un altar.

A Buscarini una tristeza sin igual
le roía las entrañas
cuando llegaba la hora de dejar
ese escaparate de libros
que desparramados sobre la acera
de la Calle Alcalá
sevían para ilustrar
a los transeuntes que por ella solían pasear
y se detenían a mirar.

Se alimentaban los habitantes de la ciudad
con poco más
que la cabecera de los diarios
y algún misal
los domigos y dias de guardar.

Con su morral a cuestas
y algunos libros en los bolsillos
para vender y otros para regalar
se iba Buscarini
camino de un puerto
de un lejano mar
que en su corazón
venía todos los días a amarrar
y allí entre olas,
azules en el cielo,
y tormentas que lo solían devorar
se consolaba el poeta
y con él su alma rota por la soledad.

En las noches
la voz sinuosa del poeta
se transformaba al hablar
y el niño grande
se volvía más maternal.

Buscarini solía dormitar
entre los regazos de sirenas
que solían vagar
por aquellas callejuelas de Madrid
infectadas del virus
de la revolución cultural
y en ellas se amparaba
para intentar demostrar
a la otra parte del mundo asida con dogal 
que ellos los bohemios eran
los últimos guardianes de un grial
muy especial.

Autor: José Vte. Navarro Rubio






POESÍA: BUSCARINI Y EL CAFETÍN DEL ARRABAL

El Arcon Hermoso Par De Tazas De Cafe Noritake Made In Japan
Al cafetín del arrabal
Buscarini iba -a veces a llorar-
y a maldecir -no esta nada  mal-
su creciente soledad
que solo se podía comparar
a la de algunos cuadros
que adornaban las paredes del local
en el que el poeta tomaba
su refrigerio material,
café y mitad,
con el que algunos amigoS
lo venían a obsequiar
a veces -contadas están-
para que los dejaran en paz.

Brilla el farolillo del sereno
todavía en la oscuridad
de un Madrid -padrastro sin igual-
que a esas horas -sin rechistar-
acostumbra siempre a rumiar
los versos de un poeta
que algunos compraban por caridad
y no leerían jamás.

Se oye,
"¡aleluya!
¡Buscarini por ahí debe estar!"
un soneto en un portal
y una voz que amenaza
lo justo para amedrentar
gritando:
¡Me tiene que ayudar!
al tiempo que el silencio
se retira
sin más particular
y se rompe la tranquilidad
cuando se vuelve a oír
¡No he comido hoy!
'Por caridad!

Buscarini no era ajeno
a ese ejercicio
casi espiritual
de pasar hambre
para pagarse
creía él
su inmortalidad.

Él y solo él
con su sinceridad
se vestían  de duelo
al igual
que las campanas
de un campanario
cuando huelen la muerte
y esta se acerca ya
camino del peldaño de un altar.

Autor: José Vte. Navarro Rubio
cuando tocan

POEMA: BUSCARINI Y SU LOCURA DE AMOR

 

Era para Buscarini
la ilusión
su continuo al día renacer.

El ímpetu lírico
su eterno rejuvenecer.

Y el amor
aquel que nunca llegó a conocer
la asignatura pendiente que cantó
como gorrión ebrio de sed
siempre en algún atardecer

En la calle Fuencarral
y como np podía ser
de otra forma en un café
la escena se repite
en el amanecer de un nuevo amanecer.

Uno de los sujetos de la escena
siempre es él,
Armando Buscarini de armas temer
y los otros sujetos cambian
según su libertad de ejercer
posesión sobre su ser.

Drama se respira
pues la bohemia no se puede desprender
de su credo inmortal que es
morir al día
sin querer dar su brazo a torcer.

Tertulia de café
con poemas que arden antes de crecer
y entre gritos de al poder
Buscarini piensa en lo que pudo ser
y en ese calvario que se ve
en esa hoja de ruta
que alguien le entregó nada más nacer.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POEMA: BUSCARINI CONVIDADO Y NO DE PIEDRA



Antigua postal de un gato con ojos de cristal. (Postales - Animales)


Convidado y no de piedra
en las noches -como cuchillas de afeitar-
Buscarini se solía transformar
y llevado del ambiente que emanaba,
en Madrid -la capital-
el hampa de la cultura
y de la última bohemia tradicional
rondaba los cafetines
con ojos de gato de cristal.

En una mesa o en un banco
o en cualquier lugar
ante la vista de fantasmas
con los que solía dialogar
nacía el poema
quinta esencia sin descorchar
de un  producto difícil de encontrar
que Buscarini solía destilar
con una serie de ingredientes
difíciles de combinar
en la literatura convencional.

La madre de esa sustancia
que Buscarini vendía sin parar
entre gritos desesperados,
de ¡ayuden al poeta que quiere triunfar!
era la más completa espontaneidad.

De esta forma tan singular
el amor de sus versos
se venían a licuar
cuando salían sin parar
de las neuronas de su cerebro
hasta llegar a ese gran bazar
donde su creador le daba
un último don
de perpetua felicidad
que convertía el producto final
en amor puro ancestral
que solo podían versar
aquellas poetas como Armando Buscarini
que estaban más allá
del convencionalismo tradicional
de rima más rima es igual
a un poema que colocar
como flor en un ojal.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

OTROS POEMAS Y AQUELLO DE: ASÍ ANUNCIABA BUSCARINI SUS LIBROS


 

 EPISTOLAS LIRICAS. Correspondencia con Antonio de Lezama. Introducción de Luis Alberto de Cuenca. Edición y prólogo de Rubén y Diego Marín A. Epílogo de Penélope Ramírez.: BUSCARINI, Armando

En un cartel de aquellos que Armando Buscarini tenía instalados junto al lugar donde vendía libros en la calle Alcalá o calle de Armando Buscarini, como se le vino a llamar, se podía leer:

ARMANDO BUSCARINI

"¡Leed el segundo tomo de sus versos! ¡Leed y juzgad! ¡3 pesetas el tomo! Despreció la crítica porque mis versos están por encima del precio mercenario. Lo vendo en la calle porque los libreros se niegan a vender mis libros, por miedo a que se quejen los consagrados, pero deme usted por él, lo que usted quiera....."


Yo soy quien hace la producción,
quien la vende
y si en ello cabe deshonor
pego el sablazo
a quienes por mi sienten compasión

¿Pero me pregunto yo?
¿Será todo compasión?

¿La respuesta es no!
y la doy yo
el que escribe este poema
que se sintió
quemado en lo más profundo de su corazón
pues de pronto entendió
aquello de la reencarnación.

Por eso les digo,
pongan atención
que aunque la bohemia
la guerra civil se la llevó
esta persiste
allí donde el poeta
escribe a sabiendas de que su producción
no moverá otra cosa que no sea
lo que Buscariní experimentó:
MUCHO DOLOR,
CARIÑO,
COMPASIÓN.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

sábado, 6 de abril de 2013

POESÍA: EVOCANDO A ARMANDO BUSCARINI (VII)

 



Algún que otro homenaje
Buscarini en vida recibió
entre ellos el que se celebró
por aquellos días de 1924
en que el poeta publicó:
"Primavera sin sol"

En un bar de la calle de Fuencarral,
como era normal
en su bohemia forma de actuar,
el refrigerio fue vespertino
y en el acto se leyó
alguna que otra carta de adhesión
entre ellas las de Hernandez Catá, Tecglen y Vidal y Planas
que excusaron su no participación.

Para finalizar Buscarini recitó
sus poemas conocidos Calle de Alcalá, Arena
y otros
con los que se dio por finalizado
con mucha pasión
el acto homenaje
a todo un poeta y escritor
que entre otras cosas resaltó
por su bondad y pundonor.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: BUSCARINI Y LA CORTE DE LOS MALDITOS: RIMBAUD, VERLAINE, BAUDELAIRE Y NERVAL


Fotografía de:  Verlaine y Rimbaud


Yo digo,
yo,
y tengan por seguro
que así ocurrió
que mi madre metió
una rata en mi cabeza
y está me enloqueció.

Anduve sin amor
primero de padre que o no lo tuve
o me faltó
y luego de madre
que muy puesta en lo suyo se eclipsó
y vino a morir
para esos días en que loco yo
sufrió un accidente
del cual no se recuperó.

Mira que lo intenté
y así la vida me trató
pues comencé con "Ensueños"
cuadernillo del cual
me sentí un ángel salvador
y terminé publicándome yo -solo yo-
mi propia producción.

¿Quizás me faltó
estatura y ángel?

¿Sepa Dios?

