Los toros
y vaya
la que se va a armar
en Pinarejo
para las fiestas
de un año
que no acierto a recordar.
Ocurrió
vengo esto a contar
que los toros
solían pernoctar
en un corral grande
de algún importante del lugar,
junto a la plaza del pueblo
donde la plaza de toros se solía instalar.
La noche
antes de comenzar
esas corridas de toros
que en Pinarejo
anualmente
se suelen celebrar,
tres mozos
hasta allí
se vinieron a arrimar
con una "chispa"
de esas
que se suelen marchar
después de toda una noche
durmiendo y sin rechistar
Sobre el tapial del corral
los tres amigos
se fueron a instalar
para ver a los toros
y citarlos sin bajar
dando la casualidad
que la tapia
se va a venir abajo
y con ella
quienes alardeaban
de toreros
sin al ruedo pisar.
En mitad del corral
una tinaja volcada
sirvió de refugio temporal
durante una infernal noche
a los tres amigos
que sobre el tapial
jugaban a ser toreros
sin exponer otra cosa que no fuera su voz recia
citando sin parar
a los toros
que no dejaban de bramar.
La boca
pequeña de la tinaja
impedía a los animales
en ella entrar
pero no por ello
los tres amigos
dejaron de rodar
toda la noche
entre bramidos y topes
a cual
más grande
de lo que nadie se puede pensar.
Con la luz del día,
mira
que es buena la claridad,
aprovechando
que la chispa
andaba ya
camino del paleduzar
y los animales
habían dejado de topar
yaciendo cansados
en un pequeño pajar
donde
se habían ido
a refugiar,
saltaron
los tres amigos
las tapias
y se marcharon
sin mirar atrás
no fuera el caso,
suele pasar,
que alguien los hubiera visto
y le diera por contar
esa aventura
tal y cual
cada uno
la quiere contar
y el otro
el que escucha
interpretar.
Es la primera vez
que se cuenta esta historia,
mi padre
fue testigo presencial,
que vino a pasar
sobre los años cuarenta
de ese siglo
que se nos fue sin avisar
que el que venía por delante
era de armas tomar.
Autor: Jose Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario