Uno no buscó ser poeta
ni haber nacido,
ni ser sombra que da cobijo.
Dudo por durar, que martirio,
hasta de mi mismo
cuando intento explicar asuntos
para los que hace falta un cierto oficio.
Uno se sabe de la tierra
en ella embutido
un saco de huesos
y a lo sumo
una prótesis de metal
con sus tornillos
allí donde algún hueso se partió un día
como un palillo.
Todo bajo la tierra
allí donde el descanso es definitivo
parece diferente
si es visto con carbono 14 radiactivo.
Uno no buscó familia,
ni casa, ni cuna, ni pueblo donde encontrar cobijo
Todo le vino dado,
todo forma parte del destino
y de la anarquía que reina en el universo de los números.
Uno se marchó un día
de los lugares que le eran conocidos
digo yo que por culpa de un Caudillo,
que quería un pueblo pasivo
hecho a su gusto
para disfrute de sus señorías
todas ellas amigas de quien se sabía temido.
A las seis años justos
partí hacia un destino
del cual se
todo aquello
que hace a uno más comprometido
.con el pueblo que dejó,
con sus paisanos y amigos,
con la tierra que pisó, agua que bebió, fríos
que todavía se sienten con un cierto romanticismo.
¡Añoran siempre
no sintáis en vuestras carnes
la sensación de vacío!
¡Agarraros a la vida
como si fuera vuestro último minuto
y tirar de vuestro interior para hacer aflorar ese diamante bruto
que de no salir al exterior
no será conocido por ningún nacido!
Autor: Jose Vicente Navarro Rubio
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