sábado, 8 de agosto de 2015

POESÍA: LA DUNA 45 DEL DESIERTO DE NAMIBIA

Duna 45 del desierto de Namib

Ascender para tocar, ser,
entre la arena, hierro,
pueblo escasez.
La arena teñida de ese color
que es
para ella fuente de interés
En el desierto de Namib
ir para ascender
a la cima desde la que ver
el arco iris sobre la arena crecer.
Anaranjada la arena
como si fuera un florido vergel
en el Cañón de Sesriem
desde el río Orange
la arena hace millones de años se dejó caer
para que en los amaneceres se pueda ver
los destellos del sol crecer
sobre las bellas dunas que se dejan querer
por quienes hasta ellas llegan con tal de tocar el seno de esa mujer
que la duna, hermosa ella, es.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

Fuente: Elpais.com

Amanecer en la duna 45 

El asombroso cromatismo del desierto de Namibia atrae a turistas en busca de sensaciones introspectivas 

ALMUDENA ARIZA 9 MAY 2009

Namibia es un país con sólo 18 años de vida. Aunque su nombre significa "tierra de nadie" en lengua nama, lo cierto es que muchos pueblos se la han disputado: portugueses, holandeses, ingleses y alemanes. Incluso fue colonia surafricana en la época del apartheid. Un país escasamente poblado (la mitad de los habitantes de Madrid para una superficie que duplica la de toda España) porque no es fácil resistir la dureza de su clima desértico. 

El desierto del Namib ocupa toda la costa namibia, con una extensión cercana a los 80.000 kilómetros cuadrados. Sólo quien quiera vivir una experiencia dura pero deslumbradora debe aterrizar en este inhóspito rincón, que es también uno de los lugares más bellos de la tierra. Un dicho namibio recuerda que Dios creó los países con agua para que el hombre pudiera vivir en ellos, y los desiertos, para que pudiera encontrar su alma. 

01 Rumbo al Namib 

Desde Windhoek, la capital de Namibia, y a unas cinco horas en coche hacia el oeste, se llega al desierto del Namib. Durante el trayecto, el verde intenso de los alrededores de la ciudad (estamos en plena época de lluvias) se transforma en un verde dorado, el de los pequeños arbustos que salpican el camino. A unos 150 kilómetros de la capital, esos arbustos empiezan a desaparecer y, a medida que avanzas por el desierto, las dunas se van haciendo más grandes, y las hay como montañas, como dioses que te miran desde el cielo. Y uno se siente muy pequeño en ese océano de arena roja donde no hay nada alrededor. Nada. Es la primera sensación al pisar este asombroso desierto: siendo un lugar tan árido y vacío, su extraordinaria belleza, sin embargo, te deja sin aliento. 
02 Arenas de récords 

No estamos ante un desierto cualquiera. Pisamos la arena del desierto más antiguo del planeta (ya existía hace 65 millones de años, cuando se extinguieron los dinosaurios), con las dunas más altas del mundo, casi 300 metros, donde viven más de 150 especies, la mayoría, insectos. Es el único desierto que cambia de color en función de las horas y donde se alza la duna 45, cuya perfecta silueta la convierte en la preferida de los turistas, que se embelesan ante ella y la retratan sin tregua. Es, además, uno de los desiertos más secos de la Tierra: apenas un centímetro cúbico de lluvia al año. 

La arena acumulada durante cinco millones de años, arrastrada por el río Orange desde el desierto de Kalahari, ha ido formando el espectacular anillo dunar de Sossusvlei, dentro del parque nacional Namib Naukluft (que significa gran mar de arena). Dunas o elevaciones de arena donde uno puede acampar libremente o elegir alguno de los campamentos, que van desde las pequeñas tiendas hasta los lodges de lujo. El guía me levanta a las cinco de la mañana para llevarme -dice que es obligado- a ver el amanecer desde la famosa duna 45. Es una tradición. Y lo compruebo porque, cuando llego a la duna, un pequeño grupo de turistas japoneses ya espera lo mismo. Al amanecer, la arena se hace dorada, y a los pocos minutos, cuando el sol empieza a escalar en el cielo, la tierra cobra un tono cada vez más rojizo. El color rojo se debe a la presencia de óxidos de hierro que cubren los granos de arena. Si uno pasa unas cuantas horas en medio de las dunas puede observar fácilmente los cambios de color, parece como si alguien estuviera jugando con toda la paleta de colores para pintar este desierto. 
03 Un mapa de olas 

Las dunas tienen un número, como si fueran calles. La 45 es la más hermosa y perfecta. Pero cada una de ellas tiene su forma y su propia belleza. El viento las peina, se mueven como si fueran olas y se transforman suavemente, mecidas por las ligeras corrientes de aire. Subir por la cresta de las dunas es fácil y para bajar, lo más divertido es hacerlo corriendo. La velocidad aumenta el peso de nuestro cuerpo y te hundes en la arena. A veces, uno queda sepultado hasta la rodilla. La arena es fría como un cuchillo por la mañana y ardiente a mediodía. Al bajar, un buen baño de arena, tumbado hacia arriba mirando el sol, es el mejor premio... O bajar revolcándote como una croqueta... Todo vale para disfrutar. 
04 El parque nacional de Etosha 

