domingo, 16 de abril de 2017

POESÍA: SE LLAMABA TIMOTEO

Suponga que la Semana Santa 
la vive como un ateo,
en lo suyo investido del olor a otro credo,
que paga bula
y que come carne de ternero
en eso días de ayunos y de pocos refrigerios.

Asía vivía aquel señor 
que se llamaba Tadeo
en un quinto piso con exteriores a un patio viejo
con tenderetes del que colgaba ropa de todos los precios,
que iban desde lo barato a lo excéntrico.

Suponga que pasa el tiempo 
y llega el verano, 
el otoño y el invierno
y ya para la primavera 
como si fuera un crece-pelo
otra vez la Semana Santa toca con sus dedos
la puerta de su casa para reclamar que se vista de Nazareno
y suponiendo que las cosas cambian
y en ello su mundo interior, 
yo le ruego,
que sea sincero 
y si le gusta aquello para lo cual un día se puso terco
dese una vuelta, apriete los dientes y diga yo el primero,
para la fiesta 
y para aquello de adornar la vida con colores 
que no estén hechos con veneno.

Suponga que los años pasan
y en la casa en la cual vivió sus últimos momentos
alguien descubre una fotografía 
en que se le ve vestido de Nazareno
y se hace preguntas 
y descubre para mayor conocimiento
que a quien allí vivía le importaba todo aquello 
tan poco que no dejó más recuerdos
que una túnica gastada, unas zapatillas de tela color cemento
y unas ganas tremendas de tomar a todos el pelo.

Así era Timoteo vendedor de todo
y comprador de sonrisas al viento,
tan lleno de vida
y tan buen sujeto
que se le quería por lo que era
y no por otro tipo de sentimientos
que no fueran aquellos que brotaban de su alma
para esos momentos
en que se le pedía algo y el lo reafirmaba con su fácil credo
de hacer la vida saludable a quienes se acercaban a su puerta con un claro deseo.

Suponga que todo esto
forma parte de la nada
y que quien escribe
lo hace 
como Timoteo
llevado de ese sentido crítico
que como si fuera un crece-pelo
adorna las páginas de algunos versos.

Suponga,
suponiendo
en todo ello
no le quite valor a lo que está leyendo
y tire del tenderete
y póngase en esto
las zapatillas color cemento
pues en la calle le espera
una luz
casi lucero
que anima a decir que las Pascuas son un regalo del tiempo

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...