Al pobre de Jordi Pujol le daba miedo
el saber nada sobre esa herencia
que recibió de Florencio, su padre,
y se encuentra localizada en Andorra.
La Fortuna es una diosa
que muerde, araña y se viste con tela de bandera.
Para cuando la Fortuna se peina
le caen billetes que cuelgan de sus largas melenas
y si la desvistes con paciencia
encuentras pegada a su piel
todo aquello que una diosa de la Fortuna consigo lleva.
Por la boca muere el pez. Éste que vive en esta pecera
que lleva de nombre Jordi y Pujol, para más señas,
igual recibe un legado que una herencia.
¿Jordi, de que herencia me hablas?, le espeta su hermana,
y Jordi se marcha de la casa
con caras de mucha pena y con la mirada puesta
en otro escenario que le sirva para su defensa.
A la vejez,
tez blanca, la poca que le queda,
Jordi piensa
en como salir de esta, sin que nadie le toque la pela.
Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario