sábado, 18 de julio de 2015

POESÍA: ¿QUÉ SEREMOS EN LOS SIGLOS VENIDEROS?

¿Qué seremos
en los siglos venideros?
¿tú que dices?
¿tú que sabes de ello?
¿Viviremos
persiguiendo sin descanso
lo que anhelamos y queremos
como aquel pueblo que se arrastró durante décadas por un desierto?
Sabemos,
la historia está llena de episodios épicos
que el futuro siempre es incierto
y por ello
se tiene que trabajar
a base de sufrimiento
si queremos recoger algo más que volátiles deseos.
No hay,
tenerlo por cierto,
futuro
sin un pueblo
unido
en todo aquello
que lo hace fuerte por dentro.
Queremos
lo mismo que persiguen todos las naciones del mundo entero,
la tierra
como razón de peso,
la palabra
que nos hermana en lo concreto,
la cultura
¿sin ella que seremos?.
y la libertad
para crecer en todo aquello
que hace grande a los pueblos

autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: BAJO EL SUELO SE ESCONDEN / SOTA EL SÒL S'AMAGUEN

Allí hubo un pueblo al que casi nadie conoce.
Pueblo que vivió sobre las mismas tierras
y disfrutó de parecidos paisajes.
Bajo el suelo se esconden
los secretos que nos llevan a las fuentes
de aquella cultura latente
hecha a imagen de eso que sin saberlo somos
y de lo cual alzamos la frente
para demostrar a las gentes
de otros pueblos y culturas diferentes
que por nosotros mismos nos bastamos.


Allí va haver-hi un poble al que quasi ningú coneix.
Poble que va viure sobre les mateixes terres
i va gaudir de semblants paisatges.
Sota el sòl s'amaguen
els secrets que ens porten a les fonts
d'aquella cultura latent
feta a imatge d'açò que sense saber-ho som
i de la qual cosa alcem el front
per a demostrar a les gents
d'altres pobles i cultures diferents
que per nosaltres mateixos ens bastem


Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: LA TIERRA PROMETIDA / LA TERRA PROMESA

Como si fuera la tierra prometida
a ella volvemos siempre
como meta conseguida,como aspiración permanente,
de lo que perseguimos y queremos
y de todo aquello que nos es importante.

La tierra que queremos siempre en nuestra mente,
en nosotros mismos,
germinando como si fuera un árbol verde
a punto de dar frutos
con los que alimentarnos en los tiempos de escaseces.

En este territorio fértil,
con sus montes, ríos y fuentes
crecen, como si fueran lirios salvajes,
montañas de pensamientos
rodeando a un pueblo que quiere
la paz con su entorno
y lazos fuertes con sus gentes.



Com si fóra la terra promesa
a ella tornem sempre
com a meta aconseguida,com a aspiració permanent,
del que perseguim i volem
i de tot allò que ens és important.

La terra que volem sempre en la nostra ment,
en nosaltres mateixos,
germinant com si fóra un arbre verd
a punt de donar fruits
amb els quals alimentar-nos en els temps d'escassetats.

En aquest territori fèrtil,
amb les seues muntanyes, rius i fonts
creixen, com si foren lliris salvatges,
muntanyes de pensaments
envoltant a un poble que vol
la pau amb el seu entorn
i llaços forts amb les seues gents


Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: VUELVO ENTRE CALORES /TORNE ENTRE CALORS

Resultado de imagen de EL ORIGEN DEL UNIVERSO


Vuelvo entre calores
al principio de la materia inexistente.
Viajo entre nubes volcánicas,
entre quejidos de la tierra viva,
quiero ver el origen de la vida
tal y como se supone que se dio a los ojos de la ciencia.
Persigo el momento justo, minutos abajo o arriba,
en que una lengua de fuego salió de una boca apocalíptica
para formar un planeta inexistente.


Torne entre calors
al principi de la matèria inexistent.
Viatge entre núvols volcànics,
entre gemecs de la terra viva,
vull veure l'origen de la vida
tal com se suposa que es va donar als ulls de la ciència.
Perseguisc el moment just, minuts a baix o a dalt,
en què una llengua de foc va eixir d'una boca apocalíptica
per a formar un planeta inexistent.


Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: DE ESOS TIEMPOS PERDIDOS / D`AQUEIXOS TEMPS PERDUTS

Resultado de imagen de TIEMPO PERDIDO


Quiero un día cualquiera,
un solo segundo,
de ese tiempo perdido
que dedicamos en hacernos enemigos
para hacer amigos.

De esos tiempos perdidos
solo un segundo quiero
para cambiar el mundo.

Daría a cada pueblo lo suyo,
su cultura, su lengua, su escritura,
sus montes y ríos,
y firmaría compromisos
del ser humano con la tierra
y con todo aquello que nace y crece a su libre albedrío


Vull un dia qualsevol,
un sol segon,
d'aqueix temps perdut
que dediquem a fer-nos enemics
per a fer amics.

D'aqueixos temps perduts
solament un segon vull
per a canviar el món.

Donaria a cada poble el seu,
la seua cultura, la seua llengua, la seua escriptura,
les seues muntanyes i rius,
i signaria compromisos
de l'ésser humà amb la terra
i amb tot allò que naix i creix al seu lliure albir


Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: COMO UN PEQUEÑO PUNTO / COM UN PETIT PUNT

Conozco tu nombre
mi vida siempre viajó por esos caminos
que hacen a los pueblos libres.
No hay otro destino bajo la capa del cielo
que no sea servir al pueblo del que eres como un pequeño punto,
una estrella que brilla ante los ojos de quienes se sienten atraídos
por las soledades que se refugian en el forro de los bolsillos.


Conec el teu nom
la meua vida sempre va viatjar per aqueixos camins
que fan als pobles lliures.
No hi ha una altra destí sota la capa del cel
que no siga servir al poble del que eres com un petit punt,
un estel que brilla davant els ulls d'els qui se senten atrets
per les solituds que es refugien en el folre de les butxaques.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: DESDE EL BROCAL DE UN POZO EN LA VEGUILLA

Resultado de imagen de pinarejo

Tengo que llegar hasta ese lugar
que yace entre algodones
en mi mente siempre vivo.

