y camino, sin tartanas,
de las cinco de la mañana,
ella la noche se espanta,
de oír a tantos cofrades,
con largas sayas
por las calles vociferando
sus alabanzas,
a Baco, dios del vino,
ese que riega las gargantas
y enturbia las mentes
como el agua
ella la noche se espanta,
de oír a tantos cofrades,
con largas sayas
por las calles vociferando
sus alabanzas,
a Baco, dios del vino,
ese que riega las gargantas
y enturbia las mentes
como el agua
de las charcas
cuando en su seno
cuando en su seno
se hunden las manos
y estas se llenan de negras escarchas.
Las últimas voces
por las calles vagan,
ya las tallas
de madera labrada
relamiendo sus silencios
hasta la próxima Semana Santa
Las últimas voces
por las calles vagan,
ya las tallas
de madera labrada
relamiendo sus silencios
hasta la próxima Semana Santa
en que la pasión volverá a llamar
sin perder la calma,
a las puertas de las casas,
de una l'Alcúdia
toda ella, tradición manda,
otra vez en volandas
con sus calles
de observantes atiborradas,
de fe,
no se sabe cuanta
y de largas y endulzadas calladas.
Duermen
los santos y las santas,
en sus andas,
en esta noche,
Viernes de Semana Santa
a la espalda,
toda ella,
Baco cuenta sus hazañas,
tan a estas alturas embriagada.
Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio
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