1)
Dicen que fue poeta
¡joder con lo suyo!
Dicen que en la gran ciudad estuvo
para transformar el orden injusto
y que con todo aquello fabricó un libro.
Dicen que ahora vive
en la mente de muchos
y que todo ello se lo debe a ese destino
que juega con las personas
y convierte lo más íntimo
en imagen reflejada que la luna nos devuelve en sus fases de plenilunio.
2)
Aténgase a lo que dice,
no se muestre tan seguro,
cierre tras de si la puerta con doble llave
y tire de la cadena del water en el último segundo.
Aténgase a lo que ha sido,
sea lo que quiere de usted el destino
y por si acaso
de no encontrar alivio
creame y siga su camino.
3)
Dicen que escribió lo justo
para abrir y cerrar un libro.
Dicen que vivió
al límite de lo permitido
y que tanto tacto tuvo
que en todo lo que hizo
dejó su impronta
como una concha del Pleistoceno Antiguo.
Subió los impuestos,
fastidió a los pobres más de lo que ninguno hizo,
creó una sociedad a la medida de ciertos individuos
y mintió todo lo que quiso.
4)
Puede ser,
quizás así lo sea,
lo dudo.
Se
y en eso estoy muy seguro
que ya nuestra infancia lejana como si fuera un punto
nos queda menos tiempo para llegar a la meta
con la cual soñamos desde que nacimos.
5)
En la cueva tuvo su pequeño mundo
y a él
se debe ese mutismo
que la prehistoria nos ha legado
con lo cual ya está todo dicho.
6)
Son las tres da la tarde
en un reloj que marca hasta los segundos
y me llega
esa acaricia del aire que en el parque se transforma en torbellino.
Tú eres el aire
y yo soy
quien a ti te busco.
Tu eres la mujer
y el destino
de la historia del mundo.
7)
Puede ser que el calor
sea el culpable de lo que les digo
entre ello
de ese esplendor mínimo
que intuyo
cuando el sol se viene
hasta el banco de un parque en la ciudad escondido.
Quizás, puede ser, no lo dudo,
que en este día, domingo,
sentado bajo la sombra de un árbol muy envejecido
aprenda al igual que un día lo hizo
un pobre atacado por todos los males del mundo
a separar la paja del grano de trigo
y a saborear todo aquello que deja impronta en uno.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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