Suena y no son campanas,
se oye
y casi espanta,
es el aire
que se abalanza
sobra las copas de los árboles
abriendo sus alas,
de Pegaso, de palomas blancas,
de jilgueros, buitres y aguilas
en el espacio sujetas
casi con tenazas
al azar, destino, así se saben amadas.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
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