lunes, 20 de octubre de 2014

AÑO 1893: EL CRIMEN DE CUENCA EN ALBALATE DE LAS NOGUERAS



Luis Esteso, no fue reconocido en su quehacer literario en Cuenca, en donde cada vez que acudía a sus plateas éstas se convertían en verdaderos campos de batalla, donde era agasajado con tomates y patatas tras sus actuaciones. Y todo ello, como podemos comprobar en el artículo siguiente, publicado por el periódico OFENSIVA de Cuenca en 30 de julio de 1957, después de más de 21 años de su muerte, continuaba la polémica sobre este personaje:


Cuenca, 29 de julio de 1957.
Sr. D. Miguel María de la Hoz
Ciudad


Mi querido amigo: Como suscriptor del periódico, tomé nota del articulo armado por José Luis Coll, sobre la «Casa del Crimen», materia sobre la que se vuelve en el numero último.

Yo le escribo, no para tomar parte en la cuestión pluma en alto, sino para hacer unas observaciones relativas al «sambenito», de las que el escritor que quiera puede tomar noticia, aunque dejando en silencio mi nombre. He de hablarle de cosas de San Clemente, estuve allí siete años en mi cargo, y no quiero buscar complicaciones personales. No obstante esto, porque condeno, como todo buen conquense, la jaimitada de Esteso, es por lo que le aporto datos.
En mi honrada opinión, estoy de acuerdo en que, sin palabras gruesas volvamos por los fueros de nuestro buen nombre. Pero no creo que lo conseguiríamos con la invención de la Casa del Crimen, ya que esto vendría a remachar indeleblemente el asqueante remoquete.
Con ello, ademas, se robaría un derecho de propiedad, porque la Casa del Crimen ya existe en la calle de Rafael López de Haro de San Clemente. Allí, en el taller de guarnicionería, donde trabajan juntos Camilo Esteso y Luis Esteso, antes de marcharse éste a Madrid, se cometió el crimen, pues se pergeñó el matricidio de que después hizo gala Luis; con la circunstancia de que no fue él sino Camilo el verdadero autor de esta leyenda «tejana». Camilo era hombre de gran memoria y extraordinaria inventiva; día tras día fué redondeando el monstruoso cuento, y relatándolo en el taller ante clientes y embobados oyentes, siendo luego Luis el que, para ganarse Ja vida en las tablas, dio a la publicidad el original, del que se habrían de impresionar los discos de gramófono y se hablan de airear en telones de ferias las coplas denigrantes del buen nombre de la provincia mas noble y opuesta a lo que le ha dado la macabra fama.
Y, puesto que San Clemente tiene una Casa de la Inquisición, de la que aún se conserva la portada, en el Arrabal del Remedio, ¿qué le puede importar tener también la Casa del Crimen de Cuenca en la calle de Rafael López de Haro? Si lo quieren mostrar como orgullo de que Luis Esteso nació allí, para ellos sea el galardón; y si lo tienen que aguantar como baldón del pueblo que lo vio nacer, cargue con el sambenito el que en justicia lo tenga que llevar. Dejemos el cordero lechal para la gastronomía.
Fuera de este descargo que Cuenca pueda hacerse o mejor sería callar, convencidos de que en una generación no es fácil «desfacer el entuerto». Lo triste es que este vilipendio no sea punible por la legislación penal, porque entonces se cerrarían las bocas muy pronto.
Rogándole tome buena nota de las salvedades que le apunto al principio, y deseando poner mi grano de arena para destruir la canallada de un mal hijo de su provincia, se reitera su afectísimo,
AUGUSTO PARRA

El crimen de Cuenca, se produjo como tal, como crimen, el día 8 de marzo de 1.893 en Albalate de las Nogueras (Cuenca), donde fueron asesinados una madre y sus cuatro hijos con ocasión de un robo en su domicilio.

Así queda recogido en unas Coplas, anónimas, aunque adjudicadas a Luis Esteso y López de Haro, poeta cómico conquense, natural de San Clemente, autor de obras de teatro, coplas y monólogos, que editó una recopilación de sus obras, (Madrid, G. Hernández y Galo Sáez, 1927), entre las que se incluían unas coplas tituladas “El Crimen de Cuenca” (Biblioteca Municipal de Cuenca), y que comienzan así:

Padres que tengáis hijos,
Hijos que tengáis parientas,
Parientas que tengáis primos,
Y primos que tengáis suegras,
Mirad que crimen más feo,
En la provincia de Cuenca,
Cometieron tres ladrones,
A eso de las doce y media.
***
Muerto el amo, Muerto el mozo
Y la joven medio muerta,
Los asesinos sacaron
morcillas de la despensa,
Y las frieron con vino,
¿Quién quiere, por cinco céntimos,
Tomar la parte primera?
***
Ahora en la segunda parte,
Damos del suceso cuenta,
Donde se ve que el que mata,
Asesina, roba o quema,
Muere a mano del verdugo,
Como murió Luis Candela,
Como murió Juan Palomo,
Y otros mil de su ralea.”

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