martes, 27 de enero de 2015

POESÍA: CON FE O SIN FE, EL TÍO CORUJO, EN CUENCA, SE HIZO MUY DE QUERER

Muchedumbre burlesca y devota al tiempo. Esta es la singular dicotomía que se vive en Cuenca durante Las Turbas, el nombre con el que popularmente se conoce a la Procesión del Camino de Calvario que se celebra en la madrugada y la mañana del Viernes Santo. Se trata del cortejo más característico y conocido de la Semana Santa de esa ciudad, que está declarada de Interés Turístico Internacional.


turbasantigua
Imagen antigua de turbos con tambores y clarines
A Las Turbas se le atribuyen tres distintos orígenes. El primero serían las fiestas paganas ancestrales que se celebraban con motivo de la llegada de la primera luna de la primavera (que compartiría con otras procesiones y tamborradas de las provincias de Teruel y Albacete).
El segundo hace referencia al Motín del Tío Corujo, una revuelta popular que tuvo lugar en Cuenca en 1766 en protesta por la subida del precio del pan y durante la cual la población se atavió con túnicas, tambores, clarines y otros objetos de la desaparecida Iglesia de San Roque para exteriorizar de manera estruendosa su descontento.
El tercero apunta a las antiguas protestas de los nazarenos de las clases sociales más bajas que, al tener prohibido desfilar en la procesión del Viernes Santo, reivindicaban su derecho a procesionar haciendo sonar tambores y clarines. Sea como fuere, la afamada procesión conquense arrastra tras de sí muchos siglos de devoción, aunque no siempre de gran fervor popular. En este sentido, y aunque han venido siendo pocas las mujeres que participan como turbas o banceras(portando los pasos a hombros), se les atribuye un papel activo en el impulso que la procesión vivió en la década de los años 70 del siglo XX.

EL TÍO CORUJO Y SU BUEN HACER
Va a ser
hacia un año de 1766
cuando el tío Corujo
puso en pie
a las gentes de Cuenca
que querían comer
y a falta de pan,
harina no habían en las tierras donde el trigo venía a crecer,
la mohína tuvo que ser
la culpable de lo que vino a acontecer
para cuando Esquilache quiso imponer
normas muy difíciles de entender.
Tío Corujo,
quíen te vio y quien te ve,
desde San Roque
hasta San Andrés
todos están con él.
Con tambores y clarines
se ve a las turbas correr
con las túnicas lamiéndoles los pies
y el tío Corujo gritando: ¡Tomes el poder
que las almortas
sin tocino no se pueden comer!

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio


mohíno, na.
(Del ár. hisp. muhín, y este del ár. clás. mahīn, ofendido, vilipendiado).
1. adj. Triste, melancólico, disgustado.
2. adj. Dicho de un macho o de una mula: Hijo de caballo y burra.
3. adj. Dicho de una caballería o de una res vacuna: Que tiene el pelo, y sobre todo el hocico, de color muy negro. U. t. c. s.
4. m. rabilargo (‖ pájaro).
5. m. En el juego, aquel contra el que van los demás que juegan.
6. m. En el juego del revesino, partido que se hace al jugador contra el que van los demás, dándole algunas ventajas o exenciones.
7. f. Enojo, disgusto, tristeza.
8. f. Pendencia o reyerta.
9. f. Mohín de disgusto.
tres al, o contra el, ~.
1. exprs. U. para significar la conjuración o unión de algunas personas contra otras.


OTRA OPINIÓN: Procesión de la madrugada, con igual insistencia que esos mismos tambores llamaban en 1725 a "los gremios" al "motín del tío Corujo".

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