POESÍA: COSTUMBRARIO PINAREJERO

La intensa lluvia caía
tras unas rogativas
y unos silencios prolongados que iban
de casa en casa
y de esquina en esquina
pues el agua traía
buenas cosechas y alegrías
a todos aquellos pobres de Pinarejo,
la mayoría,
que vivían
al igual que las nubes
del vapor de agua que ascendía
y de las lloviznas que caían.

En Pinarejo
el agua que venía en enero,
cada gota era un dinero,
por eso en abril
todos querían aguas mil
pues sabían
que un abril mojado,
de panes iba cargado
y que agua para mayo,
era pan para todo el año
aunque si le preguntaban
al tabernero
contestaba con su peculiar acento:
que con abril
y el aguacero,
despabilaba el cliente
y el tabernero
y como en esto de estar de acuerdo
los había que vivían del cuento
también teníamos, por encima de "to"
a los que daban su opinión
dejándose guiar por el sol,
por eso mientras se reían decían:
"Abril, abril, tu agua para otro
y tu sol para mí"

En Pinarejo
el agua se cogía casi en cestos
y entre pozos y aljibes
y alguna que otra poza en el Charcón
cántaros y cantarillos
con agua hasta arriba
y botijos en la era
junto a la sombra de una galera
se vivía por aquellas tierras
de lo que se podía
con gallinas y conejos del corral,
cerdos engordados
con las sobras de la mesa y poco más,
caza de liebres, perdices y codornices
y por si faltaba algo
bueno es de nombrar
su aceite tan especial,
su vino que tomado en los funerales
servía para coger fuerzas
y llevar sobre los hombros
el féretro
desde la iglesia, allá en la misma cresta,
hasta el cementerio,
a un kilómetro y medio
por lo derecho,
azafrán de armas tomar,
tomates y cebollas regados gota a gota,
melones con mucho dulzor
y ajos tan sabrosos que se comían mejor solos
sin más acompañamiento
que pan y huevos fritos
de gallinas con mucho oficio
y para acabar
pues ya es hora de merendar,
las famosas tajas
de la papada del animal, 
bien retostas
por delante y por detrás.

Autor: José Vte. Navarro Rubio