miércoles, 28 de enero de 2015

POESÍA: DEL I AL VIII



                  I
Dicen quienes de esto saben,
paciencia,
que cada momento es un lugar en el que no hemos estado.
Ahora en este instante
estoy sujeto, como presa,
al debate que se juega 
en un canal de televisión
con mucha audiencia
en el cual diferentes políticos,
clase se huele
a poco que toca la orquesta,
juegan a ganarse la opinión de los que pegamos al micro la oreja.
Con elecciones a la vista
vuelven a la carga
quienes piensan
que los electores somos la pescadilla
que hay que pescar en las aguas revueltas.
             II
Cuando aumentan las desigualdades
siempre los pobres se llevan
de ese pastel que se cocina en las altas esferas
la peor parte. Nadie espera
otra cohesión que no sea
la de los propios ricos con sus propias riquezas.
           III
Lo que nos une
y lo que nos queda
del pasado
es como la estera
que una vez que se le quita el polvo
queda como nueva
para que podamos pisar sobre ella.
           IV
Navegó
por mares y océanos
con la mirada puesta
en el horizonte con sus sorpresas
y se encontró
con un continente al que se llamó América.
Con la fe
puesta
en aquello que creía
se embarcó en una empresa
que le llevó
por aguas infectas
de monstruos y ballenas 
hasta costas de blancas arenas.
          V
Es etéreo
el alma del poeta
cuando escribe poesías
y vuela
hasta más allá
de esas sendas
que se ven en los espacios
cuando los aviones vuelan
y dejan
impregnadas las nubes
del aroma de su presencia.
         VI
En la escollera
el barco muere presa
de las heridas que en su cuerpo presenta
por las marejadas y tormentas
tras cruzar los anchos mares
y las perdidas selvas
de peces tropicales devoradores de presencias extrañas a ellas.
         VII
Truena la maquina.
En un rincón
suena
esa melodía
certera
entonada
por una muy competente orquesta
que toca a su gusto
sin necesidad de otro director de orquesta
que no sea
su motor conectado a una red eléctrica.
           VIII     
En un taller
se construyen
con mucha paciencia
poesías
como si fueran galletas.
Todos se inspiran
en determinados poetas
unos románticos, otros vanguardistas y otros salidos de la esfera
de esas teorías nuevas
que convierten a la poesía
en algo nuevo
que si se tienta suena
a lo que a cada uno le llega.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

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