martes, 16 de agosto de 2016

POESÍA: POR TEIRRAS DE LA MANCHUELA, LA JORQUERA, EN ALBACETE

Tras un recodo de la carretera
codo
al que nada se debe temer
sobre las rocas
que la vieron nacer
Jorquera se alza,
estado, csi nación, que lo fue,
por encima de lo que algunos no llegan a comprender.

Los íberos
sobre el lugar
vivieron a pleno placer
ya en los Villares
tiestos por doquier,
que en la Asomá
mira el por qué 
también
en el cerro Pelaó
en lejanos días poblado de moño  él.

Otra vez
el Señorío de Villena
sobre las peñas todo él
en Jorquera 
se deja ver
lo que fue.

Puertas la villa tuvo
la Nueva
por ser nueva 
y la Blanca
con nombre de mujer,
dama o princesa
que a lo que se ve 
prisión sufrió 
quizás por un querer.

Por ellas se entraba y salía
a caballo, carroza,
carro o a pie
en esta villa con tan alto nombre
que su eco se extendía hasta allí donde el río pasa lamiendo los labios de la tierra, su mujer.

Casas blasonadas,
iglesia con arquitectura entre lo que fue y quiso ser,
el gótico y el renacimiento brotando de las columnas y de la misma pared
y edificios anclados en un medievo, asombran la vista y juegan ese su papel,
de dar a la villa un corte especial, como la leche al café.

Junto al Júcar Cubas
casi se le cae encima una imponente pared
con su ermita
y ermitaño quien lo quiera ser
en las profundidades de una sierra
que se conserva fresca y caliente a la vez,
río y sol
son los encantos y la pesadez
de quien por ellas transita 
buscando en su vejez
la juventud de una vida
que por aquí se suele devolver
a poco que quieras y te dejes querer.

Y si seguimos caminando
sin mirar lo que se puede perder
ante los ojos aparece Valdeganga,
casi sin querer,
pero esto ya es
una historia que dejamos, punto y a leer.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio









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