Blanco y negro
son colores fundidos
en un espacio sometido
a la azada que moldea los surcos,
al arado que rompe el suelo,
al agua que corre por un acueducto.
Busco el instante justo
en que un pueblo se siente herido
por el indiscreto objetivo
que hace grande una iglesia
sobre el resto de diminutos edificios
que entorno a ella parecen buscar cobijo.
Árboles inmensos
por nunca sometidos a la poda de sus ramas
señalan el camino
por el cual se entra en l'Alcúdia
y si es sábado o domingo
se sale con destino
a los campos hambrientos de todo aquello que Dios no les dio en un principio.
Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio
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