sábado, 29 de noviembre de 2014

CALLEJERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA: COMTE DEL SERRALLO

Rafael Echagüe y Bermingham




En honor
¿Qué honor?
a aquella guerra Carlista
que asoló a la nación
¿Qué nación?
se dedicó
una calle
al teniente general que participó
en la recuperación del territorio español.
Grande de España
A la sazón senador,  
Mariscal y Gobernador
Y por si faltaba algo más en su escalafón
Capitán General de Valencia
por lo mucho que defendió el pendón.
L’Alcúdia tiene su Serrallo
y a un conde
¡que alto honor!
aunque por aquí el Conde nunca pasó
ni para echar gasolina

ni para recoger ningún galardón.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

Rafael Echagüe y Bermingham (San Sebastián15 de febrero de1815 - Madrid23 de noviembre de 1887) fue un noble, militar y político español que desempeñó diversos cargos públicos de importancia.
Fue hijo de Joaquín Echagüe y Barbería, de la nobleza vasca, y de María Josefa Bermingham Measher, hija de emigrantes irlandeses. Comenzó su carrera militar participando en la Primera Guerra Carlistacon los chapelgorris de Guipúzcoa que defendían el partido de la reinaIsabel II; fue ayudante de campo del general O´Donnell y posteriormente coronel de infantería. En 1854 tomó parte en la Vicalvarada.
Fue elegido diputado por Huelva en 1854 y por Córdoba en 1858. Ese mismo año fue nombrado capitán general de Valencia. Tomó parte en la guerra de África de 1859-1860 con el empleo de mariscal de campo; desempeñó el cargo de gobernador de Puerto Rico entre 1860 y 1862, y de Filipinas entre 1862 y 1865; a su regreso a España ocupó el puesto de capitán general de Cataluña durante un breve periodo en 1865.
En 1871 se le concedió el título de conde del Serrallo en reconocimiento por sus servicios, con título de Grande de España. En 1872 fue elegido senador por la provincia de Puerto Rico y en 1876 por la de Guipúzcoa; al año siguiente se le concedió el puesto de senador vitalicio.

D. Rafael Echagüe y Berminghan, Teniente general de los Ejércitos Nacionales y en Jefe del Centro, conde del Serrallo. = Dispuesto á oponer el necesario correctivo á los esfuerzos del carlismo para prolongar la guerra civil, ordeno y mando: = Artículo único. Las familias de los individuos que, perteneciendo al actual reemplazo, sirvan en las filas carlistas, y en defecto de aquéllas los pueblos, pagarán una multa de 10.000 reales por cada mozo, que se hará efectiva por todos medios, exigiéndose la responsabilidad en el orden del grado de parentesco y empezando por los padres o tutores. = Las auto- ridades locales quedan encargadas dé la ejecución de este bando
= Cuartel general de Sagunto  Marzo de 1875 =Rafael Echagüe.

CALLEERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA: JOSEP RENAU



Y un día
y otro
y la patria
que anhelas
al otro lado de la frontera
y tu te dices:
Adiós buenas
mientras te miras al espejo
y no ves
al joven
que eras
pues solo quedan
las arrugas
sobre la frente
y en la cartera
alguna carta
con la tinta seca.
Y un día
cualquiera
de un almanaque
con números de imprenta
te acuerdas
de tu tierras
y dibujas
como quien sueña
un puño que alza la fotografía que de joven eras.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio


Josep Renau Berenguer fue un pintor, fotomontador, muralista y militante comunista español, hijo de José Renau Montoro, profesor de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia

CALLEJERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA: DR. GÓMEZ FERRER

Imagen

Este doctor luchó
contra la poliomielitis
y el sarampión
y dedicó
gran parte de su vida
a esa profesión
para la cual haca falta mucha vocación.
El doctor Ramón Gómez Ferrer
en Valencia ejerció su profesión
 y murió
recibiendo entre otras condecoraciones
la distinguida Legión de Honor.


