Se van,
así es esta historia
y lo hacen
sin más ruido
que el que provoca
una silaba sorda.
Recogen sus cosas
tan pocas
para tantas cosas.
En una maleta llevan
un viejo diploma,
toneladas de sabiduría
y la vieja retorica
de dar de saber
a quienes necesitaban como el hambriento de la cálida sopa.
Ya la luz apagada
y la clase a solas
sobre las ventanas transitan
imágenes de toda una época.
Las viejas chaquetas,
las faldas de colores salpimentadas
sobre los muros grises
alguien pintaba
con grandes trazos
dibujos que servían para levantar carcajadas.
La vida de aquella vieja España
con olor a tocino rancio
y en la que uno se ahogaba
sirvió de marco
para fabricar
con toneladas de esperanzas
un mundo más humano
en el que las libertades brotaban
de las fuentes de la sabiduría
de las palabras
que unos maestros regalaban
en días y años, lustros y décadas.
La utopía
desde siempre tan descarada
sirvió,
así se hacen grandes las patrias,
para llenar las panzas
de las bibliotecas de libros de lectura rápida.
Cabezudos de cartón
por las calles caminan,
de fiesta en fiesta,
los niños y niñas de una nueva España,
mientras se apagan
las vidas de quienes dicen adiós tras cumplir la misión que les fue encomendada.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario