sábado, 4 de junio de 2016

POESÍA: EL RÍO JÚCAR

No era chocolate, no lo era,
era agua, ella tan negra. poseída, tan ella
de la negror de las sustancias nocivas
que el río Júcar, moría
ya cerca de su desembocadura,
olvidado él,
así el viento me lo comunica
de la nitidez, transparencia absoluta,
que entre rocas y arenas venía cantando su música,
ronroneo, trino, quejidos, disputas,
en los remansos, pozas profundas
en las que habitan las truchas.

Y el río canta y con su caminar por la vida
cambia el contenido de su música,
allí donde era canción de cuna,
nació el río bravo de una panza oscura,
en la grieta profunda
y allí por la llanura se siente el río poeta y desafía con sus estrofas y rima
 a los ecos lejanos, truenos que animan las mañanas, tardes y noches de algunos días.

Y baja el Júcar
entre castillos, paredes de roca casi alpinas,
majadas, murallas desdentadas, pueblos de reía cultura
sonando a su música
robada a los pastores que se acercan hasta allí don el río ofrece tranquilidad absoluta
para bebe de sus aguas nítidas,
todavía el río se siente amo de su propia vida,
todavía, murmulla, oraciones ellas, tan antiguas,
que ya no se recuerdan por no haber quien se las sepa de carrerilla.

El río me anima a bajar con él sin prisas
parando en sus frondosas riberas,
disfrutando de sus vistas,
molinos de moliendas ya perdidas, chopos y olmos se juntan ante mi vista
para ya sin tardanza continuar con mi rutina
plasmando todo aquello con lo cual uno disfruta.

El río baja por los llanos y para cuando pide ayuda, el río con su soledad, el Júcar,
se vuelve triste y nos vomita
la tristeza que anida
en el interior de su seno,
que ya casi es del color del chocolate, para cuando su vida, en el mar Mediterraneo finaliza

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

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