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  1. Ramón Gómez Ferrer
  2. Ramón Gómez Ferrer fue un ilustre médico valenciano, miembro de una familia procedente de Mora de Rubielos, que ocupó la cátedra de Pediatría de la Facultad de Medicina de Valencia durante 36 años.

lunes, 24 de noviembre de 2014

CALLJERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA: VICENT ANDRÉS ESTELLES


Vicent Andrés Estellés

Es de la tierra el hombre
que con su lucha completa
la conciencia
de otros seres 
que de sus lecturas se llenan.
Y el hombre y la tierra
y con ellos la epopeya
de a golpes de azada
y de palabras corriendo por una libreta
crear una historia tan bella
que no hay patria ni naciones 
que no se sientan
tan bien amadas por un poeta.
Con la luz que entra
la estancia revienta
de esos cánticos que Vicent Andrés Estelles
expresa
para que las gentes sepan
que existe un lugar
en la alacena de la conciencia
para ser como las estrellas
libres
de todo aquello que aterra
nuestra existencia.
Va esta poesía por el poeta 
de las calles 
y de las escuelas
con esa leyenda que dice sin asperezas, 
Vicent Andrés Estelles: poeta.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

Vicent Andrés Estellés (Burjassot, 1924 - Valencia, 1993) es considerado el mayor poeta que ha dado el País Valencià [País Valenciano] desde el siglo XV. Estellés aportó a la poesía un lenguaje directo, sencillo y épico. La muerte y, como contraposición, el amor en todas sus manifestaciones, como la sexualidad, son temas recurrentes en su obra.


