martes, 10 de febrero de 2015

POESÍA: DEL HOMBRE Y LA TIERRA (6)


1)
La luz del día
no llama,
acude ella sola
y lo hace sin mareos
sobre la misma hora
atendiendo a esos criterios
que vienen recogidos
en teorías cuánticas
que las ciencias matemáticas y la física incluyen entre sus postulados.
Yo diría,
que la luz es un regalo
de ese sol
que vive en nosotros mismos
y se refleja en el espacio
para traernos aquello que más queremos
que no es otra cosa que la propia vida.

2)
La luz que cae sobre los pueblos
es otra luz
a la que yo llamo cultura.
Llama que siempre arde
y hace a los pueblos libres
la cultura sirve
para diferenciar a los pueblos según de ellos se diga.

3)
Martillea la televisión
con la deuda pública,
todo se relaciona, de forma última, con cifras.
En los medios de comunicación se avisa
de que en Grecia la bolsa se derrumba.
Europa calladamente observa y mira
como un pueblo poco a poco se derrumba.
¿De quién es la culpa?

4)
Vuelvo a los orígenes,
al silencio que duerme en los pensamientos fallidos
y me acurruco.
Ya la mañana avanza
tan tranquila en si misma
y tan segura
que no le hace falta contar las horas
para saber el momento oportuno en que dará fin a su andadura.
Ahora es la hora
en que los colegios abren sus puertas
para trasmitir todo aquello a lo que la ley les obliga.
Ellos los niños y niñas
son los receptores de esos mensajes que si se estrujan
dejan letras y cifras.

5)
Es la hora
de que levanten el vuelo
las grullas
que entre los carrizos de una laguna
se han pasado la noche esperando la luz que les sirve de guía.
Aguas turbias
sobre ellas las aves dibujan figuras
que tienen que ver con el calor y frío de las corrientes marinas.
En el río
de aguas consumidas en indebidas orgías
se mueven las figuras casi perdidas
de aves imprecisas que entre ellas se avisan
cuando se sienten vigiladas e intuyen que un peligro se aproxima.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

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