Su nombre significa enorme lugar blanco. Es una extraordinaria reserva natural donde el avistamiento de animales está asegurado. Tiene una superficie de 20.000 kilómetros cuadrados y alberga a 114 especies de mamíferos protegidos, 340 de aves y 16 tipos de anfibios y reptiles. Es uno de los más impactantes de África y donde uno puede toparse con casi todos los mamíferos del continente. Se trata de acercarse simplemente a una charca y esperar el desfile de una manada de elefantes o ver pasar jirafas, leones o rinocerontes negros. 
05 Esqueletos en la costa 

Ya en la franja litoral del desierto del Namib, el paisaje y el clima cambian. El cielo se torna gris de repente y la niebla cruza el territorio, como consecuencia del choque entre los vientos cálidos del desierto y las gélidas aguas oceánicas. Seguimos ruta hacia el norte y llegamos a una zona donde la arena del desierto se topa con el mar (océano Atlántico sur). Surge un territorio fantasmagórico convertido en parque natural. Es un cementerio de un millar de kilómetros donde reposan cientos de esqueletos de barcos que un día naufragaron en estas violentas aguas. Con ellos conviven vértebras de ballenas o cráneos extraviados de antílopes que llegaron a la playa huyendo del desierto. 
06 El paraíso de los himba 

Once tribus tratan de convivir con una minoría blanca que posee más de la mitad de las tierras. La más popular es la de los himba. Si seguimos rumbo hacia el norte, antes de llegar a la frontera con Angola, cerca del río Kunene, encontramos las aldeas de esta tribu, que mantiene aún la mayor parte de sus tradiciones, como el sofisticado arreglo de sus mujeres (tardan más de tres horas cada día en vestirse y adornarse). Las damas son un espectáculo: se trenzan el pelo y se adornan con abalorios hechos de huesos, conchas y cueros. Lucen un tono rojizo en la piel y se dejan fotografiar divertidas. Han aprendido a convivir con la visita de algunos pocos turistas. 

Lástima que los himba no puedan seguir escondidos por mucho tiempo. Una productora de televisión está grabando un reality show que muestra la convivencia de una familia española con otra de esta tribu, que aún mantiene la tradición de dejar desnudos sus cuerpos. La telerrealidad no tiene límites y ha cruzado las fronteras de este sereno, acogedor e intenso país que es Namibia, y al que todos deberíamos escaparnos alguna vez

El Eccehomo de Borja ya tiene lista su ópera en EEUU: BEHOLD THE MAN

Fuente: Elmundo.es
Escrita en tono de humor, esta ópera, titulada 'Behold the man' ('He aquí el hombre'), se estrenará en la primavera de 2016 en Boulder (Colorado), lo más probable en junio, y en 2017 en la localidad zaragozana de Borja, desvela el autor del libreto de la obra.
Cecilia Giménez, autora del Ecce Homo.
Cecilia Giménez, autora del Ecce Homo. EL MUNDOVer más

El 'Eccehomo' de Borja (Zaragoza), una obra que alcanzó fama mundial a raíz de una polémica restauración que le practicó una octogenaria del pueblo, Cecilia Giménez, ya tiene lista su ópera en EE.UU. 

Escrita en tono de humor, esta ópera, titulada 'Behold the man' ('He aquí el hombre'), se estrenará en la primavera de 2016 en Boulder (Colorado), lo más probable en junio, y en 2017 en la localidad zaragozana de Borja, desvela el autor del libreto de la obra. 

La composición de esta ópera cómica ya ha concluido y hace poco más de una semana, el pasado 18 de julio, se efectuó en público una lectura dramatizada del segundo acto en una capilla de Boulder. 

Inspirada en el fenómeno de masas en el que se ha convertido el eccehomo del santuario de la Misericordia de Borja, la obra está basada en Cecilia Giménez, una mujer cuya fama ha traspasado las fronteras nacionales tras una restauración que hizo a un fresco en agosto de 2012. 

La obra primeramente fue considerada un destrozo en toda regla, pero al poco tiempo se convirtió en el principal reclamo turístico del pueblo. 

De todo esto se enteró en Denver (Colorado) Andrew Flack, donde leyó la noticia: 'Crazy Old Woman Ruins Priceless Masterpiece!' ('Una anciana desequilibrada arruina una obra de arte..."Los vecinos estaban furiosos", recuerda. 

A Flack, Cecilia no le pareció ninguna desequilibrada, sino que le dio muy buena impresión, afirma. Al día siguiente de enterarse de la noticia llamó al compositor Paul Fowler, que llevaba años pidiéndole que escribiera una ópera cómica y le dijo: "Paul aquí está la idea: una mujer arruina un fresco de escaso valor y salva a una ciudad". 