 
  Fotografá de Gerard de Nerval

















Yo,
solo yo,
tuve la culpa ¡que honor!
de formar parte de esa corte de poetas malditos,
apestados y con honor
como Verlaine, Rimbaud, Baudelaire, Nerval y Sawal,
y solo yo
me fabriqué ese traje
que en Madrid hizo furor
a pesar, muy a pesar
de lo que de mí se habló
cuando ya lejos
con los ojos humillados por el dolor
regaba con lágrimas
el árbol que aunque fruta echó
nunca se supo si realmente existió.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: EVOCANDO A ARMANDO BUSCARINI (VI)


12 veces fueron,
se me pone el alma en vilo,
las que Buscarini
amenazó con lanzarse al vacío
desde aquel paso de las Termópilas,
o viaducto
y no lo hizo
porque formaba parte de un guión
del cual el tenía escrito
la mayor parte de la obra
y solo le faltaba
un final feliz y seguro.

Gritaba: ¡auxilio!
y recitaba: ¡me lanzo al vació!
nuestro amigo
al tiempo preciso
que con miedo en el cuerpo
-el justo-
se asomaba al abismo.

Siempre acudían en su ayuda
una pareja de guardias
que parecían recién salidos
de una novela de  aventuras
de Victor Hugo.

En aquel Viaducto,
al que Cansinos Assens le cantó más de un verso
trabado en sangre de un ser desconocido,
Buscarini se encontraba seguro
pues se marchaba de allí
con las ventas perfiladas para el futuro.

Dicen que en una noche
de silbidos lejanos,
serían víboras
las que clamaban venganza
por algún desatino
de nuestro poeta vagabundo,
taladró la sombra negra,
de la noche abismal
de un Madrid de chulas y chulos,
algún punto luminoso
y los guardias de la pasarela  -dormidos-
tardaron más de lo justo
sin darse cuenta de que Buscarini
pedía su rescate sin precio alguno.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: EVOCANDO A ARMANDO BUSCARINI (V)



Pongan el ojo
y el tino
pues solo lo repetiré una vez
y con ello
me doy por atendido.

Les hablo de una calle
del Madrid de hace ya un siglo
por la que iban andando
como si fueran dos lazarillos
Armando Buscarini y Mario Arnald -su amigo-

Nevaba
y caían
de punta los chuzos
en aquella calle de Alberto Aguilera
en que un manto blanco
se alzaba para hacer de testigo
de aquel momento tan genuino
en que los dos escritores descalzos
y casi como vinieron al mundo
pedían para comer lo justo.

A todo esto en Madrid,
en el año después de Cristo de 1921,
comían otros escritores menos divinos
ya fuera Artemio Precioso o Alberto Insúa
por mencionar a algunos.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: DE ESE BAUL DE BUSCARINI QUE CONTENÍA UN DIARIO (II)


 

¡Ay de mi ropa si yo contara!
 Llevo como si fuera parte de mi piel
y dandome cobijo
un gabán
que me ragaló una migo
al cual debo la dicha
de prevenir un poco el frío.

Eduardo Marquina un día me dijo
¡Toma es tuyo y que te sirva de abrigo!
y desde ese día
uno que en todo esto
las ha visto
de todos los colores
se quitaba el frío
con la prenda de tres cuartos
que lucia ya fuera lunes o domingo.

Voz limosnera la mía
nunca pidió nada que no fuera suyo
y hasta las chicas galantes del Regina
a las que dedicaba versos
como quien fabrica harina en un molino
me daban eso
que solo se puede dar a un mendigo.

Por eso estoy agradecido
a la vida por haber hecho de mi un poeta
y haberme a su forma querido,
ya me  acostara
con el sol lamiendo mis tobillos
o me levantara
con las tardes pidiendome que saltara a la arena del circo,
por eso yo digo
que de poetas, locos y furibundos
todos tenemos un poco
y cada uno se lleva de ese menú tan poco atractivo lo suyo.

Muere tú que estás vivo
y verás
lo que de ti dirá el mundo
y si por alguna de aquellas
pensabas que eras un heroe
aliate siempre con los que te aseguran el triunfo.

