I
Hasta el aire llega
lo que está por venir
transformado en calma o en tormenta
y lo que ya vino, muerto en una
madeja
de nubes negras
II
Le atormenta, por eso vive en un
mar de penas,
del futuro cómo será su existencia,
del pasado que ya se aleja, qué se
dirá de lo que deja,
del presente, del que nadie se
acuerda,
la vida que lleva inmerso en esas
penas
que le hacen miran los nuevos días como
si estuviera
tele-dirigido por alguien que lo
mueve con autonomía plena.
III
Los dioses son la mala conciencia
de un poeta
que en una larga noche en vela creo
por inapetencia
un Olimpo extraño donde viven entre
paces y guerras
generaciones enteras de dioses y
diosas fraguando venganzas y guerras
con las cuales sacar de quicio
a quienes se dejan avasallar por
los miedos que atenazan nuestra existencia.
La verdad a secas
está en otra parte como si fuera
una garganta ebria
que bebe hasta saciarse
de las teorías que se gestan
desde que Platón lanzó sus teorías
no exentas
de honrar a la verdad
por encima de la presencia del
hombre sobre la tierra.
V
El miedo a la actual situación
política en Grecia
es el miedo al efecto ventilador
que expande lo que hasta sus aspas llega.
Europa siente que algo bajo sus
pies se mueve con insistencia,
es el paso firme de los pobres
`pidiendo cuentas
a quienes desde la lejanía se
sienten los amos de la vida del ser humano sobre la tierra.
VI
Cuando todo se quiere medir con la
misma cuerda
surgen las preguntas y a la vez respuestas
de quien las hace y de quien las
contesta.
Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio
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