A partir de ahí siguió interesándose por todo este lío e incluso en septiembre de 2013 fue a Borja a conocer a Cecilia. Al año siguiente, acabó el libreto del primer acto de la obra y este mes de julio, el segundo. 

En total son nueve personas las que cantan en esta ópera, dirigida por Amanda Berg Wilson, entre ellos la cantante Marj Fowler, en el papel de Cecilia, y su esposo Dean Fowler, en el del alcalde de Borja. 

El concepto que Andrew Flack tiene de la octogenaria es inmejorable y con ella se siente comprometido a interpretar la obra en Borja. "Es una heroína", defiende. 

La primera escena de esta ópera se desarrolla en una iglesia, en la que aparece Cecilia Giménez, una mujer católica y muy creyente, que revela a Beatriz, su hermana, que se le ha aparecido en un sueño Dios y le ha pedido que restaure el eccehomo de la iglesia. Su hermana, por su parte, se muestra preocupada y escéptica ante tal cometido. 

El escenario de la iglesia está decorado con un caballete, en el que reposa una obra similar al eccehomo de Borja. 

En la segunda escena de la ópera, aparece el alcalde de Borja y otros vecinos del pueblo que hablan de la crisis económica que azota al país y también a Borja y comienzan analizar estrategias para atraer turistas al pueblo, entre ellas la restauración de este fresco. 

A partir de ahí, se entremezclan actores y situaciones hasta concluir con el eccehomo como fenómeno de masas. 

El fresco de la iglesia restaurado en Borja por Cecilia es del año 1930, de Elías Martínez, una obra que había pasado a la historia en sus primeros ochenta años de existencia sin pena ni gloria, pero que se ha convertido en una obra famosa. 

La restauración fue primeramente objeto de todo tipo de chistes, chanzas y fotomontajes, pero rápidamente se convirtió en un fenómeno viral por Interent y la obra se ha convertido en fuente de inspiración de todo tipo de creaciones, vídeos musicales, canciones, documentales e incluso apareció en películas como Torrente 5. 

Desde Borja, Cecilia, a sus 85 años, es conocedora de la existencia de esta ópera, afirma a EFE. "La he recibido como tantas cosas que me mandan de todo el mundo. De Alemania, de todos los sitios", afirma esta mujer, que recuerda que "al principio" lo pasó "muy mal", pero que se ha ido "acostumbrando". 

"Ahora le doy gracias a todas las personas que llegan a Borja y cuando me ven, me dicen: Ay Cecilia ¿se puede hacer una foto conmigo?", explica. 

En estos momentos, Cecilia Giménez no está para fotos, está pasando "una temporada muy mala" por motivos de salud. "Así que no valgo para nada", afirma esta entrañable mujer, que está orgullosa de su obra y del bien que ha hecho a su pueblo, al que no dejan de llegar turistas de todo el mundo.

FUENTE: Elpais.com
El fresco del Eccehomo de Borja (Zaragoza).


Behold the Man, la ópera sobre Cecilia Giménez y su particular restauración del eccehomo de Borja que dio la vuelta al mundo en 2012 está acabada. Su creador, Andrew Flack, un ex publicista que se enamoró de la historia comenzó este proyecto hace dos años y el pasado 18 de julio hizo la primera lectura dramatizada de la obra en una capilla de Boulder, Colorado, dirigida por Amanda Berg Wilson. “La reacción de la audiencia fue muy buena”, contesta Flack por correo electrónico desde Denver. “La música [de Paul Fowler] es preciosa y la historia es a la vez divertida y emotiva. Está llena de corazón, ya que el personaje de Cecilia es una solícita mujer de fe que se encontró a sí misma en medio de una controversia. Pero para nosotros es una heroína, porque siguió su corazón”.

Flack viajó por primera vez a Borja (Zaragoza) en 2013 para ver la obra de Giménez y conocer a la artista. “Desde entonces seguimos manteniendo un contacto cercano con ella y su familia”, cuenta. “Su sobrina, Marisa Ibáñez, y yo nos escribimos al menos una vez por semana”.

La idea desde el inicio era llevar Behold the Man a Borja, y Flack asegura que están más cerca de cumplirla. “Esperamos estrenarla allí el año que viene. Aunque aún no tenemos fecha fijada. Mis socios y yo viajaremos a Borja de nuevo en noviembre para reunirnos con patrocinadores y autoridades”, explica.Behold the Man cuenta la historia de Cecilia Giménez en clave cómica, de cómo con su bienintencionada restauración del eccehomo pintado por Elías Martínez en 1930 acabó en los periódicos de todo el mundo. Borja pasó de ser un tranquilo pueblo de Zaragoza a un lugar de atracción turística internacional. “¿Quién dice qué es mejor o peor? ¿Si algo es una bendición o una maldición? El milagro de una persona podría ser el desastre de otra”, dice Flack, al que siempre le fascinó la historia como un acto de fe de Giménez.

Ahora que el libreto y la música están acabados, van a empezar también a recaudar fondos y buscar patrocinadores para llevar la ópera por todos los escenarios que puedan. Para el estreno en Borja, la traducirán al español. “Trabajaremos con cantantes, músicos y técnicos españoles. Será una producción española. Pero también tendremos una versión en inglés”. Porque la de Giménez, dice Flack, es una historia universal.

POESÍA: 8 DE AGOSTO Y EN CULLERA EL CIELO LLORANDO


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Se tiñó el día del color
en que Jesucristo fue crucificado,
la negror que llegaba
entre los labios de blancas gaviotas
invadía ya todos los espacios.
El hombre que dormía en el balcón
levantó la cabeza
y miró con descaro
antes de alzarse
para salir caminando.
Otro salió
para recoger el toldo
y levantó las manos
sin que le diera tiempo
a abrir la boca para soltar un taco
Volaban los papeles,
en el cielo los truenos sonaban como tambores lejanos
ya el agua
hacia a ruído a grano
cayendo en un costal de 70 kilogramos,
descontada la cascarilla
y el que se comen los ratones colorados.
Por la superficie pulida
de los cristales iban resbalando
gotas
que caían sobre el suelo para morir entre llantos.
De la montaña
a través de pasadizos subterráneos
bajaban las aguas
tan a su ritmo cantando
que cuando venían  a salir
bajo un puente, casa esporádica de gatos,
maúllan las aguas
y con ella los gatos
que haciendo rap
bajan casi volando.
En Cullera la  lluvia llega entre comentarios,
carcajadas unas,
bostezando,
risas infantiles,
lloros sin muchos ánimos,
de los turistas que miran la playa como quien espera un milagro

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

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Señalización a la entrada del municipio.

Castrillo Matajudíos ya se llama Castrillo Mota de Judíos

POESÍA: LA CIUDAD DE LAS MENTIRAS

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Aquella ciudad no se construyó
con piedras y arcilla.

Algo me decía que la ciudad escondía
un gran tesoro,
una roca tan grande que en pecho alguno cabía.

La ciudad en forma de parrilla
sin más humo,
sin más chimeneas, sin más arquitectura
que la piedra sobre la piedra
y en sus huecos arcilla
donde poder construir sus nidos las golondrinas.

A cada paso,
una mentira,
a cada zancada más mentiras,
a cada trote
cuatro herraduras,
a cada suspiro
velas apagas, antes encendidas.

La ciudad de las mentiras
en uno germina
como si fuera una semilla
la del mal,
libro o película,
que en una terraza de verano ves con la atención puesta en que si te levantas no te quiten la silla.

Autor. Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: BRAMANDO EN LA SELVA DEL ABSURDO

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Al pisar la tierra esta gemía
sus muertos, ya raíces vivas,
me miraban desde las ramas del pino desde siempre llenando con sus sonrisas
el lugar exacto donde entre blasfemias absurdas se dio por caído en la lucha
a uno de esos tantos españoles a quien se busca en la geografía perdida de una península
convertida en eterno cementerio, sin más ayuda, que el detector, que avisa,
sobre la zona convertida en cata arqueológica por los especialistas,
lo que bajo el subsuelo puede ser un sustrato fértil
en materia orgánica, hebillas, gafas, dentaduras de metal y carteras con viejas fotografías,
cartas sin despedidas y esperanzas puestas en un futuro podrido por las políticas
que hacen al ser humano huésped en lo que tiene que ver con su propia vida.
Bajo la tierra habitan
años de lucha,
historias de todos los tipos que servirían para reeditar una nueva biblia
y penas y alegrías
en los últimos minutos de vida,
por morir sin pedir otra cosa que no fuera justicia
y por morir sabiendo que se dejaba en vida
a una familia
que en los tiempos siempre sería fuente que espera que por su caño salga limpia
el agua, cuerpo en vida, del padre, madre, hermano, hermana, hijo o hija.
Sin otras batallas conocidas
que no fueran las de los odios que las guerras inspiran
muertos fueron miles de españoles y españolas de todas las edades, creencias, sexo y culturas,
también de Dios, ellos y ellas, sus criaturas.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

viernes, 7 de agosto de 2015

POESÍA: YA SOLO ME QUEDAN PUNTOS SUSPENSIVOS

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Yo ya no tengo etcéteras
solo puntos suspensivos
......................................
......................................
.....................................
.....................................
....................................
....................................

Tantos que los poemas se hacen cortos
y en ellos comparto conmigo mismo
todo lo que quiero
sin ser leído y sin ser visto.

Pongo en escena unos puntos,
cinco a lo visto
.. ...
y pregunto
¿Qué se esconden tras ellos?

