Dicen que el Nano
no fue fruto de la casualidad
si no de la venganza que un conde
se vino a tramar
por aquello de que a un caballero del lugar
lo vino Carlos IV a nombrar
Marqués
y así sin más
el Conde de Rotova se las vino a jurar
y con maña, paciencia
y una muy especial delicadeza
digna de alabar
al Marqués le va a colocar
de cara a su palacio señorial
el culo de un Nano
o lo que es igual
por culo le vino a dar.
Desaparecidos los palacios
el Nano se vino a instalar
en un hostal
que era propiedad
del dueño de La Traca
que con el tiempo lo va a desmontar
y se lo va a llevar
a la Cañada
a su residencia particular.
Bien por el Nano
y por la mucha fortuna que va a dar
a esa Valencia
casi Medieval
de la cual nos queda todavía más de un portal
con más fama
que la de aquel Nano tan singular
que tanto va a dar de hablar.
Autor: Jose Vte Navarro Rubio
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Hostal de la calle de la Sang
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