Necesito encontrar aquellas voces
que en la oscuridad subían por una calle
contando chascarrillos.

Debo asomarme
al brocal de aquel pozo en la Veguilla
donde las mujeres acudían para sacar agua
que luego transportaban sobre sus cabezas
con una majestuosidad nunca vista
en Corte Real Europea, alguna.

Me acercaré hasta la cuadra
y visitaré el corral,
pues unas gallinas están a punto de poner huevos
y mi madre me espera con una canastilla para que los cojamos como si fueran en las manos humo.

Quizás me olvide, algunas veces me ocurría,
de encontrar aquel camino
tan bien señalizado por las cagarrutas de las ovejas y cabras, dula de lunes a domingo,
que llevaba hasta una escuela
en una calle con más piedras en su suelo, que cantera alguna haya conocido.

No me iré
sin entrar a la iglesia, junto al Tesillo,
para observar a los santos y santas
y aquella pila bautismal
por la que pasaron tantos pinarejeros y pinarejeras
para recibir el bautismo
e impregnados por el agua, así llamada, bendita,
que aseguraba pobrezas infinitas, ser pobres de por vida.

Beberé alguna que otra cerveza en los bares de siempre,
y lo haré a la salud de ellos, los ausentes,
depositando mi boca sobre su boca
y tragando poco a poco esa espuma
y ese liquido que tan bien nos sentaba en los veranos, sin vino tinto.

Me acercaré a las eras
a las de siempre, Don Pepe, El Molino,
para mirar el horizonte
y tocar con mis pies
esos suelos endurecidos
sobre los que trilla ahora el viento
jotas que duermen olvidadas en su cavidad bucal.

Pasearé por las calles
desiertas y casi dormidas
a la espera de que salgan de las casas
sus habitadores preguntándome ¿de quién eres?
al tiempo que me muestran su rostros duros
fraguados en más de una batalla
en los campos de guerra
donde los olivos son como hijos inválidos clavados a la tierra
y los girasoles las hijas que nunca se marcharon de casa
por amor a sus padres y madres muertos sin dar ruido.

Subiré hasta los montes pelados
desde siempre arrepentidos
de ser escaparates de soledades
que criaban en épocas de hambrunas extraños personajes
que caían en las noches sedientas de aventuras
sobre el pueblo, Pinarejo,
para esos días en que una hoz segaba de raíz la cultura de los hombres
y no digamos ya las de las mujeres
sin más derechos que los que desde un púlpito se pregonaban entre misterios catalogados de divinos.

Me asomaré a alguna de aquellas cuevas
donde de pequeño escondía mis juguetes
todos tan simples como las palabras de este que les reclama atenciones
y suplica que lean para ser al menos menos comedidos en aquello de acatar y ser serviles.

Abriré las puertas y dejaré que el sol entre mi casa,
con su luz hermosa,
esa que solo molesta cuando la miras cara a cara.
entre desafíos, a ver quien puede más.

Tantearé en que día nos encontramos
y lo situaré  en un mes de un año concreto,
sumaré o restaré y me haré un cálculo
con el que poder componer otras poesías
que resulten atractivas para quienes vivieron vidas semejantes
y están necesitados de retornar a sus orígenes.

Descansaré si es que se le puede llamar descanso
a eso de sentarse para ver como el tiempo pasa
y volveré la mirada hacia los mismos lugares
por donde subían las mujeres cargadas de panes tiernos,
los animales con costales de aceitunas bien sujetos a sus lomos
y los carros con los apeos de labranza y las caballerías mostrando sus cansancios.

Me retiraré a echar una siesta
para cuando todo esto se acabe
y el pueblo vuelva a ser como la boca de una cueva,
como un trozo de carbón entre los dientes de un pobre minero muerto.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

viernes, 17 de julio de 2015

POESÍA: LOS HOMBRES COMPROMETIDOS / ELS HOMES COMPROMESOS


Resultado de imagen de CANDADOS EN LA LENGUA










Son los hombres comprometidos
los que siempre luchan,
unas veces a solas
y otras en compañía,
contra las soledades
que se avistan
en esos sus pueblos
sometidos por las dictaduras.

Cremalleras en los labios,
quienes no hablan
se preguntan
y de las respuestas
que no llegan
y de las libertades
que no se respiran
nacen día a día
preguntas en esos hombres
que a escondidas
se hacen pregoneros
de voces rotas
que avisan
que sin lengua viva
ni historia escrita
no hay más pueblo
que el que brilla
en los ojos del poeta
de eternas melancolías


Són els homes compromesos
els que sempre lluiten,
unes vegades tot sol
i unes altres en companyia,
contra les solituds
que s'albiren
en aqueixos els seus pobles
sotmesos per les dictadures.

Cremalleres en els llavis,
els qui no parlen
es pregunten
i de les respostes
que no arriben
i de les llibertats
que no es respiren
naixen dia a dia
preguntes en aqueixos homes
que d'amagat
es fan pregoners
de veus trencades
que avisen
que sense llengua viva
ni història escrita
no hi ha més poble
que el que brilla
en els ulls del poeta
d'eternes malenconies

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: A CAMINO ENTRE DOS CULTURAS


Resultado de imagen de la batalla de almansa

Es polvo viejo y raído
por los rayos de sol
sobre los campos de batalla caídos
los que se encuentran si buscas
en ese pasado, con olor a eternas rencillas,
a camino entre dos culturas
la invasora y la vencida,
la que no perdona y la que no olvida,
la tuya y la mía
y la otra
esa que si escuchas
en las soledades de las viejas tumbas
suena a dulzaina, tambor y sinfonía
que el aire expande sin más, por ahora, preguntas.

Almansa, a piedra de camino,
entre dos pueblos
unidos por una antorcha encendida
significa
el olvido que no perdona
y la eterna pregunta:
¿Qué quieres,
de quien tan poco para ti significa?



Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: AMA TU CULTURA

No hay más señal
por mucho que camines
que la lengua que hablamos
como parte de nuestra cultura
para diferenciar a los pueblos
y decir de ellos que gozan de plena autonomía.

Nuestros pueblos,
donde algunos hemos labrado una parte de nuestras vidas
se merecen esa libertad
que por desgracia solo se conquista
con la lucha.

Dite pueblo
y ama tu cultura.

Sé solo pueblo
y al mismo tiempo
la palabra que abre los caminos
que llevan
hasta allí donde unas manos se sienten,
sin ataduras,
manos hermanas a las tuyas.



Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: VIENTOS IMPREGNADOS DE EXTRAÑOS SONIDOS/ VENTS IMPREGNATS D'ESTRANYS SONS




Huimos,
cansados nos sentimos,
de los yugos,
de los castigo.
de los rumores
que arrastran los vientos impregnados de extraños sonidos.

Huimos,
de la vara,
del decreto impositivo
que atacó nuestros más elementales principios.

No hacen falta fronteras
cuando al otro lado del camino
te encuentras con un amigo
que te quiere libre,
sin más ataduras,
ni más argollas en los tobillos,
que los brazos tendidos
y las manos sellando compromisos.

Los pueblos, el mío, el tuyo,
son los ombligos del mundo
con su sabiduría atesorada
en la larga historia con sus siglos
naciendo, creciendo y muriendo,
bajo las tutelas
de quienes por ser viejos
saben de sus pueblos
hasta lo que no está escrito.


Fugim,
cansats ens sentim,
dels jous,
dels càstig.
dels rumors
que arrosseguen els vents impregnats d'estranys sons.

Fugim,
de la vara,
del decret impositiu
que va atacar els nostres més elementals principis.

No fan mancada fronteres
quan a l'altre costat del camí
et trobes amb un amic
que et vol lliure,
sense més lligams,
ni més argolles en els turmells,
que els braços tendits
i les mans segellant compromisos.

Els pobles, el meu, el teu,
són els melics del món
amb la seua saviesa atresorada
en la llarga història amb els seus segles
naixent, creixent i morint,
sota les tuteles
d'els qui per ser vells
saben dels seus pobles
fins al que no està escrit.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN PINAREJO SILBIDOS DE UN PASTOR POR UNA DAMA DEL CASTILLO





Era el silbido
lo que noté
al pasar por aquel campo vestido
de las lanas de las ovejas
y del buen sentido
del pastor manos en la boca
llamando a los mastines
para que encarrilaran las ovejas hacia los pastos surgidos
en los barbechos que adornaban un término ya perdido
de años de labranzas y otros de descansos bien vistos.

La alondra del poeta, oyó un silbido,
la de la cautiva,
sobre la reja de una cárcel en la fosa de un castillo
y con sus ojos impregnados de sabiduría pasada de padres a hijos
voló en busca del querido,
de esa amada cautiva a la que la alondra alegraba las tardes con sus trinos.

Todo por culpa de unos amores no consentidos
de los padres de la dama, amos del castillo,
murió la dama
que se sabe por el pastor de Pinarejo querida.
sin saborear de los besos, en forma de silbidos,
de su querido,
aquel pastor, de Pinarejo, uno de sus hijos,
que pasaba bajo las almenas del castillo
silbando amores por una alondra correspondidos.

La alondra sobre la reja
y en la cárcel del castillo,
mazmorra de silencios con lagrimas labrando en el suelo un surco de suspiros
se oye a la alondra cantar
por la dama del castillo
y el pastor de Pinarejo, su querido.

Silba el viento
sobre una cruz
que en el cementerio del castillo
señala la tumba donde yace la dama que murió sin ver cumplido su destino
de ser amada por aquel que lanzaba silbidos
cuando pasaba con sus ovejas pastando canciones
bajo las almenas de su castillo.

En el silencio de la noche entre aullidos,
silba que te silba,
silbó entre rugidos
la muerte que siempre espera a quienes aman y siendo correspondidos
encuentran impedimentos en los brazos del frío e impuesto destino.


Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

..

POESÍA: PINAREJO PRESENTE, PASADO Y FUTURO EN LOS OJOS DE UN NIÑO

Resultado de imagen de pinarejo


Del reloj del tiempo
que vive en nosotros mismos
llueven las horas
impregnadas de minutos y segundos.

En mayúsculas estamos sujetos
a todo aquello que hicimos
y somos libres para decidir sobre nuestro futuro.

Hoy me he visto
casi como si alguna vez hubiera sido un aguilucho
en el nido, buen cobijo,
esperando la llegada de quien procura por sus hijos
alimentos  y cariño.

Yo supe que aquello que dejaba un día
siempre sería mio.
Las primeras miradas, los primeros besos,
el primer pensamiento convertido en recuerdo íntimo,
todo ocurría mientras me alejaba pensativo,
un niño
con seis años a cuestas y muchas preguntas en  él abriéndose camino.

En un autobús, la Catalana,
por la Mancha circulando de pueblo en pueblo, calores incluidos,
voló quien les habla de Pinarejo,
en busca sus padres de un más provechoso futuro
que la ciudad ofrecía con muchos sacrificios.

Traigo aquí en estos versos
las manos limpias
y el sello inconfundible de la sinceridad
como primera premisa,
todo lo demás que se escucha
como fondo del poema que escribo
son los aderezos de cualquier comida o aperitivo
que sirven para dar sabor y abrir el apetito.

¿Podre´volver me pregunto,
a recorrer las calles empedradas
y ver al lucero con su chuzo
pregonando luces que solo brillan en los ojos de un niño?

Las calles que pateé
con la nieve llegándome al ombligo
son ahora que las veo ya con más de medio siglo, sobre mis espaldas rompiéndose en trinos,
calles con sabores a rosas y claveles, paja de trigo, comida de orza,
y música de acordeón sonando a través de un ventanillo.

Si llego Pinarejo a tus despojos,
ahora ya de adulto
no habrá sido
por lo mucho que uno lo ha querido
sino por culpa de ese destino
cada vez más en cada uno de nosotros metido
que guías nuestros pasos
hacia allí donde a veces desaparecen los límites de lo conocido.

Solo voy a la búsqueda de pequeños detalles
que buscan en el infinito
el cuerpo geográfico de un terreno que le fue amigo.

Me pregunto:

¿Podré volver al principio del ser, de lo que fui
para entender mejor de lo que escribo?

¿Podré recuperar los primeros besos
aquellos que sonaban a kilos de cariño?

¿Volveré a ver a la familia perdida,
la muerte se los llevó sin decir te quieres quedar en la tierra amigo?

¿Las sonrisas de la luz del día sobre la cara de aquel niño
serán ahora soledades comprimidas
que el poeta convierte en zumo de versos con olores a lirios?

¿Qué será de Pinarejo?

¿Pasará a ser de nuevo como un cortijo
en manos de quienes solo ven en la tierra beneficios
con que amasar soledades dentro uno mismo?

He cumplido años de espera
y ahora mismo
me encuentro sujeto a lo que soy
individuo al servicio de esos 250 años de historia
con mi pueblo, Pinarejo, el cual  se merece el mejor de los destinos,
en la historia futura de un territorio marcado por su carácter sobrio y frío.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

jueves, 16 de julio de 2015

POESÍA: LLEGA LA NOCHE / ARRIBA LA NIT

Resultado de imagen de LA NOCHE


Cae la noche sobre mi pueblo
borrando todo lo que ante ella se presenta.

Noches de todos los tiempos
y siglos
con su negror que vaticina la muerte.

Llega la noche;
cadena perpetua que solo sirve
para que formemos parte de lo que somos y hemos sido.


Cau la nit sobre el meu poble
esborrant tot el que davant ella es presenta.

Nits de tots els temps
i segles
amb la seua foscorr que vaticina la mort.

Arriba la nit;
cadena perpètua que solament serveix
perquè formem part del que som i hem sigut.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: ESBOZANDO UNA SONRISA POR FRANCISCO RUÍZ UDIEL




Quiero morir en un poema
y nunca levantarme
(Francisco Ruiz Udiel)

Así de fácil, 
es definir la muerte
del poeta que interioriza lo que escribe
por ser parte de su vida.
Morir como parte de ese derrumbe último
del ser que habita dentro de uno.

El poeta que todo lo vive
siente la necesidad de habitar dentro de sus poemas
y ya elevada la última sílaba
a la categoría de poesía
solo le queda descansar y esperar a que le llegue la muerte sin disfraz, alguno,
anunciando la placidez del descanso último.

El poeta y su poesía
y entre ellos dos
su vida
toda llena y sujeta
al amor, a la muerte y a las tragedias que el poeta describe con puntualidad absoluta.
Preguntar a la muerte como es ahora su vida
y preguntar a la vida el por qué murió el poeta
en un final de año, mares alejados y mareas rompiendo contra las arenas su hermosura.

Si se le ve llorando en un sueño
es debido a que Francisco así lo dijo un día
en un libro de poemas:
"cada cuatro años nace un poeta suicida",
testamento último
y carta que le sirve de visita
al Gran Parnaso de los poetas del siglo XXI

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: ENTRE PINAREJO, LA MANCHA Y LA ESQUINA DEL MOLINILLO



La ausencia te ayudará a ser tú mismo
el que provoques encuentros
con aquello que te era íntimo

En el tronco del árbol vació
un beso buscó cobijo
para cuando los girasoles desayunaban soles
y en la Esquina del Molinillo
parían los vientos calores
de todos los colores y de todos los aires del mundo.

Las ausencias no se van de uno
hasta que llegan los invierno duros
y con las primeras nieves
se cierran los caminos y te quedas
junto a la ventana que da a un patio dibujando en los cristales pequeños círculos
entre calores y fríos, contraste exagerado, en la Mancha, suena más lo grave que lo agudo.

Cada cuatro años
un poeta se viste de la magia que solo procuran los brujos
y huye hacia allí donde las palabras son humo que no hieren ni producen dolor alguno.

El último poeta que emprendió ese camino
Ruiz Udiel dibujo su muerte sin pudor al desnudo
¿Tal vez vio volando su vida?
¿Fue lo suyo un suicidio?

Procuro lejos todavía de una fecha en el calendario que se compone de dos números
en este mes de julio
leer sobre aquello que solo produce placer
aunque a veces huyo
como el rayo de una tormenta y la primera palabra de la boca de un niño.

Busco cobijo en el seno de un pueblo, en su útero,
entre la paz que llega sin batallas ganadas y perdidas, todo así de preciso,
como aquellos libros con dibujos que en nuestras niñeces nos ayudaban a ser tan repetitivos.

Doña Pía peleó lo suyo
en aquella escuela vieja abierta su puerta en mitad de un paredón antiguo
allí hice mis primeros pinitos antes de emprender camino de las ausencias, mi diario desayuno.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: PASEANDO POR PINAREJO DE LEGUA EN LEGUA



Cuanto cuesta
pasar la página
de esa historia que te llena.

El tábano mordiendo
sobre su presa
con dientes de marfil
y alas de fina seda
patas de alambre y cabeza de cera.

Cuanto cuesta
y que pena
de aquellos cabestros
que sonaban sus cantinelas
al borde de los caminos
amenazando con su presencia
para que dejarás con tu mirada tranquila a la oveja.

La tarde solariega
en la calle del Tesillo
al lado de la iglesia
esperando que la puerta se abra
y el rebaño que desde siempre con devoción reza
llegue cargado de oraciones viejas.

Sandoval y su palomar
junto a la era
donde vivió durante la guerra
el caso no fuera
que por ser rico y tener herencia
pasara por mala cabeza
tocar a la puerta para darle una mala nueva.

