sábado, 11 de julio de 2015

POESÍA: PINAREJO O LO QUE FUE EN OTROS TIEMPOS

Resultado de imagen de la creación

Al principio fue la nada
y después vino todo eso
que en la abismal conciencia
conocemos con el nombre
de "Creación del universo"
y sobre la tierra y sobre el terreno
la mata de los arbustos
y los árboles florecieron
sin que nada tuviera nombre ni sobre ello
haya algo escrito que no sean los cuentos
que se recogen en determinados textos.

Sabemos por las "pitas" que el mar,
Dios de todo lo que vemos
cubrió las tierras de la Mancha
con especial esmero
y a todo ello en Pinarejo,
ni su cerro Quinquillero
se libró de recibir en su seno
a las aguas bravas que venían desde lejos
ocupando las tierras como luego lo hicieron
todas aquellas culturas desde la edad de la Piedra hasta la del Hierro.

Todo era como las tinieblas
esas que ensucian mi ayer
y las cuales ascendiendo dan paso a lo que vemos
muy diferente en lo concreto
a todo aquello que otros humanos, en su día, vieron.

No había pueblo,  ni cubos de pastores en ellos durmiendo,
ni seres humanos dispuestos
a escribir su nombre ni a pregonar sus aciertos.

Sola la tierra
ella sola en si mismo fue creciendo
y de vez en cuando muriendo,
para volver a nacer
y crecer con un cierto concierto
dejando todo dispuesto
para que el ser humano alzara su grito guerrero
y comenzara a reinar con poco poder y mucho miedo.

En la tierra bien dispuesto el alimento
que el hombre recoge para su sustento
solo lo que necesita sin recibir más premio
que el aullido discreto
de las primeras alimañas encaramadas en las motillas y en los cerros..

La tierra como testigo y en ello
el ser humano intentando creerse ese credo
de que es el rey de la naturaleza y no siervo.
Sus temores eran tan grandes
que desde el rayo en el cielo,
a la luna enseñando su traje de lentejuelas esculpidas con destellos
le producían miedo.

El crepúsculo es de todo lo que se ve sobre el universo
la llama más dulce y el mejor encuentro
de quien se levanta por la mañana
para ver ese misterio
del cual solo se habla en los libros de texto
con tono científico y poco sentido de humor negro.

Gota minúscula de un cielo enfadado
La Mancha fue bautizada con agua impregnada en cieno,
de ahí el color terroso de su terreno
siempre de agua hambriento.

Sucede a veces
que ya no me encuentro
por mucho que intento
salir a la calle
para observar aquello
que nos produce tanto miedo
como en aquellos días en Pinarejo
cuando el cielo se cubría del negror de los días de entierro
y las tormentas secas batían los terrenos
en batallas abiertas sin freno.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

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