Como en una novela,
dicen algunos que de viejo estilo,
se anunció mi muerte
a bombo y platillo
y yo que estoy bien vivo digo
que volveré
si me es grato el destino
a esa esquina
que confronta con un Miinisterio
con Ministro incluído
y una Academia de San Fernando
con olor a harina seca de trigo.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: DE ESE BAUL DE BUSCARINI QUE CONTENÍA UN DIARIO (I)


A veces mis silencios claman
por aquellos amores que no tuve
ni de joven ni de niño.

Mi vida desde entonces
no tiene más sentido
que alabar a Cupido
con tal de poder entrar
en ese reino prohibido
al cual me encomiendo
de la única forma que he aprendido,
alabando a la primavera,
haciendo del amor un atributo
y dedicando mi vida
a vivir como un peregrino
que siempre va caminando
y pidiendo cobijo.

Quizás tú
que te sientes por mi atraído
conozcas de mejor remedio
para acabar con este pronto tan primitivo
que me hace ser un gorrión del arroyo
allí donde Madrid perdió el caudal de su río.

Yo, Armando Buscarini,
que era era,
a decir de los entendidos,
el último bohemio,
vivo en un manicomio
bajo cobijo
teniendo como amigos
a un Valentín de Borbón,
a un Emilio Silvela y a un Primero de Colón
que dan de si lo suyo
contando batallas y descubriendo nuevos mundos.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍAS Y OTRAS LINDECES: PARA UN MEJOR CONOCIMIENTO DE BUSCARINI



 

Añado a mi blog, con fecha 6 de abril de 2013, dos aspectos interesantes sobre la vida de Buscarini. Una poesía que le dedicó Juan Feria, estando en vida en el año 1930. Unos comentarios de Buscarini sobre su propia persona y un poema de Bacarisse que fue publicado en el año 1916. Como punto final acompaño una poesía de mi propia cosecha:


      Los  l í r i c os

A Armando Buscaríni

Hermano Armando. A solas con

[la noche y mi pena.

contemplo tu retrato inmensamen

[te triste,

y en tu gesto cansado, en tu son-

[risa buena,

leo lo desgraciado y lo amargo que

[fuiste.

¡Pobre Armando! Los hombres

[te trataron tan mal

y la burla y el hambre te mordió

[tanto, tanto.

que tu vida fue el éxodo desga-

[rrante y fatal

de las torvas locuras del dolor y

[el espanto.

Por eso, en esta noche desolada

[de estio

mirando tu retrato, siento en la

[frente frío

y  del alma a los labios me sube

una oración...

¡Yo sé que allá en el fondo de tu

[lóbrego lecho.

horrorizado, tienes las manos sobre

[el pecho

,temiendo que aún maltraten tu po-

\bre corazón

          Juan Feria

Valverde del Camino

 Comentarios del propio Buscarini sobre su persona y la locura:

«No estoy descentrado; mejor dicho, estoy descentrado. Ellos serán muy cuerdos; por eso, al ocultar su villanía, no pueden alegar ignorancia para su maldad. ¿Que quieren que sea un loco?
 

Perfectamente: yo me haré el loco; pero que se libren del loco que se hace el loco. En las puertas, en algunas, se llama con aldabón. Yo quiero enfatuarme y ver las cabezas de muchos como si fueran puertas, y pegar tan fuerte aldabonazo, que de la conmoción se les va a hundir el edificio de su prestancia. ¿Loco? Si ellos lo quieren; pero los locos han hecho la Historia, Claro que así se escribe la Historia. Unos, con pluma de ave; otros, también de ave... de
avestruz. Se mezclan las plumas de ganso y de pato, y a veces hasta las de buitres.»

 Poema publicado por Bacarisse en 1916. Lo que le falta en su mitad es literal y cosas de la censura del momento.

Fue en la Castellana,,
elegante jardin de modas y arrumacos
donde resuena extravagante
la sandez de los currutacos


Pobres obreros miserables,
mujeres, ex-hombres gorkianos
niños de faces espantables
todos asidos de las manos,
formando sartas de miseria,
henchidos de un rencor de Infierno,
¡Inanición, Ira y laceria
entre la bruma de un Invierno!
 
• No copio el sabroso centro de
la composición, sí el final:
 
Vi en aquel domingo holgazán
sin luces do oro y de arrebol,
a un pueblo huérfano de pan
en la ciudad viuda de sol.
 
Vi a un albacea de Jesús
destrozando la flor del bien,
y a Teresita Cabarrús
haciendo guiños a Tallién.