Los Melgarejos que herencia
de sumar y sumar
por todo aquello con que se llenan las despensas
y en eso llegan nuevos tiempos
y todo queda en un nombre, una casa y una leyenda.

De los Belinchones mi abuelo sabía
más de lo que nadie espera
y en ello hacia gala
de decir que eran hombres de letras
muy metidos en política de aquella que solo libera a quienes saben lo que entre ellos se llevan.

Olmedillas a tocateja
los hubo de buena escuela
siempre metidos en cuentas
pues sabían de leyes y de gramática vieja lo que nadie se espera.

Vuelta al comienzo
a la era
a la sombra de unas paredes viejas
con cicatrices de una guerra
que el tiempo curó a base de no hacer leña
del árbol caído en mitad de una tormenta.

Nada es lo que queda
de este poema
abierto en jarras
y con la cabeza abierta
a un manantial de ideas

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: PINAREJO ENTRE LEGAJOS ME LLEGA




En un día de fiesta,
cualquiera,
de aquellos que eran para Santa Águeda
la única nueva
se repetía la misma escena,
el baile, los toros, el garrote, los bolos y las rejas,
la subasta a la santa
y por si algo queda
la procesión y el pueblo entero, saliendo a la Carrera.

La pobreza de los hombres y mujeres de mi tierra
era como una herencia,
un tributo, una letra,
que se pasaba de hijas a hijos
ya fueran los años de buenas o malas cosechas.

Allá van sin cesar las buenas nuevas
de un pueblo hecho a la manera
de sus gentes acostumbradas a labrar la tierra,
y pastorear las ovejas
para esos tiempos enterrados en la historia
de los que quedan a duras penas
trozos colgando de historietas que cada uno cuenta a su manera.

Nada ocurre,
aunque no se levanten las vedas,
camina el pueblo entero entre sendas,
las de siempre,
las que constan en la memoria que a todos nos llena
cuando encuentras el nombre de Pinarejo
y cualquier fecha,
como aquella en que un Rey con potestad y autoridad plena
a cambio de un sustancial botín de monedas,
eso se llama pagar por la buena nueva,
le quitó al Castillo una de sus aldeas
e hizo a Pinarejo villa, así se cuenta.

Algo me detiene lentamente
es una cuesta
que se alza ella
desde siempre ante mi presencia.
Calle que se levanta recta
y llega
así la recuerdo a ella
hasta las eras
donde decrece y se convierte en senda
que bordeando un molino
¿que fue de la molinera?
nos lleva
al lugar exacto donde siempre encuentras
lágrimas vivas y lágrimas secas
a cada paso que andas y a cada mirada que echas.

Ya de bajada
por la misma senda
no cesa
el calor duro de azotar mi piel reseca
pues sabe
que soy hombre de la tierra
hecho a las batallas
que no desdeña
llamar a las cosas por su nombre
y dar la mano para que nadie se crea
que se han olvidado las costumbres
entre ellas la palabra cerrando acuerdos entorno a un lebrillo y dentro una buena cuerva.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: CON PINAREJO MATANDO EL TIEMPO

¿Cómo no volver si te quiero?
¿Cómo no quererte si contigo duermo?
Hablo de ese pueblo
el del Pinar viejo, Pinarejo,
tan lleno de encuentros
que la distancia nunca ha supuesto un impedimento
para que yo te quiera
y tu te dejes llevar por mis deseos.

Es tan grande el amor
que por mi pueblo siento
que no hay páginas ni libros
sobre la faz del universo
en los que poder expresar mis sentimientos.

Mi alma esta hecha de pueblo
y tiene sabor a tierra
y dedos comidos por los fríos que atenazan hasta los pensamientos
cuando las aceitunas sobre la tierra se cogen
para dejarlas en los cachuchos que penden de nuestros cuerpos.

La tierra y sus misterios
tan grandes y en ello
tan hechos
a nuestra imagen y semejanza,
rezos y credos,
miedos,
gritos y desespero
del ser que busca su "yo"
ese que se dice que se lleva dentro
pero que en mi vaga
por aquellos montes llenos de chaparros y pedernales poblando los suelos
al encuentro, yo por dentro, de aquello que se quedó perplejo
en la retina de un niño que un día se marchó lejos
de la tierra, único elemento, al que un día volveremos.

Vuelvo al momento
en que una astilla de madera
muere en el fuego
y en un mortero
se pican unos ajos
mientras suena un cencerro
y en el corral corren ligeros unos conejos
mientras unas gallinas y sus polluelos
excavan en el heno y se llevan al pico gusanos, rico alimento.

Vuelvo
como la luna
por el día destierro,
como el sol
que todo lo coge bajo su seno.
La vuelta al niño que fuí
y sigo siendo
cuando miro al frente
y lo veo todo tan negro.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

miércoles, 15 de julio de 2015

POESÍA: JULIO ENTRE TRINOS

Resultado de imagen de trinos

Trinos y más trinos
en el aire confundidos
ya los calores alejándose
y en ese ámbito preciso
mirando como el mar se extiende ante uno
y la tarde se pierde en cuestión de minutos
con una exactitud digna de estudio.

La vida hay que tomarla con filosofía
y en su punto.
Miro el caso de Epícuro
para quien los excesos
no son oportunos
y procuro y procuro
en la medida de lo posible
ver el mundo
como cuando era pequeño
y me sentaba a ver pasar la dula
como si la ataraxia formara parte de mi espíritu.

No me olvido. Es el caso lo juro
de aquellos años
que labraron en uno
un profundo surco
que una vez regado y plantado
en su tiempo justo dio sus frutos

¿Que digo
yo que desde siempre me obligo
en hacer más de lo oportuno?

Son las vacaciones las culpables de este tino
por eso en la medida de lo posible procuro
devolverme la paz y el sosiego
que el ritmo voraz de vida en la que nos embutimos
provoca en nuestro organismo.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

martes, 14 de julio de 2015

POESÍA: CAMPOSANTO DE PINAREJO ENTRE SILENCIOS

Resultado de imagen de camposanto de pinarejo

He visto, así de crudo,
por mi mismo
en el camposanto de Pinarejo,
entre negros suspiros,
mi negro futuro.

