sábado, 5 de julio de 2014

POESÍA: DE VALENCIA A GRANADA



La litera abierta
llama a dormir
antes de llegar a Granada.

Como si fueran
los tiempos de la posguerra
y uno se fuera
a la vendimia
aquella, tan narrada,
por tierras
de los gabachos, Francia,
o a las minas de la Silesia
en Alemania,
el tren marcha
mientras se anuncia
por la megafonía
la llegada a las estaciones
que despierta
a quien goza de la noche
encalomado en una litera
a la espera
que el tren nocturno
amanezca
en esa ciudad, Granada,
donde se alza la Alhambra

La noche
no me desespera
y el sueño
por ser suave
como la lana
me lleva
por la geografía de España
esa
que es tan exuberante
como una cabellera
provista de buena melena
por el viento zarrandeada.

 A las siete de la mañana
retreta, con una cierta pereza
en el cuerpo alojada
y a las siete y media

el revisor se despide,
de quienes en la estación nos apeamos,
para volver a comenzar su jornada.

Ahora llega el  momento
de arrastrar las maletas
por las aceras
de esa ciudad de Granada
que nos espera
para que disfrutemos con ella
de la misma forma que lo vienen haciendo
los millones de turistas
que hasta ella se acercan
para visitar la Alhambra
y llevarse, entre alabanzas,
millones de fotografías
que para si quisiera
el que les cuenta y habla.

Por el frío que pasé
camino de Granada
 en un tren de primera
les dejo con una copla,
que así se lanza ella:
Y después... la almohada,
pesarosa del rizo y la postura
y la sábana helada,
-mortaja de blancura-
plisándose sin voz a mi cintura.


Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: PENSANDO EN EL CHE GUEVARA Y EN UNA CAJETILLA DE MADERA DE PUROS HABANOS




Estrella sobre la cabeza,
barba,
y debajo
la palabra
"Habanos".
Ya saben de quien les hablo
por ser
el Che
tan
por aquellas
tierras amado.
Gravado
sobre una cajetilla de puros
con denominación de origen protegida
y eslogan preparado
para hacer de reclamo
nuestro amigo el revolucionario
ha sido utilizado
para reventar los mercados
sin importar el producto
que se esconde debajo
del Che, revolucionario.
Sobre la mesa
vacía de ese contenido tan poco sano
la cajetilla
con el Che
en ella gravado
servirá para otra cosa
diferente al autorizado.
Hasta la Victoria, siempre,
leo
y me quedo pensando,
¿será fumando?


Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA. BOABDIL Y SU REINO DE GRANADA PERDIDO


   

Como la luna que cae,
luz eterna,
alivio,
en un parque,
en un retiro,
por los años convertido
en lugar al que acudir
para huir
como lo hizo
quien no teniendo donde esconderse
desde un mirador
vio
con ojos de niño,
sus palacios
y sus fuentes,
sus jardines
y tesoros escondidos,
todo,
todo,
por no decir
para él se acabó la vida en este mundo,
perdido,
en un día
y en un siglo,
que para la historia quedó
para unos
los vencedores
como un hito
y para los otros
los vencidos
como un descalabro
tan mayúsculo
que desde allí,
desde el otro lado
de un río
con no mas agua
que la que cabe en un botijo,
Boabdil,
así se llamaba ese rey
al que su madre
inmortalizó
para risa de algunos,
derramó tantas lágrimas
como ningún otro ser
en la historia del mundo
hasta entonces nunca se había hecho
ni nunca más se hizo.
Hay que ver
lo que valía Granada
tan querida por todos
y por algunos
deseada hasta el punto
de inmortalizar el trance
con un cuadro pintado
en el que se contempla,
en ello el pintor tuvo algún lapsus interruptus,
a un rey
entregando unas llaves
y a otros,
el y ella,
tan a su gusto,
recogiendo el regalo
y mostrando su altivez
mirando de reojo
la joya de su corona
con todo lo que había dentro
de la ciudad
y de sus recintos.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

viernes, 4 de julio de 2014

POESÍA: BAJO UNA HIGUERA Y EN GRANADA, QUE ME DICE USTED AMIGO

 

A la sombra de una higuera
y en Granada
que buen aperitivo
de brevas maduras
a punto de caer sobre el suelo y convertirse en añicos.
Una higuera
de sombra tan leve
como un suspiro
en una calle tan céntricas
que a un paso queda de la Catedral que domina sobre el resto de edificios.
Y en Granada
en una tarde de sol cayendo de lleno
sobre el suelo que le sirve de mortaja, cuna y alivio
uno que a Granada fue
para ver la Alhambra y su ambiente morisco
se encuentra tan tomado por la ciudad
que de haberlo sabido
en Granada y sin otro oficio
que andarín
hubiera a sus anchas crecido.
Ya la higuera llena de higos
y el suelo que se relame de gusto
con unos cuantos higos caídos
la tarde se va entre brincos, coces y rebuznos,
rezos en las iglesias
y en las terrazas de los bares suspiros
de quienes ven pasar a las mozas
y se sienten por ellas atraídos.


