lunes, 4 de abril de 2016

POESÍA: LLUVIA TRAS UNAS CORTINAS

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Sobre la pared palpita
una luz extraña, relámpago que silencia su ira.

Es la tarde,
lluvia
tras una cortina
la que deja
sabores
que no se olvidan.

Pasan por la calle coches
y si en ellos miras
luces y si te animas
lenguas de fuego
que calientan las sillas.

En la cocina
vomitan las ollas espuma
que en el cuello de las ollas dormitan
mientras suenan pitidos
que avisan
cocciones exprés desde que se inventó la calderilla.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: DE AVES VA ESTA POESÍA

Urraca Común



 

Pica pica,
la urraca común
en el monte bravío
de La Montesina.

Alas negras,
ladina,
roba de los nidos
los huevos y se lleva a las jóvenes crías
que pía que te pía
llaman a sus madres con muchas angustias.

Son solitarias
como las almas de extrañas criaturas,
pares de ellas anidan
en las altas ramas donde las luces beben del sol su blancura.  

Iridiscente su negrura,
blancos se adivinan en las plumas
allí donde los nidos recubiertos de barro y raicillas
se alzan como si fueran castillos de la Vieja y Nueva Castilla.

Por córvidos
tienen en los libros
muchas páginas escritas
y si por ella preguntas
son azote de los cazadores que las tienen por enemigas
para cuando salen en captura
de granos, frutos y semillas,
pequeños animales, carroña y todo aquello que pillan.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio




POESÍA: ALGO ME ANIMA A CREER EN LA JUSTICIA

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Yo sabía de Panamá,
yo conocía
de un País hermano,
no caja,
no cerradura,
detrás de las cuales se esconden lejanas fortunas.

Los papeles,
son como clavos,
coronas de espinas
que se hincan
en las carnes de quienes durante años defraudaron a España a sabiendas de lo que hacían.

Que caigan
sobre ellos,
que caigan,
los diez Mandamientos
desde las alturas,
y yazcan, esa es para ellos la peor de las torturas,
en las calderas de Pedro Botero por el resto de sus días.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: SANTARRITAS EN FLOR

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Por aquellas calles
casi la noche,
ya a oscuras,
caminen,
vayan en sus escuchas,
cohortes de pinarejeros/as
de esos que echamos de menos en estos días.

La lluvia
casi cayendo,
lo locuaz del día
abriendo sus manos
absorbiendo nuestras dichas y desdichas.

La calle de tierra,
de `piedras moldeadas por la herraduras,
y tras las puertas de las casas con sus raídas cortinillas
ventanas cerradas
se escucha
la voz, timbre, de una madre, abuela, esposa, prima o amiga,
rezando Credos, Aves Marías,
Padres Nuestros,en flor las santarritas
que todavía muestran sus colores, arcos iris, sin necesidad de lluvias,
en las paredes de los corrales
y en las cornisas
adonde la mano del hombre no alcanza a matar su hermosura

Autor: José Vte. Navarro Rubio
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La santarrita necesita luz abundante a lo largo de todo el año; en el verano solo necesita luz directa del sol, abono y riego regulares. Si está cultivada en maceta y las raíces han llenado la misma por completo, la planta debe ser trasplantada. Esto se hará a principios de la primavera; si ha madurado lo suficiente, habrá alcanzado 180 cm o más; por lo tanto, realice una buena poda.

Riegue su santarrita moderadamente, cuide que no se produzca acumulación de agua en las raíces y abónelas durante el verano con un fertilizante líquido que contenga potasio.
Evite la poda cuando esté florecida.

POESÍA: EXPERIMENTANDO CON UN PLATO DE COMIDA


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Nadie vuela,
el silencio mata,
la escucha,
el sentir que eres oído,
¿por qué no la pregunta?

Avispero de avispas,
colmena de abejas,
gruta,
en la cual yacen interrogantes
cosas que te preguntas.

El apoyo,
poyo de piedra dura,
los bigotes,
la textura,
de unas gambas rojas
que se hacen a fuego lento,
plato de comida.

El tomate,
la cebolla,
los ajos de cabeza dura
que delicia
para cuando llega el momento de poner en la mesa lo que a fuego lento se consume en su locura.

Solo falta
el pomelo,
la naranja bien recibida
el vaso de vino tinto de las tierras donde se cría la uva
y si en esto aparece el hambre
ya se ve la boca abierta en desmesura
toca, es la hora,
llegan las prisas,
de ponerse a comer y si en ello uno se siente feliz de echar un sueño, siesta, caritativa.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA: CORRE Y NO SEAS PIEDRA DE MOLINO

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Yo luché,
lo juro,
y lo hice
 a sabiendas
de que no iba a cambiar el mundo
puse mi grano
casi siempre de trigo
y llené
el hormiguero
que crece en mi interior, nebulosa que vive en un cortijo.

Quizás fue
mi instinto
el que me llevó
a lugares tan primitivos
que vi desde cerca a los pobres, casi moribundos,
que como si fueran hijos de un  Dios que asi lo predijo
viven sobre un hilo
siempre pendiendo sobre un  precipicio.

Por eso vuelvo,
ese es mi sacrificio,
al mismo punto de partida
y me digo
que soy un estúpido,
por crecer de repente en las Escrituras y en los Diluvios,
pues se que mi vida no se molerá en ningún otro molino
que no sea este que yo asimismo me he construido.

Así debe ser que solo piense en el  presente
y me olvide del futuro
que si nos hace grandes
solo será
para que seamos
como un grano en el culo
de quienes sueñan que más allá hay un mejor mundo.

Autor: José Vte. Navarro Rubio

POESÍA:LUCHA AMIGA Y AMIGO Y ASÍ SERÁS LO QUE TU QUIERES SER Y NO LO QUE DE TI ESPERA EL MUNDO

Dormir la siesta,
respirar el aire puro,
sentir el olor a la hierba húmeda,
el peso  del grano de trigo,
subir hasta las eras,
domingo,
las campanas tocando,
trino,
aviso,
que suena a algo tuyo.

El tiempo que se va,
las canas asomando como si fueran exabruptos,
la cólera de un Dios
trasmitido
cual partido de fútbol,
queda,
solo queda,
el esfuerzo y el sacrificio
únicos dones, divinos,
que recibimos
un día, tan lejano el  tallo  de la cabeza del junco,
que uno suspira,
mantas y sábanas sobre el ombligo
cuando abre los ojos y ve que se le acaba el mundo,
el mío,
tuyo,
el vuestro
y suyo,
por todos conocidos.
como terminaciones verbales,
infinitivo,
que viene a decir: Luchar, pues en la lucha está el sacrificio.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

domingo, 3 de abril de 2016

POESÍA: SOBRE LOS PAPELES DE PANAMÁ

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Caen
así se cuenta,
trilla que te trilla,
los mochuelos
en la rama del olivo desde el cual vigilan sus opacas fortunas.

Allí, en Panama, colonia antigua,
las almas caritativas
esas que parecen no haber matado una mosca en su vida
hacen,
hacían,
harán
¡qué desdicha!
su agosto perpetuo ante las miradas compasivas
de quienes consienten que tanto buitre viva
a expensas de nuestras vidas.

Arriba las banderas,
arriba,
bien altas
que esta es la mía.
así se muestran,
así respiran
esos patriotas de pacotilla
que postulan su honradez
con menguantes dádivas.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: DE UN MOLINO QUE VI EN UNA BOTELLA QUE ASÍ DECIA: RUBÉN E LYDIA

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Una botella de aceite me anima
a escribir esta poesía,
en ella, la botella , casi espiga,
entre verdes,
color de aceite, vida.
un molino
vestido de blanco para el resto de sus días
esgrime su figura
en la era alta desde la cual parece que nos mira.

El molino
sin su fina harina,
sin sus muelas, sin sus aspas girando a la deriva
me lleva al encuentro de una Mancha antigua
con extrañas figuras
bagando por caminos, sendas de herradura,
entre cardos secos y entre rebuznos de burros y de burras.

La llama encendida
en la memoria casi desmedida
trae recuerdos que siempre terminan
en el pueblo de uno, en el pueblo de su vida,
ya las alondras parduscas
en sus vuelos altos sobre las campiñas
entre gorgeos que animan a levantar el hato e irse en su búsqueda.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio


POESÍA: UN GRAN DÍA EN EL HUERTO DE SANTA MARÍA DEL PUIG

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Las palmeras
de fuego apagadas un día,
Santa María,
jardines colgantes, melodías, risas,
al lado del mar, cercanía,
de una, la mía, una parte de mi familia.

En una mañana abierta
que dicha,
el vino espumoso,
la  cerveza fría,
agua de Benassal al primer golpe de vista.

La sala llena
y en ella se respira
como aleteo de palomas,
casi divinas,
suena en la sala repleta un Ave María
y por ella ausente,
mares por medio cautivan,
trilla la voz de un cantante
sujeto a una estrella
en la lejanía,
Noelia, que llega,
así es la melodía.

La comida,
es como el manjar que anima,
la excusa,
para continuar la charla,
animada
sin disputas,
y así se avecina
el quitarle, sin prisas,
a la tarde que luce
en los tejados y cornisas,
su velo y camisa,
tras la cual
la noche se abre paso
por los callejones, sin salida,
que dan a casas cautivas
donde todavía habitan
las soledades de nuestras vidas.

Canciones rocieras
se abren paso, sin prisas,
como si fueran barro, piedra y arcilla,
mientras palpitan
los corazones de quienes son rey y reina en ese su mejor día.

Por el y ella, Rubén y Lydia,
canta la noche su melodía,
dulce ronroneo de aves marinas
en una barraca, estima,
de la hurta valenciana
que alguna vez sirvió para dar cobijo a una familia.

Ya la luna planea
se divisa,
sobre un mar apagado
de costas tranquilas
y caminos de blancas espumas,
la vuelta a la rutina
que nos lleva de retorno
a nuestras cotidianas vidas


Autor: Jose Vte. Navarro Rubio


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