Por aquí nada es nuevo,
ni el viejo que duerme,
ni las fotografías, inmortales al destino de quienes viven en su interior,
aquí todo se siente ya casi perdido,
la vida del viejo que en habitación continua duerme,
los cristales del vaso roto sobre el suelo convertidos en añicos,
el reloj que ya no pasa de la misma hora
por miedo a hacer daño a su dueño que ya no mira
sus horas, minutos y segundos.
Puede ser que todo por aquí esté detenido,
que esta poesía no llegue a ningún lado,
que mis dedos moviéndose sobre un teclado
sean un reflejo de lo hecho en otros días,
que el agua que acabo de beber no me quite la sed,
puede ser por aquí, intuyo,
que ya casi todo este muerto, como en un principio,
cuando la casa era un campo,
los balcones espacio sobre el suelo,
y el corredor de entrada
el lugar donde un día nacían margaritas
y surgían de la tierra hormigueros.
Puede ser que las hormigas no se hayan ido,
y que las margaritas sean
el ramo ese que acabo de ver en manos de una anciana
que toca el botón del ascensor
y sube todos los días, al encuentro del ser que amó un día.
Autor: Jose Vicente Navarro Rubio
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