No es lo que se piensa.
No es ni verdad ni mentira,
es según se mire una mitad a medias
y si en algo te estimas
es tu vida
la que arrastras desde que un día viniste a nacer
y otro día creciste y en ello echaste a volar desde lo alto de una cornisa.
Uno recorre los senderos por los que trascurre su vida
y ve a lo lejos un pueblo de blancas paredes y se imagina
que la cal es la sonrisa que el tenía cuando salía a la calle y veía
el transito que había de labradores abajo y arriba.
Uno se anima a pasear por los campos
y a disfrutar entre los surcos como si las semillas
todavía bajo el suelo se fueran a quedar allí de por vida
y en ese caminar casi a la deriva
uno se para y camina y camina
como quien tiene prisa por llegar a esa meta para sentarse en un poyo o silla
y ver pasar por aquella calle, la de sus mejores días,
a las buenas gentes, aquellas que iban al campo con una gran sonrisa.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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