Lo mío es un humor sin carcajada,
siempre termina con una mirada,
algo que huele a distinto
detrás de lo que se esconde como si fuera un bello paraíso
algunas palabras más manejables que otras
con las cuales levantar un gran edificio.
La malicia perpleja
es otra de las consideraciones
que atiendo de continuo
pues en las cosas complicadas de entender
se encuentra el verdadero músculo
de lo que por los ojos digerimos.
Pero lo que más cuesta asumir
lo he encontrado escrito en un artículo
es la rumia aprensiva del tiempo perdido,
en esto soy ducho
al igual que los generales de aquellos ejércitos que dirigían los combates exponiendo lo mínimo.
El metadietario en la poesía es algo así como un verso puntiagudo
con tantas aristas
que resulta muy difícil entrar en el mensaje que trasmite
si es que realmente trasmite alguno.
Algunos poetas sienten un pudor
que los lleva a explotar espacios no conocidos
y dejan lo suyo
oculto
a las miradas de los otros,
sus lectores, casi siempre amigos.
La nada es el principio, no el fin,
de lo que escribimos
y entre prisas y ansias
y quizás descargas lúcidas de orgasmos consentidos
llegamos a la metáfora que nos catapulta a los aplausos no medidos
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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