Vicent Andrés Estellés fue el gran renovador de la poesía valenciana del siglo XX. Poeta infatigable, escribió una vastísima obra de más de 50 títulos y recorrió los grandes temas de la literatura, desde la muerte hasta el amor, pasando por el hambre, el sexo y la guerra. A la lírica de la década de los años 50, aportó una propuesta poética original. Su lenguaje era directo y sencillo, narrativo y épico. Además, incorporó, de manera testimonial pero también crítica, la realidad personal y colectiva de posguerra.
Este poeta valenciano empezó escribiendo teatro, como ‘Oratori del nostre temps’ [Oratorio de nuestro tiempo], pero la mayoría de su obra se acabaría centrando en la poesía. No obstante, publicar en catalán en plena posguerra no era nada fácil. De hecho, su primer libro de poemas, ‘Ciutat a cau d’orella’ [Ciudad al oído], no apareció hasta 1953. Tres años después publicó el que se convertiría en uno de sus primeros éxitos, ‘La nit’ [La noche], donde la idea de la muerte ya estaba muy presente. Aquel mismo año había muerto su hija de pocos meses. El poeta no disminuyó su ritmo creativo, pero publicar era, en aquel momento, muy complicado y, en los 14 años siguientes, sólo sacó dos libros: ‘Donzell amarg’ [Doncel amargo] (1958) y ‘L’amant de tota la vida’ [El amante de toda la vida] (1965).
En los años 70 llegó su eclosión, gracias a la mano hábil del escritor Joan Fuster, buen amigo suyo, y el ingenio del editor Eliseu Climent. Aparecieron ‘Lletres de canvi’ [Letras de cambio] (1970), ‘Primera audició’ [Primera audición], ‘La clau que obri tots els panys’ [La llave que abra todas las cerraduras] y ‘Llibre de meravelles’ [Libro de maravillas] (1971) –este último, un ‘best-seller’ poético–, y los siguieron ‘L’ofici de demà’ [El oficio de mañana] (1971), ‘L’Hotel París’ [El Hotel París] (1973) y ‘El gran foc dels garbons’ [El gran fuego de las garbas] (1975), por citar sólo algunos. Gran parte de estos volúmenes habían sido escritos en los años 50 y 60. Después vendría el inicio de la edición de las obras completas, que culminaría en 1990, con la edición del décimo volumen, ‘Sonata d’Isabel’ [Sonata de Isabel], en homenaje a su mujer. Paralelamente, le empezaron a llover los reconocimientos, como el premio ‘Lletra d’Or’ de la literatura catalana y el ‘Premi d’Honor de les Lletres Catalanes’. En 1979 recibió el homenaje de su pueblo natal con la colocación de un busto que sería atacado por radicales fascistas y antivalencianos. Desde 1973, la ‘Nit dels Premis Octubre’ convoca un premio de poesía que lleva su nombre.
Estellés estaba muy vinculado a la ‘Nova Cançó’ y este hecho ayudó a popularizar su obra. Participó en numerosos recitales por todo el territorio catalán y su poesía fue adaptada por cantantes como Ovidi Montllor, Maria del Mar Bonet, Raimon, Lluís Llach, Pi de la Serra y Al Tall, entre otros.
El poeta era hijo de una familia humilde y en muchos de sus versos recuerda de manera amable y respetuosa a sus padres y su hermana, Carme. Su familia, de hecho, queda reflejada en ‘Horacianes’ [Horacianas]. En el conocido poema ‘Coral romput’ [Coral roto] también titila la inocencia infantil.
La muerte está muy presente, casi de manera obsesiva, en su obra. En ‘El oficio de mañana’ y ‘Coral roto’ recuerda las muertes familiares que marcaron su niñez: las del tío Josep Maria y el abuelo. A la muerte contrapone el amor, a través de múltiples manifestaciones, como puede ser una expresión directa de la sexualidad o la exaltación del erotismo como una fiesta de los sentidos.
Estellés empezó de muy joven a trabajar de panadero con su padre, y a alternar este oficio con otros trabajos. Sin embargo, pronto se decantó hacia el periodismo y, en 1948, entró a trabajar en el diario ‘Las Provincias’. Treinta años después, en 1978, fue cesado, con una prejubilación repentina. Tan sólo tenía 54 años. Desde el mismo diario contempló la virulenta campaña antivalenciana, que tuvo como dianas a otros escritores como Fuster o Sanchis Guarner. Contra algunos de los siniestros personajes del diario disparó los versos más envenenados de las ‘Horacianas’, donde disfraza a los enemigos contemporáneos de personajes de la Roma imperial.
Uno de sus libros más destacados, ‘Libro de maravillas’, se convirtió en el gran poema de la posguerra. Estellés lo escribió entre los años 1956 y 1958 y a través de sus versos recrea los primeros años de la dictadura. Es un gran canto a Valencia y los pueblos de la Huerta en un contexto extremadamente difícil. Para hacerlo, tomó objetos, personajes y rincones de la realidad tangible para convertirlos en un artefacto poético poderoso y efectivo. El poeta utilizaría este método a lo largo de su obra: recreaba su mundo más cotidiano, sin renunciar a los aspectos más vulgares, hacía una crónica social e inventariaba los personajes y acontecimientos, que iban siempre de la mano de sus autores predilectos.
La pluma de Estellés mezclaba con mucha habilidad los clásicos latinos como Horacio, Ovidio, Catulo o Virgilio; los catalanes, como Jaume Roig, Ausiàs March o Jordi de Sant Jordi; y los extranjeros, como Baudelaire, Pavese, Ungaretti, Neruda y Quasimodo, con las más profundas raíces populares, el catalán de la calle, aprendido en la Huerta, su origen vital. El poeta recogía en sus versos aspectos políticos y cívicos y experimentaba con las formas y la lengua.
La manera de narrar de este poeta valenciano era, según Joan Fuster, ‘subjetiva y dislocada’. El tono que utilizaba era el propio de una confidencia íntima, acompañada por un ritmo poético siempre latente. Estellés era un hombre apasionado que narró, a través de la poesía, el horror de la guerra, la muerte concreta de la infancia y la juventud, el hambre, la degradación colectiva de todo un pueblo, las persecuciones, la rabia, la impotencia, la alienación, la incomunicación, el erotismo... Sus versos son también un grito de esperanza y lucha, porque el poeta a menudo asume un sentimiento cívico colectivo.
Sólo dos días después de la muerte de Franco empezó a escribir ‘Mural del País Valencià’, una obra colosal de más de 2.000 versos (60 libros) que retrata con esperanza a los personajes, el paisaje y la historia de todos los pueblos valencianos.

CALLEJERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA: VICENT VENTURA



De las desventuras
de entreguerra
su vida llena
la de Vicent Ventura
tan preocupado por su tierra.
Tanto el hombre
luchó
por esa Europa
ahora tan nuestra
que aun muerto
por ello se le  recuerda.
Fue hombre de combate
que supo medir sus fuerzas
y aun con heridas
en el alma
sus manos no tiemblan
cuando escribe y cuenta
de lo que nadie habla
y muchos sospechan.
Socialista de los  pies la cabeza,
Vicent Ventura
por aquí se te recuerda.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio




Vicent Ventura murió el 24 de diciembre del 1998 a los 74 años. Había nacido en Castelló de la Plana y cofundó el Partit Socialista del País Valencià y el sindicato CCOO del País Valenciano. Socialista y nacionalista, participó en 1962 en una reunión de demócratas en Múnich, que le costó el exilio y el confinamiento. Al volver en València vio las puertas cerradas para ejercer su trabajo de periodista y fundó una empresa de publicidad. La prensa local lo evitó, pero no así algunos medios catalanes, dónde pudo escribir regularmente. Uno de los temas recurrentes de Ventura en sus artículos fue el europeismo, un tema raro en la prensa franquista de los años sesenta, han relatado fuentes de la UV. En 1995, recibió la Medalla de la Universitat de València, en un acto solemne celebrado en el Paraninfo de La Nau. La institución académica ha editado una selección de artículos de Ventura con el título 'Un home de combat'.

CALLEJERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA VICENTE ALEIXANDRE


Vicente Aleixandre


Fue poeta
de una generación casi perdida
por la guerra.
Poeta de augusta figura
y verso libre como una cuerda
que pendiendo de una rama
acariciaba las estrellas.
El y su figura
de hombre herido
me llega
en aquellos días
de tertulias
en un Madrid
que llevaba en sus venas.
Su historia está llena
de silencios
que solo se cortaban
cuando el sonido de sus versos llenaban las estancias de su casa solariega.
Con el Premio Nobel le llega
al igual que la sangre que corre por las arterias
el reconocimiento a una labor tan extensa
que las aves del paraíso
vuelan
al encuentro de quien con ellas
construyó poemas.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

Vicente Aleixandre y Merlo. (Sevilla, 26 de abril de 1898-Madrid, 14 de diciembre de 1984). Poeta perteneciente a la Generación del 27, recibe el Premio Nobel de Literatura en 1977.
Su infancia transcurre entre Málaga y Madrid. Estudia Derecho y Comercio, y durante unos años es profesor en la Escuela de Comercio de Madrid especializándose en Derecho Mercantil.
Su amistad con Dámaso Alonso y sus inquietudes literarias le llevan a leer y a estudiar a los grandes poetas de la literatura universal, como Bécquer y Rubén Darío. Sufre una grave enfermedad y durante su recuperación se dedica a escribir poesías que son publicadas en las revistas culturales más importantes de la época, consiguiendo gran éxito. Ahí empieza su amistad con los otros componentes de la Generación del 27, como Federico García Lorca y Luis Cernuda. En 1934 recibe el Premio Nacional de Literatura.
Tras la Guerra Civil permanece en España y su obra toma una trayectoria muy personal. En 1949 es nombrado Académico de la Lengua y desde entonces se convierte en maestro y protector de los jóvenes poetas españoles, que acuden a visitarle con frecuencia a su casa de Madrid, donde con frecuencia organiza tertulias literarias.
Su obra se caracteriza por el uso de la metáfora y se le reconoce como el principal poeta surrealista español. Se dice que su trayectoria se divide en tres etapas: una primera de poesía pura (con influencias de Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén), otra de poesía surrealista y una tercera de poesía antropocéntrica.
En 1977 recibe el Premio Nobel, con el que se reconoce universalmente su obra y, en cierta manera, la de toda la Generación del 27

CALLEJERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA: BEATA AMAT



Fue beata
y de armas tomar
en su amor a Cristo
y a los pobres
y a la Virgen del lugar.
Lorenzo Boix
ex-custodio y guardián
la va a honrar
un 28 de agosto
de un siglo tan iluminado
que de él habría mucho que hablar.
Un calvario de cruces
durante su vida
la beata va a soportar
y el Señor
un día
la va a llevar
hasta el monte de la eternidad.
Fue su corazón un altar
en el que se venía a celebrar
esa comunión diaria
con Cristo
que en el cielo está.
Sobre la tierra desnuda
su cuerpo solía descansar
ya cansada de orar
hasta esas horas de la madrugada
en que los gallos osaban cantar.
Piedrezuelas en los zapatos
le acompañaban en su caminar
y una ceguera total
le va a servir
para perseverar
más y más
en defensa de sus ideas
y en pedir y rogar
por los feligreses del lugar.
L'Alcúdia tiene su beata
al igual que Carlet y Guadassuar.
Beata hubo muchas
pero ninguna vino a alcanzar
el renombre de la Beata Amat.


Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

Boix (Fr. Lorenzo). 