Hagan sus apuestas,
jueguen como si estuvieran en un bingo.
Canten lo que quieran,
ahora les aviso
si hacen de esto una apuesta
dense por perdidos.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: LA NOCHE ES TAMBIÉN VIDA PARA QUIEN DE ELLA DISFRUTA

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Luces en las ventanas
desde mi balcón se divisan.
¿Por qué aquel grita?
¿Por qué el otro fuma y tira a la calle las cenizas?
¿Por qué no se enciende la luz de la cocina?
¿Por qué el cuadro del comedor cambia de color según la hora del día?
¿Por qué parece triste?
¿Por qué está pensativa?
¿Por qué cena tan deprisa si después no se mueve de la silla?
La bicicleta sobre el balcón siempre en la misma postura
y las persianas bajadas indican
que no hay nadie en el apartamento. Así es la vida
como esa farola que se enciende a la hora justa
en que sobre la mesa la cena comenzamos con el día
a declinar un mismo verbo en forma transitiva.
Es fin de semana y en Cullera se respira
la llegada masiva de improvisados, durante una noche, turistas,
que harán de esas horas que van hasta que se va la luna
de todo aquello que la noche pida.
La noche no sujeta a monsergas pide vida, mucha vida,
igual le da que sea cenando o bebiendo, bailando o cantando,
la vida de las noches
son explosivas poesías
que se destilan
en alambiques de cristal con aguas teñidas de lágrimas y alegrías
que producen bebidas para todos los que se arriman
a esas fuentes de la vida nocturna
que con la llegada del sol se secan por ser horas intempestivas.

Autor de la poesía: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: POR LA ARENA Y DE PUNTILLAS



Con el bañador, con las sandalias
y con sombrero en la cabeza, a la antigua,
para prevenir innecesarias calenturas
atravieso la carretera camino de la playa
donde ser un uno más, turista.

La arena caliente me obliga a ir casi de puntillas
y llegar casi volando hasta la orilla
que todos utilizan para refrescarse en el agua fría
como si fuera agua bendita.

Camino por la orilla del mar
sorteando todo lo que se me pone por delante
y con una cierta pericia
salvo algún castillo de arena,
y algunas sombrillas,

Hace, ahora, una hora justa,
que en el balcón de mi apartamento escribía
sobre esas ideas que llegan y se quedan pensativas,
a  la espera de una rigurosa criba
tras la cual dejar las palabras justas
para entonar el mea culpa
y terminar la poesía de ese instante
tan en mi decisiva como el aire que respiro
y como el agua y la comida
que me dan fuerzas para continuar pariendo poesías
que no dan más guerra que su lectura.

Sobre la arena descalzo
parezco un nazareno en su última salida
camino del calvario para en el sufrir tortura.

Una brisa me anima
a continuar esa cuesta arriba
que lleva como destino y fin de esta aventura
hasta una palmera caritativa que sola germina ideas que yo hago mías.

De buena mañana he acompañado a mi perro
hasta un parque que es su delicia
y allí en medio de una naturaleza frondosa y en la zona única
muy al gusto del perro que en ella ladra perrerías,
palabras estas suyas muy expresivas
que demuestran sus inquietudes matutinas,
me deshice en preguntas.

¿El verano en su cenit y mi cenit que caduca que hay más allá del mes de agosto en mi vida?
¿El día con tanta luz y las farolas apagas, es esto lo que se llama armonía?
¿El perro que ladra y yo que le sigo con la vista, si ladro recibiré contestación alguna?
La palmera es
la guinda,
la flor,
la chica,
el misterio de la Santísima Trinidad,
el lugar de tertulia íntima,
el único sitio de la playa en el cual me siento dueño de lo que miro y de lo que me mira

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: BAJO UNA PALMERA LA PLAYA PARECÍA MÁS SALVAJE A SIMPLE VISITA

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Bajo una palmera en esas horas del mediodía
la playa parece más salvaje
a simple vista.
El baño en el agua es una delicia
y la sombra bajo la palmera
una rara exquisitez que en mi ahuyenta ciertas dudas
sobre los dátiles y su caída
en picado desde las alturas hasta la arena que hace de almohadilla.
Bajo la palmera leo la prensa escrita,
sus últimas noticias,
sobre política autonómica con sus guindas;
de lo demás paso la vista por encima
y sin más me voy a la poesía.
A ese libro,
exquisito y de altura de Costas Mavrudís
quien escribe sobre su vida,
evocando presente y pasado
con una cierta dosis de inteligencia bien surtida
de esa traza de cultura
que solo se alcanza
en las bodegas bien surtidas de una vida
dedicada al coleccionismo de vocablos
que dan vida a su poesía.
Entre la palabra que se quiere expresar
y el poeta que así le anima
para embarcarse en esa aventura
el lector bajo la palmera medita
en esas bombas atómicas que cayeron como racimos de uvas
sobre las ciudades de  Hiroshima y Nagasaki
y los efectos que causarían
sobre el entorno en el cual uno habita
¿De mi rastro bajo la palmera
de caer justamente encima que quedaría?

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: DE UNA JACA BLANCA QUE EN PINAREJO CAUSABA ENVIDIAS


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Os perseguimos por minutos
pueblo en La Mancha,
para seguir contando aventuras
que vienen y van
como si hubieran ocurrido hace de ello un par de días.

Lo hacemos casi esculpiendo las palabras
sobre una piedra dura
para hacerla más al gusto
de esta sociedad tan olvidadiza en lo que tiene que ver con su cultura.

