domingo, 15 de mayo de 2016

POESÍA: ENTRE DENTADAS

La mujer en la ventana
desnuda nos regala su mirada
sin más ver
que la luz que la traspasa
como si su cuerpo fuera el humo de la hojarasca 
que por una chimenea hacia el firmamento marcha.

En la cama la noche nos alcanza
con sus ruidos secos
con su cara a besos regada
para cuando el sueño avanza
y en la cama entran las estrellas 
para dormir agazapadas,
muertas de miedo por si alguien las delata.

El dormitorio es como el Arca Sagrada
en la cual se esconden los secretos y alianzas
de dos seres que se quieren
y arropados bajo las sábanas
se ven tal y como de ellos se esperaba
antes y después, ahora y mañana.

Entre el suelo y las paredes,
techo y puertas cerradas
de un dormitorio que asimismo se alza
se presiente algo que pasa
para cuando las estrellas se marchan
y dos seres se aman.

Preocupa al poeta
así la mañana avanza
que todo quede tal y como
se espera que ocurra en tiempos de bonanzas
para cuando los graneros se llenan de trigo y paja
y pasa
lo que sin venir a cuento en este poema se trata
sin más que hablar de ese mundo
que se ve a través de una ventana
traspasado el cuerpo de una mujer por la vista fresca,
casi ojo de cabra
de quien solo ve negros nubarrones y rayos en forma de afiladas lanzass. 

Si de algo sirve
yo les diría
ahora que el aire no me falta
que el mundo está lleno de cosas que no sirven para nada.
Es así que poco de lo que hacemos tiene importancia
en la medida que se marcha por las cloacas
cuando abrimos el grifo
y dejamos que el agua
limpie la pila antes de que volvamos a llenarla.

Si en el aire flota algo
estos son los lamentos
de aquellos que no llegan al final de semana
por mucho que el poeta se empeñe
en cuidar sus palabras
en su afán de llenar de gloria la panza de ese odre de piel de cabra
del cual se sirven los sedientos
para apaciguar su sed cuando avanzan por tierras de nadie que el sol arrasa.

Autor: José Vicente Navarro Rubio


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