La única verdad
de todo
lo que puede decir uno.

Allí en el más real
de los escenarios
por mi vistos
ante la presencia
de sus muchos nichos.

Entre calles que dan
a columbarios profundos
y lápidas sueltas
me voy abriendo camino.
observando a conocidos vecinos.

Paredes blancas
flores para todos los gustos
entre santos, santas y Cristo
en la Cruz
observando su martirio.
,
Camposanto de Pinarejo
en altura construido
con vistas al monte
y a su molino
quien a él llega
tiene reservado en el lugar,
por los siglos de los siglos, su sitio.

No hay peor cruz
ni mejor destino
que la muerte que nos es legada
por culpa de un mordisco
a una manzana
que el demonio mismo
puso en boca de los inquilinos
del tan nombrado Paraíso.

Autor. Jose Vicente Navarro Rubio


COSECHADORA EN PLENA RECOLECCIÓN DE SEÑALES DE TRÁFICO




A falta de trigo,
debe pensar el conductor del vehículo,
bueno es cosechar señales de tráfico
en cualquiera de esos caminos
entre campos de cebada, de girasoles y de trigo.

Quién así conduce
se merece algún que otro castigo
como mínimo por vandalismo.

Por almodovar del Campo
vino a ocurrir
este desatino
de un conductor atrevido
que confundió la carretera
con un camino de su cortijo.

Señales por delante
y dos carriles como mínimo
necesita la cosechadora
para abrirse camino,

Todo con total de llegar a su destino
el vándalo que conduce
a lo más seguro
que estará orgulloso
del día en que condujo su vehículo
con una falta total de escrúpulos.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: ME VI EN UN ESPEJO CON PINAREJO DE FONDO INCLUÍDO


Resultado de imagen de PINAREJO

Me miré en el espejo
vi sombras que indicaban un vacío.
Tantos años el espejo
comiendo de las telarañas sus hilos
que en el yacían confundidos
los sueños profundos
de quienes habían formado parte de aquel diminuto
espacio de cuatro paredes
con ventanas de madera repintadas de amarillo
que daban paso a un pasillo
al cual subían los olores de un manzano
de frutas diminutas
y de un membrillo olvidado a su destino.

En noches pesadas
de días sombríos,
de tardes plomizas
y despertares en ayuno
mi sombra sobre el espejo
es el alma misma
de esas soledades que inundan los espacios infinitos
que dentro del espejo se abren como  si fueran otro mundo.

¡Si, es allí en Pinarejo
donde descansa uno
de todo aquello que le viene
en esos segundos
en que el alma pide algo más que la comida que de diario come uno!

De nada te servirá, a ti, amigo,
olvidarte de lo que fuiste
recolector de ,mendrugos
por mucho que te empeñes
en quitarte de encima
ese traje que te hace taciturno
como los sueños de los pastores
siempre en guardia defendiendo lo suyo.

La puerta cerrada,
la llave girando
y la cerradura ofreciendo resistencia
a ese enemigo
que de seguro
llega a la casa
con el ánimo puesto en cambiar ese pequeño mundo
que tanto cuesta de hacer
y que vive a salvo en el olvido
de quienes pasaron por el lugar y dejaron su huella en ese espejo en el que no se mira ninguno.

La soledad platónica
no se paga con especie alguna
pues se hace poco a poco
a golpe de años viviendo uno en si mismo
buscando en sus interiores
ese tesoro oculto
que hace a los humanos sensibles ante todo aquello que destruye al mundo.

Huyo de vez en cuando
a la patria chica,
al lugar en común
en el cual me hice de crío
tan amante de mi pueblo
y tan amigo
de lo poco que es lo mucho
que cuando vuelvo
como el torrente
al nacimiento de su río
intento en lo posible
no romper el equilibrio
que hace al ser humano tan amigo de lo ínfimo.

Se del lugar, Pinarejo,
en la Mancha
no por lo que he leído en ningún libro
sino por todo aquello que aprendí mientras jugaba siendo niño
en aquella plaza con vistas a ningún sitio
y en aquella escuela,
casa señorial con argolla de hierro para dar castigo
que abandonada esperaba a sus amos ya idos.

Se por lo dicho
que tuvo a Jacome Capistrano de Moya,
arqueólogo de oficio
por su hijo
y a Juan Arturo Valero
poeta con casa en el limbo.
Se que sus hijas e hijos
tienen fama de ser trabajadores de doble turno
y que cuando se menciona la palabra Pinarejo
siempre salta el oportuno
¿con "Pe" de qué?
¡de Paris, hijo!.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN PINAREJO VIENDO PASAR DE CERCA LOS SILENCIOS


Resultado de imagen de PINAREJO


Tan simples como ser
ciudadanos
al servicio del pueblo,
simples objetos
del destino
campesinos
de cuerpo entero
con la mirada puesta
en el presente
y recogiendo
los frutos verdes
que en el futuro serán maduros armazones
de aquello
sobre lo que cimentar
los destinos de Pinarejo.

Doscientos cincuenta años dan
para pensar en todo aquello
que nos ha hecho diferentes
al resto de pueblos.

Ser de nombre conocidos como pinarejeros
es el título más grande
que cualquier ciudadano puede recibir
dentro de nuestro territorio,
piel de toro, con mares envolviendo su cuerpo.

Estamos hechos
de trozos sueltos
de las viñas,
de los sarmientos
de los trigos de cabellos rubios y negros,
de la cebada
y del centeno
con que alimentar nuestras vidas
cuando vienen los malos vientos
trayendo tragedias,
guerras y aislamientos
de esas que sufrieron
generaciones enteras
de hombres y mujeres de Pinarejo,
nuestro pueblo.

Levantemos la cabeza
y dejemos
que todo aquello
que significa sometimiento
solo sea
un mal presagio,
de esos
que pasan y solo dejan
rocíos que con el sol se van diluyendo.