Nos vamos a los tiempos de una lejana dictadura
anterior a una guerra civil poco cívica
para contar, entre puntazos de aguja,
lo que en Pinarejo ocurría.
Viejas historias
y tradiciones ya perdidas
se dan en este poema cita.

Vamos a la búsqueda de ese algo
tan productivo
como una pepita de oro encontrada en las corrientes de los ríos salvajes, entre veredas reconditas,
de la California explorada por los jesuitas.

Estamos en ello casi arañando con las uñas,
arrancando las palabras
que llegan con esa paciencia infinita
de quienes en ello ponemos la carne y algo más llamado ternura.

Buenos días
en la plaza del pueblo
se escucha
de quien cabalga sobre montura,
jaca comprada en la Feria de Belmonte, por doscientas pesetas, al caso una fortuna,

Pasa la jaca de prisa
y encima
su jinete que la lleva con soltura.

Trasponen los dos
por el camino de Villar de la Encina
dejando tras de sí
un pueblo en vida
con más de 1500 habitantes
y en cada casa
unas madres, abuelas, mujeres e hijas
que despiden a los suyos como si se fueran de la casa para toda la vida.

En las aguaeras va agua para pasar el día,
pan de aquellos con olores a horno de leña de la Felipa
y algunas cosas más que aquí se citan.
Se recuerda un escabillo,
unas tenazas,
una hoz, cepos para poner trampas en la Montesina
y por si fuera el caso
una merendera con un trozo de tortilla,
un chorizo y tocino de un grosor  comparable a la gobanilla.

Luce la jaca por los montes
y quien va encima
a cada paso un saludo,
a cada paso una envidia
de quienes miran.

Envidias sanas las suyas
pues en su alma no atesoran tener más fortuna
que los campos se vistan de verde
y la cosecha sea de altura.
Que los olivos vengan
cargados de aceitunas.
Que el majuelo de para una buena cosecha de uva,
con las cuales hacer unas fiestas grandes,
digamos participativas,
con Santa Águeda en andas,
con baile, toros, tiro de reja y alguna partida
de cartas, tute o brisca
en el viejo casino
donde los campesinos buscan consuelos a sus muchas desdichas.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

jueves, 6 de agosto de 2015

POESÍA: DE MI PRÓXIMO LIBRO: EN PINAREJO Y CON LA ZOCATA RELAMIENDO VERSOS

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Os observamos todo tan quieto y todo tan tranquilo
y todo tan sereno.
¿Dónde está el trajín de los carros?
¿Dónde los paseos
 por la carretera hasta aquel huerto
donde un nogal vio mas de lo que ha visto ningún pinarejero?
¿Dónde los galgos y los podencos por las viñas corriendo?
¿Dónde queda el viejo pozo?
¿Dónde la pizarra y las tizas? ¡Dónde el babero?
Desde todos mis tiempos
voy en mi memoria repitiendo, sacando y escribiendo
datos tan pequeños y tan llenos de sentimientos
que en uno explota un caldero de cominos lleno,
freiduras casi de cordero, rehogado en vino y con ajos, en un barbecho,
ya la mañana caída, soles de destierro, huyendo por un valle pequeño.
Fotografía de un aguacero
y por las calles todos corriendo
para ver a través de las cortinas
muchas de saco de abonos tendidas en señal de respeto
sobre la puerta de acceso a unas casas que imponen por su antigüedad respeto.
La vieja cueva llena de telarañas y trastos viejos
de todo lo que allí quedó casi durmiendo,
la zocata colgando de la pared de un clavo de herrar un burro casi seco,
la hoz segando en sus buenos momentos ahora muertos,
las albarcas dobladas entorno a su cuerpo,
al azadón de filo cubierto por terrones ahora casi piedras echando chispas en sus nichos del cementerio,
la vertedera crujiendo; el arado rompiendo tormentos; las sartenes
con no más pringue pues la prohibió un médico.
Paisajes cautivos en un cerebro
con vistas a esos momentos, solo esos, los de una edad, los de un credo,
por allí los viejos días para mí siempre son nuevos
como aquellos en que saltaba por encima de los surcos buscando pollos de perdiz,
conejos tan pequeños como un puñado de arroz hirviendo en un caldero,
Ahora es el momento de lanzar las campanas al aire en Pinarejo,
llamando a los vecinos a esa gran fiesta de hermanamiento
de unos con otros y de todos con todos los tiempos.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: SOLAR Y APOLÍNEO


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A las doce remolinos como ayunos
abren mis pensamientos a ese pequeño mundo
que es la playa con todo lo que en ella acarrea en un jueves, sin más dominio
que mi ser sobre uno mismo.
En un rincón de la playa de Cullera junto a un hotel,
en dominio público leo con reforzado ahínco
un libro de poemas, Cuatro estaciones de Costas Mavrudís,
me quedo con lo justo,
esos viajes suyos
al pasado y presente
cara al viento y de culo en todo lo que por sus ojos pasa como grano diminuto que ya no da frutos.
Cojín duro, la arena, proyecta mi dolor por este mundo,
hasta el infinito, allí donde las aguas azules y los barcos diminutos
conviven, cada cual a lo suyo.
La mujer que junto a mi improvisado estudio de lectura coloca el bolso y unta a sus hijos,
con una spray aceitoso de coco, melocotón o crema de cacao con mantequilla de tres colores al uso,
lo hace muy a su gusto
con esa paciencia con que las madres traen a los hijos al mundo
para que el día de mañana sean todo aquello que de ellos se ha querido.
El móvil ese instrumento de comunicación
que usamos de continuo, avisa, y en ese momento se interrumpe el rito
de untar al guerrero para que pelee en las aguas revueltas de cocodrilos
con ese valor que solo los héroes demuestran cuando sus madres los ungen, con aviso
de que el Dios de la guerra ha ejercido bien su oficio.
El tren de plástico sobre la arena caído
no ha producido ningún muerto ni ha servido
para mañana ser primera plana de cualquier diario con ganas de noticias que le sirvan para ganar público.
Domina en la playa los colores rojos, azules y amarillos,
república de las letras,
sopa de fideos los domingos
y para el resto de semana al aire los ombligos.
Sobre las aguas rozan los tobillos
de un anciano a quien sus hijos
lo han dejado en esa posición que Dios sepa hasta cuando durara el suplicio
de ese ser tan querido que con cara de resignación hunde la muleta y sin pedir nada al tendido
levanta las manos como quien pide auxilio.
Salen a la palestra los hijos, buenos  toreros y sin mirar al tendido
en volandas se llevan a su padre a mejor sitio
allí donde una joven de veinte años y pico enseña sus senos al aire
mientras lee una revista que en portada lleva el nombre de un conocido artista que tiene su público.
Como quiera que estoy en la tercera estación de mi libro
leo y vuelvo a leer a ese poeta griego que nos lanza como un suspiro
al que yo correspondo con aplausos
y entre tías suyas muertas sin tener hijos,
calles de capitanes en Francia que inventaron cañones más productivos,
submarinos y marcos mercantes hundidos,
primaveras casi comiendo higos,
fuentes que yo intuyo en el Peloponeso, aquel que leí siendo casi niño,
me voy hacia el agua
en busca de un remolino donde zambullirme para salir limpio
de lo que la prensa dice y yo leo con cara de animal perseguido,
de lo que la televisión anuncia en señal de castigo a la inteligencias normales
que pulsan un botón para sentirse más unidos con ese pequeño teatro que es la vida
vista a través de un teleobjetivo.
No es domingo,
lo se porque yo esos días huyo
de todo aquello que tiene que ver con la palabra tumulto.
Es jueves con mercado incluido
allí donde Cullera se expandió buscando su río
hasta allí me he llegado
demasiado pronto a lo visto.
Por ese motivo me he ido directo a un lugar por mi conocido
donde he comprado unos puros
con los cuales combatir a esa Armada Invencible de mosquitos
que acuden a mi luz, que se meten conmigo, sin que yo sea, a saber mío, su enemigo.

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA CENSURADA POR EL POETA

Añadir leyenda


Es una mier...........................................de ley
Se la podían meter en el cul.............................
Son unos verdaderos cabr................................
Con esta ley se declaran enemigos del pueblo elegido
que solo usaba de las Tablas de la Ley
para imponer castigos.

Autocensura:

Solo queda
esa fotografía es de archivo.
El tan puesto,
a lo mejor a disgusto
y el fotógrafo haciendo lo suyo

Autor de la poesía: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: HIROSHIMA Y NAGASAKI: NO SE ME VAN DE LA CABEZA LOS GRITOS DE LA GENTE PIDIENDO AYUDA





Aquel día, Little Boy, cayó, sin más aviso,
que sobre el cielo abierto de Hiroshima,
en sonrisas,
el rugido del bombardeo Enola Gay, llevando en sus entrañas, a esa extraña criatura,
madre de un hongo
y padre quita vidas
que a sus 70 años se recuerda con melancolía

Bocksar fue hermana suya,
tan despiadada y ataviada de dolor a muerte
que nadie en Nagasaki quiere recordar aquel día
en que el hombre habiendo olvidado a sus Dios
se erige por encima de cualquier teología.

Murió la vida, las tinieblas hicieron suyas las ciudades
sus cadáveres se convirtieron en cenizas
y en sus parques comenzaron a germinar entre las raíces escondidas nuevas semillas.

El Dios de un pueblo lloró y el otro hizo lo que podía.
Llueve sobre las ciudades gotas de agua radiactivas.Rasgan el orbe preguntas y más peguntas
y en las calles la piel en tiras de gentes desnudas
combaten su tristeza con agua radiactiva.

¡Que oscuridad! ¿Qué mal día! ¡Qué victoria más apocalíptica!
¡Horas aquellas que en los relojes quedaron marcadas de por vida!
¡Ay de aquellos que no murieron y de sus eternas pesadillas!
¡Ay de los que se convirtieron en humo de un hongo que subió al cielo huyendo de lo que veía!

