En los tiempos en que estamos
y en los que nos quedan por recorrer
es todo un lujo
respirar aires de libertad
aunque sea los últimos de un día al caer
y vayan contaminados
de todo aquello que los hace tóxicos
y peligroso a la vez.
Con todo tipo de detalles
que tienen que ver
con recortes de los salarios
y reformas laborales
es un lujo trabajar ocho horas al día
por un salario digno que te de
al menos para alimentar, vestir, comprar y ahorrar para la vejez.
A lo que se ve
viven en pleno lujo
ajenos a la escasez
aquellos a los que la crisis les resbala
como si su piel
estuviera impregnada de grasa de foca por fuera
y por dentro de la hiel
de cualquier animal carroñero
de esos que se alimentan de lo que otros no pueden ni oler.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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