Es la hora de poner sosiego,
quizás pudiendo
de sentarse a la puerta de la casa
para ver pasar de cerca los silencios
y de echar al aire todo aquello que  nos produce temores y miedo.


Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN PINAREJO ENTRE OLORES PERDIDOS A VINOS DE LAS VIÑAS



En la taberna de Pinarejo
olía a  vino de las viñas.
Vino viejo que recogía
los olores perpetuos de las casas
donde se pisaban las uvas
y en tinajas se dejaban reposar
para que tomara cuerpo, así se decía.

En la taberna la cerveza se bebía
en un ritual marcado
por un perfecto orden del día,
sobre la barra
las gordas y las chicas,
todas ellas en fila
como si se fuera a comenzar una batalla
y tocara pasar a las tropas revista.

y
así,
ahora
me marcho
con esta guisa
pues no hay mejor poema sin rima
que el que los grajos canturrean en tardes de ventiscas.
 Ellas sobre los riscos
al tiempo que vomitan los duros huesos de las aceitunas.

Quien les habla
se pregunta
que es de aquel castillo
y del negror que en sus almenas se adivinaba.

Por el día en las almenas del castillo relucían
los ojos
al acecho
de las lechuzas.
Desde siempre
es su forma de vida,
caer de sorpresa sobre los pequeños ratones,
las lagartijas,
que por los campos buscan a diario su comida.

Ya de retiro
las albarcas sin hebillas
en la charca hundidas
con sanguijuelas en sus aguas escondidas.

Mitiga su sed una caballería
que se espanta
cuando una sombra, la de la luna,
le pasa  por encima.

Pican y mueren
y se cierran con ello
los ciclos de la vida.

Por eso vuelan
deprisa las abejas
mientras su reina les anima
en que sean las primeras en salir de la colmena
antes de que la primavera se lleve su hermosura.

Y caminamos
tras nuestras sus dudas
mientras miramos
y vemos
en el pino a las ardillas,
tan artista
y tan en su  árbol subidas
siempre pendientes de las sabrosas piñas.

No les quepan dudas
que casa sin corral y sin gallinas
es como una sepultura,
por eso quiero gallinero con gallinas
que canten y casi trinen
subidas en su palo a cobijo de las zorras que las vigilan.

Un huevo que cae
y la gallina
se coloca encima, empolla
a sus futuras criaturas
como quien cansada
a la sombra del camino se arrima
para sentir las delicias
del amanecido día.

Botijo a la sombra,
sombrero de paja teñida
y trilla que te trilla
en la era el trillo
y la tralla echando chispas.
alrededor de la mula
que se siente la Sansón de la Biblia.
Ella, la pobrecita,
la de la fuerte dentadura,
herraduras bajo sus pezuñas
y crin al viento,
ese que en la era llega al mediodía  


Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

lunes, 13 de julio de 2015

POESÍA; DENLO POR MUERTO A JORGE MANRIQUE EN LA NAVA (PINAREJO)



El sol estaba en DO Menor
casi cayendo
a esas horas de la tarde
en que los soles de todo el mundo
se vienen sin más misterios a menos.

Sol maduro
de un solo cuerpo
tan redondo y tan de luz lleno
que quien lo mira recoge del cielo
sus ojos convertidos en trozos de carbón bien negro.

De regreso
ya de la Nava, en Pinarejo,
entre sombras marchándose lejos
recuerdo que en aquel día toqué con un dedo
el monumento
que recuerda a los nacidos de todos los tiempos
que allí murió con mucho sufrimiento
Jorge Manrique, quien fabricaba versos
mientras luchaba en defensa de la reina de su reino.

Dura travesía en una noche de cencerros
sonando en los campos y en los barbechos
con aquel cuerpo, herido, reja dentro,
camino de la Nava
tras pasar por los Cerros Blancos hasta llegar a Santa María, no lejos,
pues en Pinarejo solo había
por aquellos tiempos
dueños castilleros
y un guardia con mucho miedo
que en la cueva que daba a un pozo de aguas frías como el hielo
cantaba serenatas mientras afilaba el cuchillo de degollar corderos,

Muerto lo es,
la sangre se le cuaja
sobre el vestido de cuero
y él Jorge Manrique en lo cierto
ve un hilo de luz
que se le viene trayendo
la noche negra,
la mortaja de piel de perro,
los lamentos de los propios castillejos
que temen el castigo que recaerá sobre sus hijos y mismos ellos.

Lo fue y es cierto
el mejor poeta
y el muerto
más llorado y solicitado
por los tiempos de los tiempos
que en las iglesias se elevaban rezos,
en la corte canciones de escaño y en Pinarejo
donde corrió la noticia entre grandes por aquellos días aguaceros
solo el guardia y el pocero echaron a la lumbre sal para alejar los malos agüeros.

Que muerte
y que silencios
cayeron sobre la Nava
y los Cerros Blancos de Santa María a Pinarejo
y de lo que queda de esto
solo son historias de viejos
que se contaban cuando el Sol huyendo,
DO Menor por lo menos
marchaba hacia el Castillo atravesando los Cerros.

Callando la historia se queda en eso,
mutis en Pinarejo,
en el Castillo desencuentros
y en la Corte la reina que sabe de todo ello
lo que le cuentan los oficiales de aquello
se mandaba venganza por lo hecho.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN SUEÑOS Y EN PINAREJO

Resultado de imagen de PINAREJO

Subí la cuesta
y vi el Cerro Gordo,
tan pequeño,
con pequeñas manchas
de arbustos secos
y algún que otro almendro
de los tiempos homéricos
en que nuestros abuelos
vivían de lo que los campos daban
con mucho sufrimiento.

Todo él
me refiero al cerro
tan poco a poco despertando
y a poco más durmiendo
al tiempo que pasan los años
y llegan lustros de desasosiego,
cada vez más el pueblo muerto,
sin más rumor que el del viento,
sin más grito que el de la lluvia
sobre los tejados cayendo,
sin más aspiraciones
que continuar siendo pueblo
en la llanura en la que brotan,
entre cantares de viejos,
las aguas subterráneas
¿Qué misterio?
que forman ojos de ríos riendo.

