Dicen de Iniesta
que fue para los romanos Egelastra
y Salaria para Ptolomeo,
Plinio la nombra y menciona con aprecio,
Minas de sal de piedra
Y en ellas,
Tajadas bajo el subsuelo
Laberintos que se pierden
Y llegan lejos
Ya en Minglanilla se recuerda este hecho
Y así en ella encontramos la Plaza del Salero.
Asta de toro para la empuñadura
Y acero
Y ya tenemos
La navaja de la Minglanilla
con filo que cortaba al aire un pelo.
De feria en feria
Se vendían, de pueblo en pueblo,
se iban ofreciendo.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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