domingo, 29 de mayo de 2016

POESÍA: EN PINAREJO, EN LA CALLE DEL TESILLO OÍ ESTA ORACIÓN



¿Quien sabe el por qué de aquella oración?

¡Tan poco que pedir,
tan poco,
en la Casa del Señor!

¿Quién sabe si escuchaba el Señor?

¿Quién sabe si alguna vez en aquella casa, 
la suya, 
habitó?

¿Quién sabe si aquel pueblo era el suyo?

 ¿Quién sabe...?

Por la calle del Tesillo
transcurría la pasión
de ellas las madres y abuelas
rezando, mascullando palabras de amor. 
Los rezos ablandan el corazón
desde siempre al Señor.

Olor a sacristía,
olor a cirio, cera quemada, olor a sudor,
en los bancos de madera,
el pino maduró
al igual que la fruta
saca su color
ese que cura el dolor.

Santa Águeda
mira,
con ese su corazón
del que todas dicen que está lleno de amor.

Ellas miran,
piden,
es su razón,
la de mujeres que buscan en el lugar donde siempre la justicia reino
ese Rey de los cielos,
esa Reina que reinó 
sobre los altos cielos al igual que su Hijo que en la cruz murió.

Por la calle del Tesillo,
la Nueva más abajo se quedó
se oye: "Escúchame Señor, yo lo doy todo, lo mío solo es amor"

Te suplicó Señor
por todo lo que nos das,
la pobreza como Don
y la sabiduría que solo habita en las moradas interiores del corazón,
esa que nos llega con su paz interior
hasta allí donde la tierra y el hombre se unen en perpetua comunión.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio



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