Pasé por el camino
aquel, ahora tan recto,
en que un carro partió, lento,
hace ya de esto tiempo
hacia los campos de gavillas,
estos llenos,
y entre baches y baches
y recuerdos y recuerdos
miré a lo lejos
allí donde el camino se abre
y la Hoz
se queda hundida
entre dos grandes cerros
como si allí se hubiera celebrado,
en otros tiempos,
algún que otro combate,
espadas al cielo,
entre fornidos guerreros.

Vi la Morreta
en su más completo abandono
sin más armadura
sobre su cuerpo
que cantos, tiestos,
y un derruido colmenar
sin abejas ni colmenas dentro,
y en la explanada,
por la que cerca pasa,
entre juncos
y cardos secos
un insignificante riachuelo,
contemplé la Moraleja,
caserío de no más de 6 habitantes
en sus buenos tiempos,
y allí mi madre, tíos y abuelos.
Ahora caída en desgracia
y que pena,  derruida y desierta
como un cementerio.


Bajé por el Charcón
tan seco
con sus pozas selladas
a las aguas que ya no brotan dentro
de lo que en otros días
era caudal de buenos recuerdos
y giré a tiempo
de que el Camino Murciano
me dejara en el pensamiento
la imagen imprecisa
de otros tiempos
en que por ella caminaban,
entre sueños,
mercaderes de espejuelo
con sus caballerías
y cortejo
de carros lamiendo el duro suelo.

Santa Ana hacia arriba
una torre me deja perplejo
pues sus campanas de bronce,
casi acero,
yacen desnudas en sus aposentos
a la espera de que los brazos
fornidos del viento
las hagan, como en otros tiempos,
entre respiro lentos,
llamar, lanzando besos,
a quienes en los campos,entre sufrimientos,
cosechan sufrimientos.

Para albollones
aquellos desaguaderos
de aguas que corrían al encuentro
de la Veguilla de Pinarejo
con aguas bajando
desde la horca del cementerio.

 Y el Pozo
no lo encuentro
aunque sobre el suelo
donde se abría su boca
para comerse a los niños memos
ahora una fuente de aguas,
salpica el cemento
y surte de frescores
en las noches
de ponientes de escarmiento
a quienes en la Plaza
se dedican a contar viejas historias y cuentos.

En un poyo veo
a un pinarejero sentado
casi relamiendo
tabaco de hebra
que sobre los labios secos
se queda pegado
sin necesidad de ningún pegamento.

Y en esto despierto
y me encuentro
una imagen de Santa Ágüeda,
que mi padre llevaba en una cartera
junto al pecho,
con más años
que los que yo ahora tengo.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio


domingo, 12 de julio de 2015

POESÍA: PINAREJO TAN LLENO DE SILENCIOS

Resultado de imagen de PINAREJO

Quien pasa de cerca de Pinarejo
mira el pueblo
tan quieto,
tan muerto,
tan lleno de silencios
que se llena por dentro
de aquellas soledades que cantaba un poeta
que murió de España lejos
por decir a los cuatro vientos
que la libertad no tiene precio.

Olmos que ya son parte de nuestros recuerdos
quedan petrificados en el tiempo
junto a las alamedas siempre vestidas
del verdor que trasmite el cielo
sobre las copas altas de los árboles creciendo
allí donde la naturaleza tuvo con ellos un minuto de su precioso tiempo.

Se entra al pueblo
por calles que en otros días fueron
grandes brazos abiertos
al ganado que llegaba de la trashumancia
trayendo los estómagos repletos
de los olores de las plantas de las zonas frías más allá de los grandes puertos
que dejan a la Mancha consumida en esos deseos
con los que los enamorados se levantan después de noches llenas de abrazos y besos.

Y en este pueblo
de matriarcados perpetuos
con los hombres trabajando
allí donde hacian falta pastores y braceros
es de los pocos pueblos manchegos
donde el rezo
en labios de mujeres
siempre comenzaba por  el Padre Nuestro.

Gentes laboriosas y con genio
sobrevivieron a las hambrunas
que por aquellos tiempos
devastaban a los pueblos
y cada siglo
y cada año y en cada momento
se volvía a comenzar
siempre con el mismo empeño
que no era otro que levantar la cabeza por encima del cuello.

Pinarejo
a primera vista en un cerro
pero si por ella paseas
y te encuentra en su epicentro
pronto te das cuenta
de que el pueblo
se expande buscando, no lejos,
las alturas de dos motillas, cerros,
donde el aire corre más fresco.

Y llegan esos doscientos cincuenta años
y en ello
nos volcamos los del pueblo
dentro
de esas soledades
que hacen a los manchegos
tan quietos,
tan tranquilos,
tan serenos
que la piel de los hombres y mujeres de nuestros pueblos
están curtidos
como la piel del ganado que corre por los montes y majuelos
de los olores a tomillo, lavanda, romero y espliego.

Quietos
y entre silencios
con la mirada puesta en el futuro
y con el presente en nosotros viviendo
vamos las pinarejeras y pinarejeros asumiendo
que somos pueblo
desde aquel momento
en que nuestros antepasados se impusieron
al poder recio
de los castilleros
que solo querían, en ello eran soberbios,
una aldea con su pósito repleto
de buenos granos y frutos con los que seguir ellos creciendo.

Sin lucha
no hay pueblo,
ni lo hay sin sufrimiento
ni lo somos ni seremos
sino somos capaces de vivir unidos
en esos sentimientos
que hermanan a los seres humanos
entorno a un mismo pensamiento.

En librarnos de las cadenas
nos hicimos pueblo
y así tenemos que seguir viviendo
libres y por el mundo sueltos
sin perder los orígenes
ni sentirnos ajenos a la tierra que nos dio el gentilicio de manchegos.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...