Y suena
en la noche tocada de leyendas viejas
el sonido del aire,
el rugido de las velas,
la astilla,
tronco
del palo que entra
en el espacio,
suena,
a misto recubierto de cera,
ya la mar,
ya ella,
tan suave,
tan madre y tan sincera,
que su corazón inunda a quienes solo quieren de ella
huir de las grandes tragedias.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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