Tosca la piedra
la muralla se abre
allí donde el precipicio es algo así como un largo viaje.
Con sus torreones
se protege
el pueblo de quienes quieren
de Cullera sus posesiones,
ya ellas doncellas,
ya trigo, ya carne, pescado, harina, simientes.
Pueblo de costas
cullera sabe
que tras cada ola,
que tras cada mar atrayente
hay un bajel
con sus gentes
cayendo por la noche
sobre la arena que arde
para ir hasta allí donde un pueblo se siente
piel de lobo, en su corazón hambre,
por hacer notar su valía
en esos días de combates.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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