sábado, 17 de octubre de 2015
POESÍA: EN PINEDO Y OTROS LUGARES PERDIDOS QUE DE NIÑO PATEO UNO
En las tardes con vientos marinos
las playas se convierten en pequeños paraísos
predispuestos, el mar, es un amigo,
a dejarse llevar por el azul de los cielos limpios
sobre las aguas sus matices casi diluidos.
Los grandes barcos esperan su turno
para entrar en el puerto, para así protegidos,
volver otra vez a salir camino de un nuevo destino.
Sobre las rocas,
espigones cual lanzas en la mar hendidas
los pescadores se preparan entre estímulos,
soledades incluidas, sin disimulos,
a pasar la tarde recogiendo hilo
que volver a tirar en las aguas, hogar de animales marinos,
que saben que en los pescadores tienen a sus enemigos
siempre pendientes de ese estirón oportuno
para tirar de la caña y llevarse la pesca a la cesta donde caen los vencidos.
Un frescor
no fortuito
el de todos los días
sin más predicción
que la que siente uno
invade la playa
para cuando los últimos barcos
enfilan la bocana que los lleva a un amarre seguro,
lejos de la fuerza del mar acostumbrada a defender lo suyo,
Autor: Jose Vicente Navarro Rubio
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario