lunes, 14 de septiembre de 2015

POESÍA: DE UNAS FIESTAS QUE SE ACABAN EN PINAREJO, SANTA AGUEDA



Se acaban las fiestas
y vuelve
el silencio de las casas
a vivir con uno
en mitad de esas tormentas del alma
que todo lo quieren
y de la tierra que se embriaga
de las pasiones de los seres humanos
sobretodo de los que más le falta
el calor de las lumbres
que se siente en las frías estancias
donde los hombres meditan
y la mujeres calladas,
embelesadas en sus rutinas necesarias,
beben en los ojos de sus hijos
la fuerza que les falta
para llevar el día a día
dentro de una normalidad que espanta.

Santa Agueda
perdida en la retina
de una calle empedrada
a hombros de sus hijos e hijas más estimadas
en un septiembre que se cansa
de oír tocar las campanas
entre baladas de las ovejas
en sus corrales ya aposentadas
para pasar la noche
y estirar las patas.

Música que sube
tras una puerta con olores a vino y limonada
y en el fondo
como salida de la nada
una acordeón que toca pasodobles que se bailan
con ese salero propio de quienes saben que mañana
en el campo espera una agotadora jornada.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

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