jueves, 2 de agosto de 2018

LA DELICÁ DE GANDIA SANMARTÍN Y AGUIRRE


A JOSEPH MARCH

La Delicá de Gandia,
muller del Tonto Talala,
cridá a L’Agüela Puala
perque mala se sentía:
hu ouí la Tia Maria
de Benifayó ¿y que feu?
sen aná tirant el lleu,
cap al carrer á cridar
al Sereno d' Alfafar
y al Cabiscól de la Seu.

Mentres tant la Delicá
per obedir á sa mare,
de Fóyos á la comare
a tota presa cridá:
també al Dolor de Secá
que diligent acudí;
y reunits tots allí
el resultat de tot fón
que vingueren á este món
els Besons de Sedaví.

Hiagué bateig y albolót
y se llui la padrina
que fon la 'Infanta Tellina,
y el padrí el Rey Matarót;
á l ú y l' atre monyicót
se li posó el nóm dels Sants
de la pedra y dels Infants
d' Aragó, que allí no estaven,
perque ocupats se trobaven
ab la róba deis jagánts.

Les giques de Cocentaina,
que de ballar molt entenen
y que, segons fama, tenen,
de la donsaina la vaina;
al dolç só de la donsaina
ballaren ab lo Ferrer
de Tibi, que sens voler
ab lo colse á Carracuca
li vá tirar la peluca
en mitj mateix del carrer.

Carracuca incomodat
se va donar á Pateta
y per Geroni y Riteta
fon com un Cristo-Iligat.
Un canonge del Mercat
volgué furtarli el sombrero;
mes no hu consentí el Perrero
de la Séu, y el molt gandul,
fugint, un sèt en lo cul
Ii feu á Nélo el Tripero.

S' asustá el gos de Sant Róch
y desesperat lladrá,
per lo qual el Escolá
de l' Alcora, tocá á fóch;
mirant malparat el jóch
el Alcalde de Fabara
tragué de la lley la vara;
pero se vá fastidiar,
perque li la va trencar
una gica d' Almenara.

Pera acabar la funció
renyiren Tóni y Manena,
l’Agüelo Cuch sentí pena,
plora el Negre del Sermó;
y hasta el Gall de la Passió
mogué tal algarabía,
que fon memorable el día,
perque, de riures cansada,
se morí descostellada

la Delicá de Gandia.

miércoles, 1 de agosto de 2018

POESÍA: EL RÁFOL DE SALEM Y SU ERMITA DE SAN BLAS



Las estaciones son
como el alma del camino,
la tragedia, heroísmo
que lleva por un camino,
zig, zag,
empinado y muy bonito
a la ermita de san Blas
que espera a los peregrinos
con sus brazos abiertos,
e interior lleno de fe en Cristo.

Se erigió la ermita
entre donativos
y su grandeza es
la de esas hijas e hijos
del Ráfol de Salem,
todos juntos,
con la vista puesta desde muy antiguo
en conservar las esencias
que los hacen genuinos.

San Blas
tienta
a sus feligreses
y
parroquianos de turno
y
así ellos se sienten
con su presencia seguros.

Avisa la mañana
que el lugar es de culto
y bajo un soportal de ladrillo,
rojo
de sangre
 como el sudor de quienes trabajan la arcilla
con que se hacen los ladrillos,
llega el frescor
y un buen alivio.

Tres arcos,
de estilo carpanel
invitan a disfrutar
y a sentirse uno seguro.
y no termina aquí el asunto,
pues toca hablar de seguido
de ese campanario cuadrado,
casi de cubo,
templete de cruz de piedra,
así se ve todo su conjunto
en el que las tejas,
sirven de cubierta,
abrigo,
todo el año,
y en los inviernos duros.

Ermitaño,
hubo
y
 a buen seguro
que veló por su ermita
y
 a buen seguro
que aquí vivió en paz
consigo mismo
y
 con el resto del mundo conocido.

Se ven en el interior lunetos ciegos
muy antiguos,
salvo uno,
a través del cual
la luz entra en la ermita
cual afilado cuchillo
para cuando el sol se siente cogido
por aquello que reina en las tinieblas
y tiene un buen estilo.

Así el gótico de la madera tallada
hace que el altar rompa el mutismo
de las horas baldías
en que la noche atrae a las aves
que habitan en este reino diminuto
con bóveda de cañón
y en su sacristía
un cuadro antiguo
con San Blas
y así el santo,
una asamblea
por once veces consecutivas
lo quiso,
es en su ermita
estimado y querido.

Autor: José Vicente Navarro Rubio




POESÍA: LA DELICÁ DE GANDIA DEL PRINCIPIO AL FINAL


¡Quina chica més delicà, si a penes li ha caigut al cap una flor de gesmil!.