Autor: José Vicente Navarro Rubio

jueves, 3 de julio de 2014

POESÍA: EN GRANADA Y DE PARTIDA SU HOTEL MONJAS DEL CARMEN

Hotel Monjas del Carmen  Hotel Monjas del Carmen

La noche en blanco
y en Granada,
la noche como música
que se escucha
a través de una ventana
que da a la Gran Vía
y a una calle muy bien servida
de todo lo que en Granada se busca,
música y buena compañía.

En la calle pasan
¡que dicha!
tantas cosas
que la retina se me activa
y si ya por Granada sentía
una especial simpatía,
ahora que se me reviene
tan cerca y tan de palabras
en el cielo contenidas,
por Granada
y en Granada
y sin nada más que les diga
me despido por esta noche
en que uno se siente poeta
sin necesidad de escribir sus versos
en libreta alguna.

De la higuera caían
higos
que sobre el suelo construían
su dominio
y en esta dicha
de ver como la higuera
sobre el entorno era la dama que encandila
divisé una placa que así decía:
por aquí estuvo el Rey Don Juan Carlos I
un día
disfrutando de la ciudad en compaía de Sofía..

En el hotel Monjas del Carmen
se respira
lo poco o mucho que se necesita
para de buena mañana
con el frescor del día
salir a la calle
para recorrer Granada
en busca de alguna cita,
ya sea con la Alhambra,
o con ese paseo de los Tristes
con tan buenas vistas
que la tristeza por aquí
en mi pueblo se llama alegría.

Todo en Granada entra
dentro de lo que uno se imagina
de una España Medieval
tan llena de maravillas
que en ella Granada era la perla preferida
que cualquier bien nacido hubiera colgado
del cuello de su dama preferida.

Autor: José Vicente Navarro Rubio



POESÍA: DE VUELTA A PINAREJO



Aun bajando camino de la Plaza,
aun siendo guacho de pocas canas,
aun los campos sin cosechas,
aun la Santa Agueda en la iglesia a sus anchas,
aun en Pinarejo con el calor pegando fuerte y sin encontrar ningún lugar
donde resguardarse de las "brasas",
aun lejos,
aun cerca,
aun tan cara,
aun  siendo deseada,
me llegan los sueños
y con ellos me marcho
en búsqueda de mantel, cama y posada.

Aun se que esto se llama
nostalgia
y por no tener otro nombre
y por ser la medicina que calma
los dolores de cabeza tan barata,
cojo el coche y me marcho
tras atravesar media España
a ese lugar
en el cual todo se cura con reposo, buenas comidas y caminatas
por los lugares donde de pequeño desgastó uno las alpargatas
pisando guijarros, saltando las vallas,
corriendo tras las mariposas
y tapándose con las sabanas hasta las pestañas.

Autor: José Vicente Navarro Rubio 

miércoles, 2 de julio de 2014

POESÍA: ¿POR QUÉ TE AUSENTAS GRANADA?

 

¿Por qué te ausentas Granada
cuando de lejos te miro
y tu sabes que te llevo en el alma
sin haber sido Rey ni llorado
a cada paso que daba?

La ciudad esquiva la presencia
de aquellos que hasta ella se acercan
sin dar a cambio nada
y cuando la aclamas
se viste de fiesta
con tacones y largas faldas,
pantalones ceñidos de larga cañas
y castañuelas a toque de guitarra
y voz quebrada
remojada en vino oloroso
de esos que abrasan
los labios de las mujeres
que en la noche se pierden
por las callejuelas estampadas
de puestos de baratijas, patios con huertos
y sombras milenarias
con cafés tan selectos
que en ellos la calor se estampa
sobre las paredes y suelos para dejar allí su sabor a limonada.

En Granada se pierden hasta los años
y quien llega con la moral baja
en Granada
sin necesidad de más compañía
que una mochila
y unas zapatillas gastadas
se puede vivir a lo grande
con tantas ganas
que la noche ya vestida de gala
se convierte en juerga hasta altas horas de la madrugada.

Por ser de Granada murió
sin poderse despedir de sus amigos del alma,
por ser poeta
y llevar la poesía hasta las más altas cimas de las letras castellanas
Federico Garcia Lorca
en estos días me acompaña
como si el y yo
y todos aquellos y aquellas que marcamos el paso por la Alhambra
hubiéramos crecido
en ese huerto que todavía guarda
el nombre de San Vicente y un numero, 16,  que nos habla de que allí tuvo su morada.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: DE ESA CARRERA DEL DARRO EN GRANADA

  

Se llega al paseo
como quien no anda
y en la sangre tuviera ganas
de llenar los espacios con la resonancia de sus pisadas
en la Cuesta del Chapiz
ya la tristeza del alma
a punto de desembocar allí donde se siente más estimada.

El Sacromonte duerme
a estas horas de una tarde solo preparada
para quienes quieren encontrar en aquello que buscan con la mirada
lo genuino que hace a los pueblos diferentes y a sus almas hermanas.

