Y se vieron
ellos los de la Nueva España
a lomos de jacas blancas
con muchas espadas por el aire
y bayonetas caladas,
pistolas de todos los calibres,
fusiles, insignias y petancas
aterrorizando,
allí por donde pasaban.
Y lo peor de todo,
esas si que de verdad matan,
con mucho dolor en el alma,
eran las lenguas largas,
que hablaban de venganzas
nunca perdonadas,
en el aire palabras,
tan graves ellas,
tan descaradas,
y tan llenas de amenazas
que cantaban los gallos
y los flamencos bailaban
en el Sacromonte,
el suelo retumbaba,
al son de un Padrenuestro
que en las carnes se clavaba.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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