¿No sabiendo que iba a morir
cual hubiera sido el último aliento
de aquel poeta
que llevaba pegado a su cuerpo
un último verso?
Le dejó la vida
en un áspero campamento
allá por tierras de blancas paredes de yeso
donde los días transcurrían arrancando a la noche sus recuerdos.
De castillos pobladas
aquellas tierras duras como el cemento,
sus hombres cual gavillas
tendidas al rocío en los campos desiertos
y sus mujeres dueñas del hogar en el cual los rezos
llenaban las estancias desde los suelos a los techos,
todo en ellas lleva a pensar que la muerte, solo es eso,
algo que viene a ocurrir
por ser cierto
que el nacer y el morir forman parte del mismo sacramento.
Será por ello
que el poeta iba por la vida portando encima sus mejores vesos
escritos en las soledades de los viejos campamentos
y que por ello
murió sin darle tiempo
a terminar ese último poema,
con el cual explicar sus más íntimos pensamientos.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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