Un pétalo de jazmín
Vino a descansar
Sobre la cabeza de una joven
Y de ahí aquello de la Delicá.

Por ser en Gandía
El lugar
Donde dicho suceso
Vino a pasar,
La Delicá es de Gandía
Algo así como un manantial
De ideas que vienen y van.

Es su historia
De contar
Pues el pétalo de jazmín
Era de verdad
Que le cayó encima
En la misma puerta 
De de una casi catedral.

Inés era su nombre
Y como tal
Como "De Cataní" se le solía espetar
Por aquello de ser lombarda
Y concubina
De un tal Juan,
Hijo de Papa 
Y por ello con poder casi papal,
Segundo Duque
Al que había que respetar
En la ciudad de Gandía
Cuna de una familia 
Que en el vaticano 
Vino a reinar.

En la Rondalla de Rondalles
Se le viene a mencionar
Y a partir de ese momento
Se encuentra ya
Circunscrita a la tradición escrita y oral.

Luís de Galiana se va a encargar
De que esta historia
Digna de contar
Haya sido de conocimiento general
Algo así como la historia particular
De cualquier pueblo 
Que se quiera hacer de recordar.

Como Delicá 
Tiene calle en Gandía
Su ciudad
Y así
Ya no se puede remediar
Es algo parecido a un fetiche 
Que hay que cuidar
Con celo especial
No fuera el caso
Que alguien se quisiera apropiar
De esa historia tan bien centra
Que habla de la Delicá
Como si fuera de la Gandía papal 
su más querido tesoro que hay que ocultar.

Fillol y Granell
La vinieron a pintar
Con esa gracia que tienen los artistas
Y así se viene a mostrar
Como si fuera una flor de jazmín a punto de reventar.

Jose Sanmartín
Supo trazar una vistosa poesía
Que describe a una Delicá
En su punto justo
Ya fuera olla en el hogar
Sobre el fuego hirviendo sin parar.

De Emilio Fornet
No hace falta ni hablar
Pues por ser quien es
Solo a él se le puede invitar
A que forme parte de este poema
Por crear 
una pieza cómica
Que va a pasear
Por teatros y patios, 
por corralas 
y algún que otro pajar.

Josep Franco
Supo trenzar una historia
Que habla de la Delicá
Como si fuera una doncella de armas tomar

Por eso en Gandía tiene calle
Y casi altar
Si no fuera porque de santa tuvo muy poco
Y mucho de mujer mundanal
Amante
Y querida
Que solía pasear
Mostrando su belleza sin igual.

Dicen que descansa
A cuatro brazas casi de mar
Bajo la puerta de la colegiata
Que un Papa, Alejandro VI, hijo de la ciudad
Va a erigir como tal, 
Por ser alta dignidad.

Bien ceñida descansa
En su fosa
Ines, la Delicá,
Como si fuera un dedo 
Dentro de un dedal
Con sudario de aquellos de estameña,
Hábito de lana singular,
Del lugar.

Así lo quiso y así lo va ordenar
María Enriquez, 
mujer sin igual
Del duque Don Juan,
Borja, por necesidad,
Para que se le pudiera pisar
Por los siglos de los siglos, 
todavía allí debajo de tierra está.

Por ser,
No hay duda,
No era del lugar,
Eso si puta fue
Y como tal
Así les gustaba a los Borjas aparentar
Muy hermosa
Tal flor que quiere brotar
En los jardines de cualquier palacio ducal.

De boca en boca sin parar
La historia se cuenta y contará
Y así la ciudad
Donde la ilustre dama va a pasar
Al otro mundo por casualidad
Le va erigir en su nombre una calle
Que todavía hoy en día se puede pasear.

Se dice vaya fatalidad
Que Cesar va a matar a su hermano Juan
Y aquí comienza otra historia
Que con la de la Delicá se puede enlazar
Como si fuera un saco de moras 
a un zarzal.

Sobre la puerta de Santa María
Esculpe una piedra un zagal
Y zas
Cosas de la vida
Sobre el suelo se vino el pedrusco a pegar
Con esa mala suerte, infortunio, casualidad
De que Ines por allí pasaba
Camino de confesar
Algún pecado mortal

Damian Forment
Un grito va a lanzar
Horrorizada la gente se va a santiguar
Ya camino del hospital
Muere la dama
Antes de llegar
Hasta allí donde Arnau de Villanova
La tenía que observar.

Sobre la cama yaciente
Sin ropa que pudiera sus vergüenzas tapar
Se ve que la muerta lleva un cinturón de castidad
Y un escudo ducal, 
De II duque de Gandía, de nombre Juan.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

martes, 31 de julio de 2018

POESÍA: LA DELICÁ DE GANDÍA,

Gandia tiene su perla
se llama La Delicá
y con ese nombre tan singular
va a pasar a la historia
y por siglos así se le recordará

Gandia ciudad original
patria de Papas, 
curas, misas y más de un misal
tiene una colegiata, casi catedral,
con sus ventanales y arcos,
con su bello altar
y en sus alturas rosetones
que pesan más de un quintal.

Jazmín que crece en las alturas
si cae al suelo te matará,
así vino a ocurrir
y así vino a pasar
que un rosetón, jazmín del mal,
cayo desde el cielo
y a la joven la vino a aplastar.

¿Será por so que se le llama La Delicá?

¿Fue esto lo que vino a pasar?

Por ser bella y hermosa,
por ser tan delicá
va a morir aplastada
al pasar
por la colegiata de Gandia
y no mirar
hacia las alturas donde suelen estar
las flores más hermosas
que en ningún lugar se pueden encontrar.

Si en vez de haberle caído un jazmín
le hubiera caído un melonar
en vez de La Delicá
sería la Melona del Melonar
y así de ella se hubiera oído hablar

Autor: Jose Vicente Navarro Rubio

domingo, 29 de julio de 2018

POESÍA: Y LA TARDE PASA

No pudo ser
la culpa es de la vida que pasa
y solo deja aquello que interesa a quien sobre nosotros manda.

En la iglesia los calores espantaban
las voces que se oían, la música que se cantaba,
blancas las paredes en ellas se abrigan las esperanzas
de quienes acuden a misa y en su interior abren sus almas.

Todo pasa por la mente
de quien calla,
desde el Padrenuestro hasta las alabanzas, 
ruegos que se sienten, cánticos y así se acompaña
en la tarde de un sábado a un amigo que se marcha.

Autor: José Vicente Navarro Rubio


POESÍA: AMOR Y POBREZA

En un equilibrio perfecto
tanta piedras,
unas sobre otras, todas llevan,
aromas perdidos
a las manos de mis abuelos
retejando los tejados,
llenado de yeso los huecos de las paredes de tierra.

Nada describe mejor el amor
que la pobreza
galopante que despierta
el patio ahora erial de cardos y de matas de hierbas secas
y trepando hacia un cielo recortado con unas tijeras
una vieja escalera
con sus peldaños de cantos, cemento, arena 
y relucientes caracolas
sujetas a un clavo,
tanto tiempo allí cuelgan
que el sonido de sus mares
raya la memoria de quien piensa
en aquella niñez pasada en aquella casa, ahora en tierra.

Autor: José Vicente Navarro Rubio 

POESÍA: AGUA QUE PASA

En la corriente de aquel río,
sin nombre vaga,
deposité mi mirada,
botellas de plástico,
materiales de materias no claras,
cristales azabaches,
ojos negros de ranas.

En aquellas aguas
se esconde la mirada,
pureza de otros lugares
que nos retira su mirada
para cuando las aguas bajan
hasta ese mar,
así parecido a una panza,
que todo se lo come
y vomita ovillos de materias contaminadas.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: SU NOMBRE ME PILLÓ POR SORPRESA

Fue Agata ojo de gato,
lo que
 lleva
de un lado a otro,
es su presencia,
patria que se llena
de historias
con sus cuentos,
de leyendas,
asía camina el hombre,
así ella se sujeta
a la vida que viene,
a la que va,
a la que se acerca,
coto de pasiones
casi estela,
transita un tesoro
de mano en mano
se nos hiela
la sangre que corre por las venas,
en mitad de una guerra,
que trae decadencia,
en aquel bosque,
en aquella cabecera,
de altos pinos, de arena,
alimañas, salvajes fieras,
en la noche del poeta
con su ceguera, 
la de Homero, caballero Bonald,
¡con lo que queda!

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN CULLERA Y DE BUENA MAÑANA

En Cullera y de buena mañana
en la cima de la montaña
se ve la mar en calma
con su arena blanca
y sobre ellas las sombras alargadas
de los grandes bloques de edificios
cual Sancho Panza
de camino a la Isla Barataria.

En la montaña
el sol pega sobre la cara,
se infiltra en el cuerpo,
amablemente te llama
y con él encima uno marcha
hasta un faro que se alza
testigo mudo de muchas batallas
ganadas al mar
en las noches enmascaradas
del negror con que se visten los piratas.

Caminan por el paseo,
marchan,
desde el río al hotel sobre la misma playa,
se ven, 
pequeños resaltan,
son algo así como un punto en una página blanca.

Autor: José Vicente Navarro Rubio
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