Poesía completa:
 
Un frío domingo antipático
vi un lijoso y doliente enjambre:
en un paseo aristocrático
una manifestación de hambre.

Fue en la Castellana elegante,
jardín de modas y arrumacos,
donde resuena extravagante
la sandez de los currutacos.

Pobres obreros miserables,
mujeres, ex-hombres gorkianos,
niños de faces espantables,
todos asidos de las manos,

formando sartas de miseria,
henchidos de un rencor de infierno.
¡Inanición, ira y laceria
entre la bruma de un invierno!

Cielo gris de un día holgazán,
ausencia de oro y de arrebol,
y gente huérfana de pan
en la ciudad viuda de sol.

La Castellana era aquel día
de famélicos peregrinos.
¡Escaparate de cursilería
de niñas bobas y sietemesinos!

El menestral de ojos de lumbre
fruncía el ceño en fuerte arruga,
y subía la muchedumbre
ondulante como una oruga.

Y la almibarada inconsciencia
mirábalos con repugnancia,
sin saber que era una advertencia
que hacía el Hambre a la Elegancia.

Puros perfiles de medallas,
damiselas de porte rico,
como mujeres de pantallas
o de países de abanico,

¿no os asustó en el sucio fango
la Multitud, plural vestiglo,
rosas de «tennis» y «te tango»
de la maceta de este siglo?

Orlas de nutrias y de encajes
tenía la mueca melancólica;
brillaba el raso de los trajes
como un esmalte de mayólica.

¡Rencor de plebe desgraciada,
que, tiritando con sus niños,
veía la carne aburguesada
bajo el calor de los armiños!

¡Burguesías, faunas asqueadas
de ver andrajos, tizne de hulla!
¡Rebaños que aman las bordadas
rosas de oro de una casulla!

Aristocracia contumaz,
¿te enseñará el social dolor
una guillotina voraz
una tarde de Termidor?

Vi en aquel domingo holgazán,
sin luces de oro y de arrebol,
a un pueblo huérfano de pan
en la ciudad viuda de sol.

Vi a un albacea de Jesús
destrozando la flor del Bien
y a Teresita Cabarrús
haciendo guiños a Tallien.




Poesía la que viene a continuación de de Jose Vte. Navarro Rubio:

Ni en la muerte en vida Buscari descansó
todo por culpa 
de Maximino garcia -un capellán-
que en el psiquiatrico de Alcala de Henares anunció
la muerte de Buscarini
y tal revuelo se armó
que la prensa de Madrid 
sobretodo se volcó
con quien fue el gorrión de El Pardo
y como último bohemio pobre vivió
más pendiente de llenar el mundo de poesías
que de protegerse del frío y del calor.

¿Quien pudiera desde la lejanía
ya tu cuerpo deshecho en cualquier rincón
levantar tu cabeza
para que vieras
como al final se te dio
reconocimiento y honor?

Los hubo por aquellos días
que despacharon al poeta con tristezas 
marcadas en el corazón
y también
como en el mundo hay de todo
y con mucha razón
los hubo débiles y cobardes
que se aprovecharon del error
para cargar las plumas de avestruz
sobre quien dentro de su valía 
dio su vida por la poesía 
que fue su pasión -como la de Jesucristo-

El poeta desde Valladolid
donde le llegó su muerte anunciada en vida
como es normal en él se revolvió 
y devolvió unos versos de los suyos
finos y acertados en su opinión  
a José Romero Cuesta
uno e los columnistas que su muerte anunció,
más Romero pensó
que era una burla de alguien
con un muy macabro humor.

Autor del artículo: José Vicente Navarro Rubio

         

        

viernes, 5 de abril de 2013

POESÍ: BUSCARINI EL PRECURSOR



Un día el bardo desapareció
y sin dejar huella se marchó
de la calle de Alcalá
y en su lugar apareció
un nuevo trovador
sediento de demostrar ese don
que solo la naturaleza concede
a quien pone en esa empresa todo su corazón.

Era un domingo del año del Señor de 1927
cuando el discípulo de Buscarini
entonó su primera proclama
que sonó como un estruendo de cañón.

Justicia hay que hacer a Buscarini,
poeta pálido
y según algunos fanfarrón
por ser el iniciador
de un estilo de ventas
que ya por aquellos días se daba en el Japón.