Franciscano descalzo, natural de la Alcudia de Carlet, donde nació en 1716*
Tomó el hábito en el Convento de Santa Ana del Monte, de la villa de Jumilla
(Murcia), en el día 4 de mayo de 1732, profesando en el siguiente; y concluído
sus estudios, fué nombrado Lector de Artes y después de Teología. También obtuvo los empleos de Custodio Provincial y Vicecomisario de la Provincia de San Pedro 
de Alcántara de Granada y Murcia; y siendo últimamente Guardián del Convento de 
Siria, murió en 1797, habiendo trabajado mucho en la obra de aquella casa, que 
edificó de nuevo, mudándola a terreno más sano. Escribió:
I.*' «Sermón en las exequias de la Sierva de Dios María Ana Amat, natural de la 
villa de Alcudia de Carlet, predicado en el Convento de San Pedro de Alcántara, 
de dicha villa, en 28 de agosto de 1769». Valencia, por Salvador Fauli, 1771. En 4.°
2° «Vida de la Venerable Sierva de Dios María Ana Amat». Ms. en 4.*^ Fuster: tom. II, pág. 173.

CALLEJERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA: RONDA EUROPA




La Ronda Europa
en l'Alcúdia va a parar
desde una rotonda
cerca de un lugar
donde un puente sobre el Magro
se viene a alzar
hasta allí donde la vista
cansada deja de mirar.
Por ser de Europa,
la Rotonda
y el que les viene a hablar
la Ronda Europa enclavada está en un buen lugar
como si se quisiera integrar
en este pueblo acogedor
que de esta forma tan singular
la ha venido a inmortalizar.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

CALLEJERO POÉTICO DE L'ALCÚDIA: RONDA DE LA SOLIDARITAT



Más que calle es Ronda
y en eso que está
en un pueblo solidario
que sabe pregonar
a los cuatro vientos
principios que en la Carta Magna se vienen a retratar.
En l'Alcudia
la palabra solidaridad
va unida a libertad,
democracia y justicia social.
Cuatro palos estos
que dan para pensar
que si el mundo fuera más justo
sobrarían calles que vinieran a mencionar
lo que por justicia se tiene que dar.
Por el pobre
y para el pobre,
y sin otra cosa que mirar
los pueblos se deben unir
para luchar
por la igualdad de la humanidad.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

Valores mínimos de la ética cívica (tomado de su libro Ética, Editorial Santillana, Madrid, 2000). Adela Cortina.

Que una sociedad sea pluralista, no significa que no tengan nada en común. Una sociedad es moralmente pluralista cuando en ella conviven personas que tienen diferentes concepciones morales de lo que es la vida buena, diferentes proyectos de felicidad, es decir, diferentes máximos de felicidad; pero precisamente logran convivir pacíficamente porque al mismo tiempo tienen unos mínimos de justicia, que todos comparten y que todos respetan. Esos mínimos componen lo que se llama una ética cívica:
  1. La libertad, entendida como autonomía moral (cada persona es libre de querer unas cosas y no otras, siempre que no dañe a los demás) y como autonomía política (cada ciudadano puede participar activamente en la vida política de su comunidad).
  2. La igualdad, entendida como igualdad de oportunidades para alcanzar unos mínimos materiales y unas mínimas condiciones sociales y culturales para desarrollar una vida digna.
  3. La solidaridad, entendida como una acción para apoyar al débil para que alcance la mayor autonomía y desarrollo posibles. En un mundo con tantas desigualdades, difícilmente se puede lograr la libertad y la igualdad sin unas acciones solidarias.
  4. La tolerancia, o mejor dicho, el respeto activo: la sola tolerancia puede llevar a la indiferencia, por tanto, es mejor hablar de respeto activo (no solo permito que el otro, el diferente a mí, pueda convivir conmigo, sino que además procuro entenderlo, preocuparme por él, apoyarlo, e incluso aprender de él).
  5. El diálogo, como la mejor manera de resolver los problemas que supone la convivencia plural. La violencia trae resentimiento, odio y deseos de venganza, mientras que el diálogo permite buscar una solución pacífica que satisfaga a las partes y crear unas normas básicas de convivencia.


