domingo, 26 de febrero de 2017

POESÍA: SUENA LA CISTERNA




Anoté un día en una libreta
una frase arrancada a una flor seca,
las manos largas de los semáforos
con sus colores recorriendo una pequeña esfera,
la piel de los carteles anunciando noches con cenas y fiestas
la camisa de vísperas con su tonalidades blancas
colgando de una percha,
los labios húmedos en una manzana que parece recubierta de cera,
en la nevera  duermen nuestras dudas,
y en la encimera se cuecen nuestras penas, 
suena la cisterna se lleva
lo poco material que de nosotros queda.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: LA PALABRA A TIENTAS

Quizás sea la costumbre,
quizás sea
el azadón al barro,
la hoz a la siega,
la palabra a tientas.

A mala hora,
a malas,
quizás sea
el tiempo que pasa
y las preguntas que el aire se lleva.

Por mucho que lo mires,
por mucho que cuesta,
uno siente la presencia
en el cristal donde se mira
de alguien que en el se refleja.

A tiempo
de cerrar
este Corral de las Comedias
aparece sin saber el porque
una atadura de dura cuerda
cerrando la puerta
que da paso a un haz de poesías secándose en una cesta.

Autor: Jose Vte. Navarro Rubio

POESÍA: HABLANDO DE LA INOCENCIA

La inocencia residió
encima de una estera vieja,
tuvo tiempo,
tal cual uno cuenta,
para vivir encerrada
en una cámara vieja
entre juguetes y fotografías,
entre horcas de madera,
palas pulidas por el grano 
almacenado en los pósitos 
de una Castilla Nueva.

La inocencia, 
mi inocencia,
ya nadie con ella juega,
ni las soledades ya se acercan,
ni el tiempo le deja respirar 
pues fue tal su entrega
que ahora vive tal maniquí de cera
ausente y condenada a esperar que alguien se acerque 
para lanzar algún grito de sorpresa.

La vida rompe lazos,
siega
sin importarle la abundancia de la cosecha,
abismos en medio
la vida nos lleva
de una orilla a otra, de esta a aquella.

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

POESÍA: OYENDO A JOAQUÍN SABINA







No es cierto
que en aquella casa 
y en aquel momento
el humo de un cigarro
formara parte de ese encuentro,
ya el pasado muriendo
en el hueco de un ascensor hacia arriba huyendo
ya el frío,
trago seco
de una copa de tequila
escupiendo maldades y difíciles versos.
Dejé el aroma de un beso
perdido
entre las telarañas del tiempo
y el estuche de madera
con unos lapiceros dentro,
dejé
que más da hablar de eso
un traje militar
con insignias y en el bolsillo de una camisa de duro cuello
una carta que decía para enero nos veremos,
tanto fue el miedo
y tanto
escucha uno a los duendes en su interior viviendo
que para cuando llegan
las golondrinas
y sobre la fachada de mi casa
construyen con barro fresco
la alcoba de sus hijos me siento
el águila que vuela sobre los desfiladeros,
el lobo romántico de la muerte huyendo
y la sagaz anguila recorriendo
los mares de mi interior
como si en ellos
estuviera ese lugar lejano al  cual siempre vuelvo
para cuando una guitarra desgarra las nubes del firmamento.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: AL FINAL TODO FUE UN DESEO



Al final todo fue un deseo
cumplido
como las hojas que en otoño
caen desde las ramas de los chopos secos.

Avancé,
caminé por aquel sendero,
aleluyas y canciones,
poemas, versos
y tras aquel cuidado repertorio
me encontré con aquello,
la pregunta, el calor
y casi fuego
de sentirse uno por dentro
tan lleno
que si volviera a nacer
quizás en ello hay mucho de romanticismo y poco de cierto
sería sobre la tierra,
en ella de todo lleno,
el verano cálido que se apodera de los cuerpos,
el otoño serio con sus tonalidades marrones en los altos cerros,
el invierno frío, blanco como la nieve
que cae por un glaciar de hielo
y la primavera juguetona que se viste de verde para salir a nuestro encuentro

Autor: Jose Vte Navarro Rubio

POESÍA: EN UNA MAÑANA DE FEBRERO CON SOL

Resultado de imagen de ABABOL

Ahora mismo
el ababol
como verde de los campos
me fui en pos
de este tranquilo día de transición
de un febrero loco a un marzo de luz y color.

Caminando
la mañana me me llevó
a un poblado campo
de barbecho su corazón
tomando por el frío de una noche sin pasión.

Entre la hierba
creciendo a su son
busca el perro
olores con que llenarse de valor
para lanzar su primer ladrido
e imponer su razón
de animal sujeto a lo que su instinto le ordena que ponga en ello atención.

Con las primeras luces
todo se apagó
la varita del mago fracaso
y volvió
la mañana con esa candor
de ser en un Domingo
menos Pascua y más Resurrección.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: ALELUYA POR CRISTO QUE RESUCITÓ




No hay Gloria sin pasión,
Cristo resucitó
en un domingo de Pascua
hasta esta plaza se acercó
para estar presente
y escuchar con mucha atención
los versos que recitan
quienes de él son
esas hijas que están a punto de recibir la Primera ComunIón.

María mira
y sabe con razón
que su Hijo es tan o más Dios
que  el Padre
aquel que a su Hijo a la diestra sentó.

¡Ay del Hijo mio
que tanto sufrimiento pasó,
hoy viene hasta mí
y para ello resucitó
de la tierra al cielo un camino señala el reino de Dios!

Cristo mira
sabe lo que le pasó,
por ser Hijo de Dios
sufrió tanto dolor
que por eso ahora
ya entre nosotros se siente el Padre que por todos murió.

María de azul
ya su Hijo resucitó,
el negror
de su manto
ya a la historia pasó
en esta plaza repleta
la inocencia y el candor
de dos niñas que recitan versos que son amor.

¡Aleluya por Cristo que resucitó!
¡ Y Aleluya a su Madre,
María que por el tanto lloró!

Autor: Jose Vte Navarro Rubio

POESÍA: MUJERES MALTRATADAS A MILLARES SON ASESINADAS TODOS LOS AÑOS

No fue la luz el principio
en ella se dio
ya todo finalizado
el insulto,
el golpe,
el arrebato
de ese otro ser inhumano,
tan macho
y lleno de poder
que para él la vida es ordeno y mando.

Unas estadísticas,
un minuto de paro,
tan poco damos
que ellos
continúan pensando
que a pesar de todo
son todavía los amos
de ese pedazo de destino
del ser que tienen a su lado.

Ellos son el vinagre,
la sal que se cuece en los saladares del Mediterráneo,
son  el veneno,
el dardo,
el guante que pega y no deja más señal que un grito desagarrado,
ellos son
así se cuenta y nos han contado
los vampiros que se alimentan de la sangre de quienes tienen a su lado,
son enemigos de todo lo que tiene que ver con ser sensatos
y se mueven como los peces
en esos Océanos
en los que las mujeres son las naufragas que nadan contracorriente sin mas luz
ni más faro
que el lamento atormentado, la muerte y ese minuto de silencio sagrado
con el cual nos creemos que todo está ya arreglado

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

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