Templo de Ápolo
su quiosco se denominó
y en él
Buscarini -el precursor- aprendió
a vender libros sin demostrar la más mínima intención
al tiempo que hacia de actor, autor y promotor.

Inocente fue su egolatría
y de esta forma Buscarini se marchó
sin ruido y sin dolor,
aunque de vez en cuando
volvía para recordar
que solo él
era el dueño y señor
de aquella avenida de Buscarini en la que habia hecho de gorrión.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POEMA: BUSCARINI Y EL AMOR UN 19 DE MAYO DE 1921






                                                                                     
                                                                    Una errata de imprenta se deslizó en mi nombre:
                                                                    No es Armando, es Amando como siempre viví,
                                                                    Amando a la alimaña y a la fiera y al hombre
                                                                    Que el amor no se apaga en mí
                                                                                                           (Armando Buscarini)




En el arte de recitar
Armando Buscarini era muy especial
de ahí le venía esa vena
que solía explotar
desde su más tierna edad.

Con 16 años cumplidos
Buscarini se me va
en compañía de una peña muy particular,
entre ellos y ninguno más,
Villegas Estrada, José Romero Cuesta, Nuño y Renamonde,
a un circulo republicano
que tenía su sede social
en Cuatro Caminos -a recitar-,
poemas de amor
que del alma les debía de brotar
con total seguridad

En aquella escuela laica
vendría a recordar
aquello que lo lanzó
a una cierta inmortalidad
y que en pocas palabras venía a  aclarar
que en aquello de las erratas
el venía a sumar una más
que tenía que ver con ese Armando de su nombre
al que le sobraba la "r"
para quedar Amando
que es sobre el particular
al que él  y los demás
habían ido a aquel lugar a recitar.

Autor: Jose´ Vte. Navarro Rubio


POESÍA: AGUA SOLO PARA REFRESCAR








Sirva este vaso de agua
para refrescar
la garganta y el paladar

y si tiene más sed
no dude en pedir más
de este preciado liquido,
agua de manantial,
que no tiene precio
de lo rica que está.

Autor: José Vte. Navarro Rubio



POESÍA: VALLE INCLÁN Y LOS CONSEJOS A BUSCARINI EN ESO DE SALTAR



"Luces de bohemia"
me he venido a comprar
por eso de repescar
a Don Ramón del Valle Inclán.

Animaba este intelectual a Buscarini
a que si se tiraba del viaducto
al menos lo hiciera con dignidad
y Buscarini tocado en su sensibilidad
se lo pensaba y dejaba para otro día
su manía sacada de algún manual
de pregonar sus degracias
desde lo alto de un pedestal.

Es de pensar y de imaginar
aquella escena dantesca
con Buscarini
gritando sin cesar
y Don Ramón sugiriendo
al suicida romántico
que se quería descalabrar
que al menos usara
del sentido de la originalidad
para que el hecho pudiera pasar
con un cierto decoro a la posteridad.

Uno y otro
estaban unidos
por ese ideal
de ser por encima de todo
aquello por lo que venían a luchar
con más o menos efectividad.

Autor: José Vte. Navarro Rubio








POESÍA: LOS NIÑOS POETAS, BUSCARINI ENTRE ELLOS.

Covachuelas del Carmen (Dº ABC, 11 sept. 1903)

Corre la vida ¡corre!
y en Madrid el día se viene a parar
en una avenida - la de Alcalá-
y delante de un retablo
propio de Navidad
en el que un ser desesperado
descalzo en su andar
suplica -casi por caridad-
que le vengan a comprar
uno de esos libros
que por el suelo amontonados están.

En Madrid
o en cualquier otro lugar
a principios del siglo XX
la bohemia solía pasar
verdadero hambre
y necesidad espiritual
de ser reconocida su calidad
como artistas en general
que eran capaces de plasmar
el mundo
de una forma diferente
y original.

Niños poetas como Buscarini los hubo
y algunos de ellos
lograrían triunfar
aunque el resto a lo visto
se les ha venido a rescatar
cuando se ha podido
¡menos mal!
que la vida da vueltas
y las inquietudes todavía no se han podido censurar.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: ¡HAY QUE AYUDAR AL POETA!: GRITABA BUSCARINI

 


Buscarini en Madrid
gozaba de cierta relevancia social
pues el caldo de cultivo
en el que se solía menear
tenía que ver de manera singular
con los medios de comunicación
y la prensa de ámbito nacional.