Por el Paseo de la Harina
tras llegar al Mirador de Morayma
uno retoma sus pasos y entre jardines con palacios
y escuelas en su suelo afincadas
llega casi en volandas
a ese río Darro
de Granada sus aguas casi más estimadas
y tras recorrer un sinfín de espacios de esos que entrañan
se ve allí arriba la Alhambra
como si alguien te esperara
y  cerca de por donde andas
puentes caídos en desgracia
con sus arterias al aire
y sus piedras colgando a falta de la obra que le falla.

Ya la Plaza Nueva se llena
a estas horas de la tarde de bandadas de turistas cada uno con su cruz y espada
como si quisieran tomar Granada
pero de aquí, en ello reside la gracia,
nadie se lleva otra cosa que no sea un grato recuerdo de la horas pasadas
entre fuentes con sus aguas,
jardines pidiendo al calor calma,
edificios levantados por combatientes de todas las armas
y comida tan bien elaborada
que los dulces y postres
regados con vino, cerveza, agua y limonada
invitan a la reflexión
y a subir por esas cuestas empinadas
que siempre llevan a picos de vista de águila
con la Alhambra al fondo esperando tu mirada.

Autor: José Vicente Navarro Rubio


martes, 1 de julio de 2014

POESÍA: DE ESA ALHAMBRA QUE ENCANDILA



En un cielo de tormentas
y en un cielo de dichas,
en un cielo que escupe nubes
y besa con su cara a a la luna
uno ve en la Alhambra
lo que nunca había visto en su vida,
como si el cielo fuera de oro
y como si de él cayeran pepitas
con que llenarse los ojos
de esa luz precisa
para seguir disfrutando de tanta hermosura.
Me perdí en la Alhambra
a sabiendas que aparecería
entre frescas albercas y parques llenos de plantas tan llenas de vida
que todo en la Alhambra es tan preciso
como el aire que sin querer se respira.
La Alhambra resucita
allí donde estés y sin necesidad alguna
de más alquimia
que la razón propia del ser humano que  en ella piensa de noche y de día

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: ENTRE LEONES LA ALHAMBRA MUESTRA EN EL MES DE JULIO SU CARA OCULTA



Son los leones los que miran
y detrás de las celosías
quizás sea una princesa la que se encandila
soñando que es cautiva
allá por aquellos años tan llenos de poesía
que no hay libro alguno
capaz de recopilar lo que los juglares cantaban en sintonía con la salida de la luna.

Agua que resbala y que llega sin prisa
por cauces que salen camino de su muerte segura,
pues el agua que se escapa por esas bocas de leones hambrientos de aventuras
es agua que no volverá a regar garganta alguna.

Se respira en este ambiente
la tranquilidad que uno necesita
para llenarse de la belleza
que el lugar trasmite en su plenitud y hermosura.

Si uno fuera sultán
o si uno hubiera vivido en aquella época tan perdida
seguro que a estas horas estaría
disfrutando de alguna aventura,
pero uno es lo que de él ha hecho la vida
por eso todo vuelve a ese punto de partida
en que lo mejor es dejarse llevar por el rumor de los pasos de quien a tu lado camina.

Cargado de maquina de fotografiar
y sin hacer más preguntas
uno se llega
hasta allí donde le lleva una cola de turistas
y en esos silencios de la tarde tan bien caída
y ya las ocho de la noche sobre Granada tocando su retirada oportuna
todo vuelve en la Alhambra a ser como un sultán o califa quiso que fuera la ciudad que el quería.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN GRANADA PASÉ UNOS DÍAS



No crean ustedes que es la ira,
ni que es la palabra vacía
la que ahora me llama,
es que estuve en la Alhambra
y después de ver esa maravilla
todo lo que diga es poco y por eso me mantengo en la línea
de ser prudente y no meter la pata
más de lo que la prudencia más casta indica.

A pocas horas de pasar por Granada
todavía queda en uno la dicha
de poder exclamar ¡que maravilla!,
por ello y muchas cosas
y más que me callo en este día
uno se reafirma
en aquellos postulados que indican
que España es única.

La Alhambra se me viene encima
con sus jardines y palacios
con su agua viva
y con su austera melodía
a historias pasadas
que en las salas de los palacios se respira
con solo mirar alrededor
y comprobar como todo gira
entorno al Dios que sea y a quienes vivieron en completa armonía
con el entorno más cercano
y con esa ciudad que a sus pies rendía pleitesía.

Por el Paseo de los Tristes
se me fue la sonrisa
pensando en aquellos poetas
que sin abrir la boca escribían
la grandeza de lo que veían
y al llegar, que siempre se llega,
a esos miradores de águilas fugitivas
uno se encuentra que delicia,
aun sin querer ni pensar
lo que se le viene encima
con la Alhambra que resucita,
ya se a la luz del alba que todo lo convierte en bellas melodías
o al ocaso del sol
sobre esos torreones de princesas en sus días cautivas.

Recorrer Granada es una delicia
y más mezclarse con sus gentes
tan bien educadas y dignas
de ser herederos de un tesoro
que por no tener precio no hay arca alguna
capaz de guardar el oro suficiente para comprar esta ciudad de Granada
a tiro de quien hasta ella se decida a llegar para sentirse hijo o hija suya.

Autor: José Vicente Navarro Rubio
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