¡Cuantos niños y niñas habrá todavía buscando a sus padres
en las cornisas de las casas derruidas!
¡Quién se lamenta por lo que hizo!
¡Cuántas calladas preguntas!
¡Cuántas madres pariendo monstruos para ser estudiados por la ciencia de aquellos días!

Saltan las aguas de un río quienes huyen de aquello que acaba con sus vidas
y en su huida no miran hacia atrás, pues solo hay dolor y horror hasta entonces de película
y al otro lado les espera como quien espera un salvavidas otro tipo de angustias
en quienes, soberbia la suya, no buscan otra cosa que el olvido para que nadie pudiera decir
que un pueblo fue abatido, bajo un sol Nipón, que no conocía de derrota alguna.

Cansada una niña camina
en la ciudad en que ella construía su vida
como las flores que se abren en sus buenos días
para dar su olor
y para que de ellas se diga
que flores más hermosas las de este jardín que tan bien se cultiva.

Y en ello un puente donde se rocían las quemaduras
con un aceite de soja, casi agua bendita, que olía
a carne quemada sobre los ojos, mejillas, senos, pies, rodillas.

¡Que angustia! y en ello maldito día,
todo bajo el orbe a 9668 metros de altura convertido en harina negra y arcilla derretida.

Duerme Dios, aunque se dice que el siempre vigila
y en sus sueños debieron surgir nubes encendidas
y Dios se despierta para tomarse de descanso el día
pues algo le dice que las pesadillas se quitan
pescando noticias en las orillas de ese Edén
que pronto se convertiría en teatro de horrores por culpa de unas bombas asesinas.

Sentimos lo que sufren, se tuvo que decir, en aquellos días, entre mentiras,
que sufran ustedes no nos gusta,
les llevamos ayuda
y recuerden que con nosotros, potencia invicta,
si juegan a guerras ya saben lo que les puede venir encima



Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA. CINCO GATOS NEGROS LLENAN ESTAS LINEAS



Debe ser el jefe de la manada,
la suya,
bajo un coche estirado
patas arriba,
el gato comprueba su osadía,
su reto es llegar a saber hasta que punto
las ruedas del coche al ponerse en marcha no le pillan.
El gato vigila
pues su camada
la que hasta ese día le servía para ser jefe sin disputas
ahora está desaparecida.
Eran cinco gatitos negros
sin mota alguna.
Negro de oscuridad de mina
su mirada era felina
y su tranquilidad absoluta
pues no temían a nadie, nada temían.
Cinco gatos y una gata
no sabemos adonde se han ido
para cuando el gato maúlla
no se si su felicidad se ha visto momentáneamente interrumpida
o lo que pide es autoayuada
aunque esta no figura en ningún manual para este tipo de criaturas.
No se si es día de luto
o de alegría
a lo mejor, esta es mi dicha,
los gatos se han hecho mayores de edad
y ya caminan detrás de una gata
que les mira
con esos ojos felinos
que a muchos hombres cautivan.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: MUCHAS FELICIDADES A USTED EN SU DÍA



Volvemos a lo nuestro
a definir el objeto,
aquello que nos servirá para crecer
para llenar lineas
y si todo se ajusta al canon  propio que ha inventado uno
dar por concluida una poesía.

Hablemos así de la felicidad del ser humano
y todas aquellas cuestiones que entorno a ella giran.

Entremos a definir lo que es la felicidad
en su sentido más estricto
y dejémonos de tonterías
y de leer libros que solo hinchan
las cuentas corrientes de quienes entienden que la felicidad solo se conquista
con grandes dosis de pastillas
y con fiestas programadas para ese día explosionar
como si fuéramos una olla expreses llena de risas.

La felicidad de los pobres es comer y llevar una vida digna.
La felicidad de las clases medias no perder esa garantía
que les asegura años más de felicidad gratuita.
La felicidad de los ricos vigilar su gordura y perder kilos tomando pastillas.
La felicidad de los miserables continuar arruinando vidas.
La felicidad de los avaros que sus dineros queden embarazos y críen sanas criaturas.
La felicidad de algunos políticos alimentar a su gremio de por vida.
La felicidad de los militares tener armas con que domesticar a quienes no son de los suyos.
La felicidad de los curas ver que Cristo todos los días continua en su cruz.
La felicidad de las mujeres sentirse queridas.
La felicidad de los hijos tener una madre siempre a su lado vigilando sus vidas.
La felicidad del carcelero comprobar que sus presos son los que mejor cumplen las reglas
que sus jefes les indican que deben ser cumplidas.
La felicidad de los prisioneros ver alguna vez la luz
sin necesidad de asomarse a una ventana con rejas incluidas.
La felicidad..............................................................ella siempre se conquista.

Muchas felicidades a todos
y elijan la suya
con mucho cuidado
pues una vez que la han conseguido es para toda la vida.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio
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