Noche traicionera
con escabeches todavía relamiendo mi ombligo
y pesadez de estomago
y como en todo hay un objetivo
este ya se ha cumplido.
Todo al parecer
se encuentra sometido
a las leyes de la física
y para que nada se quede en el tintero
ni nadie pueda decir
vaya con este tipo,
en esta noche me declaro
ciudadano del mundo
y cojo como bandera
el pañuelo que mi abuelo usaba cuando se secaba el sudor en aquellos campos de trigo
que para el los hubiera querido
el Rey de España
o su yerno ese que anda a la espera de que un juez diga de que va ese asunto
tan peculiar y genuino
que a cualquier nacido
con dos dedos de conocimiento
le debería de dar como mínimo vergüenza y con ello paso a otro asunto.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario