sábado, 9 de febrero de 2019

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XIX)

El castillo impone con su traza,
altas escaleras
que llegan hasta una puerta,
almenas
cual dentadas pegadas a una tarta de frambuesas

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XXI)

¿Si supiera que le trae?
¿Por qué espera
en el anden que vuelva
el mismo tren
con su misma presencia
sobre los raíles
ave que casi vuela
que avisa con su risa de hiena,
cantares de sierra
sobre el hierro casi candela?

El andén se llena
de internautas,
de amantes de las estrellas,
de fugaces silencios,
del estruendos a carcajadas plenas
de inocencia,
la de los niños y niñas
que regresan
de la escuela
con sus deberes a cuestas
tras una larga jornada fuera.

Autor: José Vicente Navarro Rubio




POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XX)

Sube al tren con su casa a cuestas
y se sienta
allí donde encuentra
un asiento vacío en un vagón del tren con destino la ciudad de Valencia.
Su trabajo le lleva
tras el cliente,
de venta en venta,
bar tras bar,
acera tras acera,
en su trabajo diario se encuentra
con la cruda realidad del mundo que le rodea.
Mercancía barata,
en unas bolsas de plástico se almacena
un pequeño zoco
en el que se mezclan
todas aquellas cosas que sirven para aliviar las penas
del hombre de lejanas tierras que a España vino en patera
huyendo de espantos que ahuyentan hasta los animales salvajes de las selvas.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

jueves, 7 de febrero de 2019

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XVIII)

La soberbia,
que pena,
esta palabra lleva
careta de lobo
y como ojeras
un agujero negro
que finaliza en una cueva.

Sigue la espera
de quienes desesperan,
sigue
como si fuera
una hoja de acero
revestida de hojalata negra.

Dirán ¿Por qué?
Dirán
que pena,
si me preguntan diré
que en la interrogación se encuentra
la pregunta que nunca llena.

Autor: José Vicente Navarro Rubio


POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XVII)

Si el grifo que gotea,
que si la cuchara de madera,
que si la película vieja,
que si el andamio sirve de noria de fiera,
así la noche entra
en quienes hacen de ella
una hermosa historia
que se completa con extensos poemas.

Si yo supiera
cual es la clave
para llenar de monedas
las arcas que sirven de posaderas
a los pobres que mendigan
en las calles de las ciudades europeas,
sepan que está estaría plena
con tal de dar por saco a quienes se demuestran
como ricos y soberbios o lo que es igual como hienas.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XVI)

Y vuelve el tren de madera
con su maquinista sacado de una novela
y los vagones tirados
por caballos que se alimentan
de vapor de agua propulsado
por carbón convertido en energía plena.

En el andén un reloj pende
de una pared estucada
al estilo de la antigua Venecia
con su jardín de flores
plataneros tirados por tierra
y una fuente de agua seca
de cuyo grifo se mece una libélula.

Así se aprende a respirar a boca llena
cada vez que se sube una montaña
y en su testa se encuentra
una cruz de hierro
que lleva por leyenda
Jesús estuvo aquí en una Noche Vieja.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESIA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XV)

Las noches son largas
están llenas de tristezas
un caimán osado
las revienta
con sus golpes secos
mientras se come a su presa.

Un perro espera
que alguien diga entra;
el perro duerme en colchón de lana de oveja muerta,
ladra sin miedo
se rasca su pata seca.

Con tal de respirar
se lame
el hocico la gata vieja
que en su gatera
aprende a saltar sobre su presa,
ratón de hojalata
con ojos de ciruela
que lleva sobre el lomo
un letrero que a duras penas
se puede leer por aquello de ser sus letras pequeñas.

Y así se cierra
un poemas más
quizás una epopeya,
divino el sabio que diga
¡Valía la pena!

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESIÁ: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XIV)

Soñé con que la vida era diferente,
el te con galletas
agua con azúcar y en ella moscas medio ahogadas
pidiendo socorro sin saber el porqué tal epopeya.

La caseta de golosinas
de madera
y en ella una mujer vieja
viuda de guerra,
vendiendo a los vencidos
turrón de almendras.

El Tío-Vivo y en la caseta
una mujer bella
que fuma cigarros Bisonte
y lleva una carreta
que dice a peseta la tirada
y si le pega se lleva
una muñeca de tela.

Dormí entre penas
la sábana de tela,
manta de lana
y como cabecera
la Santa Cena.

Y tu me miras,
en el espejo casi de cera
el hollín de la chimenea
te hace una raya en el pelo de la cabeza.

Dese por enterado,
yo vengo de cena
y a estas horas de la noche
solo queda en la testa
café con chocolate
y churros con que llenar el estómago de penas.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

miércoles, 6 de febrero de 2019

POESíA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XIII)


Hay códigos que son como sacramentos,
civil y penal
hace mucho tiempo que nacieron
para gloria de algunos
y sufrimiento
de quienes llevan la norma
hincada en el pecho
para mayor tormento.

Usted haga lo que quiera.
usted sepa que no se puede pasar ni un pelo.

Usted sepa
que yo impongo penas
y sepa por cierto
que las suyas no caben en un cesto.

Nació la justicia
en tiempos del estraperlo,
atravesó montañas
y para cuando tuvo tiempo
se erigió en el poder que hace grandes a quienes en ellas creyeron.

Tenga,
entiendo
que quien da
es
sin saberlo
el rey del mambo
para los carnavales de Río de Janeiro.

Autor: José Vicente Navarro Rubio




POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XII)

En el andén del metro
echan fuego los teléfonos,
casi paja, casi centeno,
molino de viento
aúlla la maquina que arrastra vagones y gente dentro
por los raíles de duro acero
tal cual rayo,
tal cual fuego,
su vida fuera un total desacierto
siempre huyendo,
siempre por los mismos sitios
de un  oeste sin vaqueros.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

martes, 5 de febrero de 2019

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (XI)

A esta hora todavía el cielo
es como un pozo ciego
en el cual duermen los pensamientos
de quienes sueñan con que no nacieron.

Todavía es cierto
que el autobús de las 7
no ha salido de su encierro
para llevarnos hasta allí
donde una ciudad despierta entre vuelos
de palomas buscando el calor de las farolas
y de viajeros en las estaciones de los trenes,
autobuses y metros
dispuestos
a emular a los héroes de los cuentos.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (X)

El ayer es real
aunque huyan de uno
las imágenes que le sirvieron de entretenimiento,
entre ellas todavía resplandeciendo
un sin fin de recuerdos,
el cine de verano irrumpiendo
en las noches calurosas de los veranos,
los tranvías soñolientos
tomado las curvas con pereza
antes de perderse entre los edificios que le servían de túnel del tiempo;
los tebeos con sus héroes del momento;
el pan empapado en azúcar
con vino
como si fuera un caramelo;
la sopa con ajos secos,
la avaricia de quienes se sentían tentados por el dinero.
Todo esto sale al encuentro
en el callejón oscuro
por el cual transita los pensamientos.
El ayer es real
se tiene por cierto
que se nace y muere
al tiempo que la memoria se pierde
que las imágenes de otros tiempos
en blanco y negro se diluyen
en mitad de un diluvio de preguntas que nunca se hicieron


Autor: José Vicente Navarro Rubio

lunes, 4 de febrero de 2019

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (IX)


De poco sirve la sinceridad
de la que se habla en los poemas
si esta no fue tejida
en el espacio que media
entre dos versos
que abren su cuerpo
en total sintonia,
como el revoloteo,
de dos aves que van al encuentro
de comida para sus polluelos.

Es fácil ser sincero
cuando tecleas y escribes sobre ello
sin más compromiso,
sin más sentimientos
que el título del texto
como guión impuesto
por uno mismo y estamos en lo cierto
de que existe y viaja,
que a veces es como el anís seco,
como el puñal de acero,
como la bala entrando en el interior del cuerpo.

De poco sirve,
tan poco
que en ello
solo se va un segundo
de tiempo
en entender
que la sinceridad
se cuece lentamente,
tal agua puesta en una cacerola encima del fuego.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (VIII)

La soledad se refugia
en los hangares
de un  viejo aeropuerto,
allí donde despegan las ideas
donde se quedan los lamentos
pegados a las paredes
de cualquier linea de bajo precio.

Allí donde uno va
la soledad se encuentra
ella siempre relamiendo
lo mucho o poco que queda
de aquello que se llama remordimientos.

Se hace así misma
la soledad
y rodea
de todo aquello
que la hace libre,
independiente, a ritmo ligero,
como la rima imperfecta de un verso.

De los tópicos por todos conocidos,
romanticismo, vanguardia, clasicismo
me quedo
con la voz del poeta
anteponiendo
sus sentimientos
por encima del dogma que imponen los viejos libros de texto.

Busca la soledad su sitio
quiere imponer su ritmo
increciento
aunque solo sea ya destello perdido,
aunque solo sean en los hangares de un viejo aeropuerto
lamentos,
pegados a las paredes de cualquier linea de bajo precio.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

domingo, 3 de febrero de 2019

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (VII)

De buena mañana
es mejor el ritmo del trabajo,
bombea más sangre el corazón,
se contraen mejor los músculos.
¿No se el por qué
el autobús
no pasa los domingos?,
me pregunto
si ese día de la semana
marcado con un círculo
significa algo,
si se hizo por algún motivo.
Quedan pocas horas
para caer dentro de ese pozo profundo
del que salen salmos,
rezos
casi estornudos
que hielan las miradas
de quienes esperan en las colas de los comedores públicos
un plato de comida con que saciar, por unos instantes, el apetito.

Autor: José Vicente Navarro Rubio


POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (VI)

A uno le cuesta volver
a lo de siempre y seguro
a la misma pisada sobre la acera,
a un determinado piso
de un edificio de oficinas
donde se cocinan asuntos
                     
 y más asuntos

que mueven los destinos,
hilos,
de una tela de araña
que pende del vacío

de un gran circo.

Uno ya no está para esto,
se ha convertido en un disco.

Para esto vale cualquiera
hasta usted mismo,
amiga o amigo.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (V)

Descifro lo que no existe

la palabra huyendo,
                                el revuelo,

el cansancio,

el tapiz de hielo
la silueta transparente
casi rayo,
                                lucero
comiendo
lo poco o mucho que queda del tiempo
que hay contenido
en el lamento
de un pobre cualquiera
de los que a diario vemos.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (IV)

La meta por llegar
enfila
el tren que rompe los destinos
hacia el vacío
comiendo hielo
y haciendo con el frío
posada de vagabundos,
allí donde se alzaba
un robusto edificio
apeadero que sirvió
con campana, reloj y pito
para devolver a casa
a sus cotidianos vecinos.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (III)

En el tren y de camino bebiendo
silencios
que golpean sobre el suelo
pasan las estaciones,
se quedan lejos
los campos
tras las ventanas montajes de colores diversos.

Esta es una historia
que suena a cuento
sino fuera porque observo
a quienes ajenos
a la parada del tren en un apeadero
se despiden con versos@te.quiero.

Autor: José Vicente Navarro Rubio


POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (II)

Fue
la luz huyendo.
Ya dentro
del vagón forrado de hielo
espera
el reloj comiendo
horas,
minutos,
segundos enteros
al son que se oye
las ruedas lamiendo
el maullido de un gato
sobre el vial de acero
mientras pasa el tren comiendo
los ladridos de un perro.

Autor: José Vicente Navarro Rubio

POESÍA: NUEVE MESES EN LA VIDA DE TEIA

Llegan noticias, suena,
un nuevo mes se acerca
en la vida de Teia.

En el andén la espera
mientras marca un reloj las nueve,
es porque una cigüeña
hace nueve meses movió las saetas
del reloj que señala la fecha
en que nació Teia.

Pasa, vuela,
un expreso
todo sea
el que se adentra
en el mes de febrero como si fuera una flecha.

Nueve vagones lleva
del primero al último recuerdan
que por ellos estuvo de pasajera Teia
marcando años
cada vez que se apagaba una vela.

Autor: José Vicente Navarro Rubio



POESÍA: EN UN DÍA DE CUALQUIER SEMANA (I)

Tras las sombras
vuelve el ser
y con él la estampa,
la figura,
el molde,
lo humano.
lo que nace y un día se acaba.

Autor: José Vicente Navarro Rubio


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