Pasé por una obra
su esqueleto abierto me enseñaba sus entrañas
y en ella
como si fueran hormigas laboriosas
obreros de la construcción
siempre con su misma cantinela,
levantando y tirando,
subiendo y bajando,
arena, cemento, viguetas, ladrillos.
En la obra
no hay silencios
ni en ella reína otra cosa que no sea el sudor y el trabajo, tajo y vuelta a lo mismo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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