lunes, 8 de agosto de 2016

POESÍA: EXPERIMENTADO CON LA POESÍA O LO QUE ES IGUAL EN TIEMPOS DE UNA DICTADURA MUY DURA

Fue el sistema sin lugar a dudas,
las pequeñas deudas contraídas,
lo que nos obligó a dejar el pueblo
con sus Mayos, carnavales, Fiestas Mayores, y tradiciones.
escuela, amigos, familia,
y señas de identidad arrinconadas para siempre en el baúl de una cámara a oscuras.

"El sistema
era el ayuno
la penitencia por haber perdido,
el ojo por ojo
el tu y el yo
marcados por diferentes destinos"

Todo quedó parado en las habitaciones de la casa,
la cuna en la que pasé mis primeros días de vida,
la cocina con aquella mesa camilla redonda como una onza de chocolate,
la habitación de mis padres con una cama grande,
la cuadra sin animales, se había vendido hasta el estiércol,
y los recuerdos,
al menos los más leves
casi escondidos en la gorrinera del gorrino,
corte por otros lugares,
como si el cerdo fuera el rey de la casa y no el alimento único en las gentes de los pueblos
y de las ciudades,

"Y, ya de pequeño yo quería aquella vida,
de segador entre los surcos oyendo a las pajaritas,
de jornalero viendo una España pobre dormida,
yo quería
la luz de mis ojos viva
como las brasas de los troncos de las encinas
ser en mi pueblo pobre
con la honra pegada al lado izquierdo de la camisa"

Con la llave echada y tras una mirada última
a todo aquello que formaba parte de nuestras vidas
partimos.

"Que triste que son las partidas
para un niño que no entiende nada de la vida,
que solo conoce de la nieve su blancura,
de los fríos el calor del cuerpo de su madre
en las noches largas de los inviernos crueles de las mesetas malditas"

Recuerdo, como si todo saliera de una tela de araña
a mis padres trajinando
de un lado para otros,
serían los nervios, la desconfianza a lo nuevo
lo que les llevaría de preguntas en preguntas,
casi todas sin respuestas.

"El destino nuevo
no comportaba alegrías,
todo eran tristezas,
así son las despedidas"

¿ A aquel y al otro como les fue? Que pregunta más atrevida.

"Aquel no volvió 
murió
de una enfermedad maldita,
dicen que le salía sangre por la boca
el hombre de su enfermedad estaba hasta maldito en la Biblia"

¿De que trabajan?

"Aquella trabajaba en casa de unos señorones,
hacia de sirvienta
y un día
le hicieron una panza,
nunca más regresó
la vergüenza le llegaba hasta más abajo de las rodillas"

¿Como viven?

Como los esclavos,
a expensas de un ficticio milagro,
muertos de miedo,
con la ruina encima,
vigilados por la guardia civil,
siempre pendientes de una carta y de recibir del pueblo noticias"

La verdad es que los que se marchaban no regresaban
aquello era síntoma de que al menos
habían esperanzas
y aun ocurriendo lo peor
de regresar
se podría comenzar a vivir de la misma forma a como ya vivíamos
hasta esos días.

"Regresar no me digas,
de hacerlo sería
una derrota,
risas a hurtadillas,
el desconsuelo,
la sensación de pobreza infinita,
el que te parece
y la respuesta,
salió que parecía que iba a comerse el mundo y mira como vuelve,
ya se lo decían

No recuerdo el mes en que nos marchamos de Pinarejo,
debería preguntarlo,
creo que no hacia frío,
tal vez en primavera
por aquello de las golondrinas
o tal vez, más cierto,
en el otoño fuerte y bravío
que se lleva la frescura de los árboles y las ideas felices de los seres humanos a las sepulturas

"Aun en los veranos,
agostos de soles sobre las tierras caídos,
las despedidas siempre son frías
aunque los calores vayan por dentro, aunque llueva y nieve en ese día"

Los días anteriores a la partida
mi padre se encargó de vender aquellas cosas que no se podían transportar,
lo demás fue apilado en un rincón a la espera de una camioneta
que trasladara el pequeño ajuar casero a su destino.

"Todo se compraba y vendía,
era el trueque,
gallinas por zapatos,
huevos por hebillas,
conejos por pañuelos,
cerdos por pantalones y camisas,
aceite por zapatos,
garbanzos por tabaco de hebra y cajas de cerillas"

Luego vino la despedida,
de casa en casa,
de parientes en parientes,
sin guión,
entre abrazos y besos,
yo dormí bien en aquella noche,
ya casi extraños en la casa,
supongo que mis padres no dormirían,
todo quedaba supeditado a que las cosas fueran bien en la gran ciudad.

"lagrimas seguras
y más lagrimas,
lagrimas
y lagrimas, 
más de las que caben dentro de una pila,
así de hurañas son las despedidas"

En una de las paradas del tren
subió alguien vendiendo navajas
y en otras un feriante de trenes
pobre hombre con mucha lavia
realizaba una rifa de vagón en vagón
a cuenta de unos pocos chavos,
la contrapartida era un lote de caramelos.

Pita que te pita,
el tren corre y pita
sale humo,
entra este por las ventanillas.
Conejos y gallinas
caramelos y peladillas,
un señor de negro cura,
y una prostituta ofreciendo carne a duro la corrida"

Hubo campos en mis ojos
hasta la misma entrada en la ciudad de Valencia,
en la estación del Norte
el olor  carbón de las locomotoras impregnaba el aire y la ropa y las nuevas vidas.

"Los campos son como las páginas de un libro
en ellos se leen historias,
sus batallas son infinitas
y los héroes nunca reciben medalla alguna
todo son coronas de espinas"

Asi comenzaba una nueva etapa
en la vida de los emigrantes de la década de los 50 en la España marcada por una dictadura.

"Así fue
que lastimosas
son las partidas
para los que se quedan
y para los que se van,
todo son angustias"

Uno no sabe lo que se le viene encima,
al final se acostumbra
como el buey al palo
y termina
por ser del palo el amigo íntimo que más se necesita.

"Son las dictaduras 
como un cáncer
que mata las células vivas,
tanto daño hacen
que la mejor medicina no cura la melancolía.
Se combate esta enfermedad
a escondidas
aunque los médicos siempre diagnostican
malos resultados que finalizan con el enfermo o finado en la tumba"

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

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