CALLEJERO POÉTICO DE L'ALCUDIA: TRIBUNAL DE LES AIGÜES


m



En la puerta de la Catedral,
los jueves
se junta un  Tribunal
cuyas sentencias hay que acatar.
Toca hablar
y toca callar
y toca aplicar sentencias
que se tienen que respetar.
Ese Tribunal
de fama mundial
tiene tanta historia y es tan práctico en su forma de actuar
que ya lo quisieran para sí
otros Tribunales a escala nacional e internacional.
Si hablamos de agua y de riegos
no se le olvide apuntar
que en Valencia
el Tribunal de les Aigües
tiene su sede oficial

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

Tribunal que es reuneix cada dijous d’onze a dotze del matí a la part dreta de la porta dels Apòstols de la seu de València, per tal de veure i de resoldre les diferències sorgides entre els regants de l’Horta valenciana, excepte els beneficiaris de la séquia de Montcada, que constitueixen una comunitat a part.
Jaume I féu donació, el 1238, de les séquies del Túria als usuaris, respectant el dret consuetudinari (“segons fo acustumat e establit en temps de sarraïns”). L’aigua del Túria (15 m3 per segon) és considerada dividida en 138 files, de les quals, per la vora esquerra del riu, en pren 48 la séquia de Montcada, 10 la de Tormos, 14 la de Mestalla i 14 la de Rascanya, i per la vora dreta pren 14 files la séquia de Quart, 10 la de Mislata, 14 la de Favara i 14 la de Rovella. Una assemblea general de regants de cada séquia, que es reuneix cada dos anys, designa directament el seu síndic o sequier i la junta de govern, i vota el pressupost. El síndic, auxiliat pels atandadors subordinats seus, vigila el rigorós repartiment de l’aigua en quantitat i duració. En temps de secada, el síndic té poders il·limitats per a distribuir equitativament l’aigua disponible, i quan una collita corre un perill imminent, posseeix també atribucions per a concedir “l’aigua de gràcia” al conreu amenaçat, en detriment dels altres menys exposats. Els regants han de pagar grosses multes si desacaten les ordres del síndic. Vuit síndics, un per cadascuna de les séquies de Tormos, Mestalla, Rascanya, Mislata, Favara i Rovella, i dos per la de Quart —un corresponent al braçal general i un altre pel de Bennàger i Faitanar— constitueixen el consell de les séquies del Túria, el qual normalment és deliberatiu —en temps de secada, però, és també executiu— i exerceix així mateix funcions judicials, sense cap apel·lació superior. En les sessions setmanals dels dijous, el Tribunal de les Aigües, constituït pels vuit síndics esmentats, tracta i dirimeix les diferències entre els regants, i les denúncies de regatges abusius formulades pels atandadors, amb un procediment judicial gratuït, oral i sumaríssim. Després d’escoltar les parts, un síndic de l’altra banda del riu —el de Favara en els litigis de les séquies de la vora esquerra i el de Mestalla en els de la dreta— proposa la sentència, i el tribunal la dicta després d’una breu deliberació en veu baixa, no intervenint en la seva votació el síndic de la séquia interessada. Tots els síndics vesteixen encara —no sense una certa vanitat— la brusa negra, que era el vestit de cerimònia habitual dels llauradors valencians en el primer terç del s. XX. El president del tribunal, designat per torn, acostuma a assenyalar amb el peu el litigant a qui dóna la paraula, tot dient: “Parle vostè!" o “Calle vostè!". El català és l’única llengua emprada pel Tribunal de les Aigües en totes les actuacions. La sentència és verbal, i només a petició de part es dóna per escrit, però el secretari del tribunal porta un registre amb els noms dels litigants i l’import de les multes imposades, les quals han d’ésser satisfetes immediatament, i són regulades encara amb l’antiga moneda valenciana, avui absolutament inusitada fora d’aquest cas: la lliura (3,75 ptes), que consta de vint sous i cada sou de dotze diners. Si hi ha resistència, cosa insòlita, el Tribunal de les Aigües, ajudat de la justícia ordinària, procedeix a l’embargament. El funcionament a València en temps dels àrabs d’una jurisdicció semblant a l’actual és comprovat per un text d’Ibn Hayyān que ens parla de Mubarak i Mudaffar, dos eslaus camirís que havien ocupat el càrrec de sequiers del Túria i foren els qui es revoltaren a València l’any 1016, quan el califat de Còrdova començà a desintegrar-se. Els llauradors valencians senten veneració i orgull per llur Tribunal de les Aigües, i han sabut defensar la seva jurisdicció contra totes les tendències unificadores de la legislació estatal, tan vigoroses i insistents en el s. XIX. Destaca per la seva importància i transcendència la documentada defensa que en féu el diputat valencià Xavier Borrull i Vilanova a les corts de Cadis el 31 de juliol del 1813


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