Ya fuera por lo que publicaba
o por cualquier anécdota
que le viniera a pasar
todo servía para popularizar
ese producto surgido
de las ansias de triunfar
qu Buscarini demostraba buscar
desde recién salida el alba
hasta que las estrellas
se ponían  a pasear
por la gran autopista espacial.

Anatema muy particular:
¡Malditos sean
los que de Buscarini
se solían bufar
y los que inventaron el arte
de difamar,
en la corte, villa y capital,
a este poeta tan singular!

Autor: José Vte. Navarro Rubio



jueves, 4 de abril de 2013

POESÍA: UN GATO LLAMADO BUSCARINI Y UN PERRO VALLE-INCLÁN

 

Para que vean ustedes
como el mundo estaba y está,
en 1928 en España,
sin ir mas allá,
había un gato en Lerida
que se venía a llamar Buscarini
y un perro en Segovia
denominado Valle-Inclán.

Se venía a comentar
este episodio
tan singular
en la revista que se venía a denominar:
"El clamor de los gatos",
¡sin más!


Sirva el ejemplo
del Morrongo de Anacleto,
director y reportero
de tan edificante
espacio cultural,
para dignificar
a todos aquellos seres humanos
tan puestos
en eso de respetar
la vida de los animales
y solicitar,
como es el caso
que hemos venido a contar,
el Registro Civil
para tan singular
pareja de animales 
-perro y gato-
o lo que es lo mismo Buscarini y Valle Inclán.


Autor: José Vte. Navarro Rubio



POESÍA: SOMBRAS EN LA VIDA DE BUSCARINI



Un 21 de julio de 1920, con 16 años recién cumplidos, tras componer Armando Buscarini un folleto titulado: "Sombras", dedicado a D Álvaro Alcalá Galiano, Conde del Real Aprecio, intentará suicidarse, arrojándose desde el viaducto de la calle Segovia en Madrid. Fallido el intento por la intervención de la policía Buscarini será criticado en la prensa local. Más tarde ese mismo año publicará "Cancionero del Arroyo" con introducción de Joaquín Dicenta (hijo) y prólogo de Andrés González Blanco y unas cuantas poesías de Buscarini. Precede a los versos un autoretrato de Buscari en forma de "confesión sincera". 

De ese intento de suicidio, y de esos días del mes de julio de 1920, he compuesto la siguiente poesía::

Como si la muerte fuera
algo más que perder la vida
a Armando Buscarini le gustaba
con ocasión de alguna edición 
de nuevas poesías
anunciar su muerte repentina
y en todo esto los hubo
pero que muy dados a la ironía
que en vez de sentir pena del poeta 
que así mismo se maldecía
lo criticaban con especial saña destructiva.

16 años recién cumplidos
Armando Buscarini tenía
y unas "Sombras" vagando
en un tintero seco en una buhardilla
cuando el poeta agobiado 
por una tristeza repentina
avisó con quitarse la vida
allí donde un viaducto servía
de lugar de distracción a los suicidas
que en Madrid 
de vez en cuando surgían
con olores a a cipreses de cementerio 
y a cera de un cirio derretida.

Para esa edad Buscarini 
ya escribía
y por su mente andaba 
como un duende 
en un barco a la deriva
un "Cancionero del Arroyo"
que supongo no sería
el que que corría 
por debajo de ese viaducto
al que se encaramaban los suicidas
para dejar su huella casi escrita
sobre el granito de aquella calle
que desde arriba
¡Quien sabe lo que parecía!

Infortunio y desdicha
Buscarini se sentía
como un ave herida
cuando recibe el golpe seco de una saeta
sin aviso alguno que le diga
de donde esta venía.

Quizás en el metro,
como algunos de sus detractores presumía,
Buscarini hubiera tenido más fortuna
en sus intentos suicidas,
menos mal -albricias-
que dentro de sus repentinos 
ataques de locura
siempre avisaba -por si acaso-
y siempre recibía ayuda
y a ello se debe
que nos haya llegado
esa obra suya
densa en lo que pudo
pues corta fue su existencia
y muy productiva
en lo que tiene que ver
con el retrato que nos dejó de una época
y de su propia vida.

Autor: José Vte. Navarro Rubio


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